Capítulo 59
1289palabras
2024-05-17 00:51
¡Ella también lo podía hacer!
A ella nunca le había desagradado la cara de Camron. Pero, en aquel momento, estaba muy asustada...
Sin embargo, ¿se la consideró inadecuada solo porque gritó y huyó?
Esme tenía lágrimas en los ojos. Se puso muy triste.
Afirmó que únicamente la trataba como a una hermana menor, ¡pero era obvio que le gustaba tanto en ese entonces!
Aunque Camron estuviera enfadado con ella, ¿no le bastaba con enmendar sus errores durante todos esos años? ¿Por qué tenía que tratarla así?
Era ella quien debía comprar muebles con él y vivir con él...
Desde que era pequeña, Esme se consideraba la futura esposa de Camron. Hasta la madre de este pensaba lo mismo.
Si no hubiera muerto la madre de Camron, se habrían casado mucho tiempo atrás.
Cuando oyó el sonido del bastón golpeando el suelo, Esme se limpió las lágrimas enseguida, pues temía que la viera, ya que había salido del aula.
Recién cuando Camron se fue, Jaylah le dio un codazo a Layla y le preguntó: "¿Tan contenta estás? Tienes la comisura de los labios a punto de llegar a las orejas".
"Jaylah, hace poco... ¿Cam me confesó su amor?", la voz de Layla se mostró algo insegura.
"¡Qué voluble eres para ser una mujer! Hace un momento, ¡lo llamaste Camron! Ahora, es Cam...", Jaylah fue incapaz de contener la risa.
Layla tenía las orejas cada vez más rojas. Tomó asiento junto a su amiga. "Él dijo que yo le gustaba, ¿cierto?"
"¡Sí, sí, sí! Tú eres muy bonita y dulce. Si no le gustaras, ¡estaría realmente ciego!"
"También mencionó que mañana por la mañana me recogería para comprar muebles. A partir de ahora, los dos viviremos en el departamento...", Layla se dio la vuelta para mirar a Jaylah con ojos brillantes.
"Por Dios, para con esas demostraciones públicas de afecto, ¿sí?", Jaylah se sobó los ojos.
Layla esbozó una sonrisa, pero se quedó algo inquieta. "¿Piensas que... Camron me podría haber mentido?"
"Si te miente, ¡divórciate! ¿Por qué te preocupas tanto?", inquirió Jaylah.
Layla movió la cabeza de forma negativa. "No lo sé. Es solo que me siento algo incómoda".
"¡Si no lo sabes, no pienses en ello! De todas formas, ¡él no desea divorciarse de ti ahora! Al parecer, también quiere vivir una gran vida contigo. Como sea, ¡en el peor de los casos sepárate de él!", Jaylah meditó sobre la sinceridad de las palabras de Camron hace un momento e hizo un mohín. "¡Qué pena por Michael! Aún así, considero que hacen buena pareja".
"¿Hacemos buena pareja? ¡Estoy casada!", exclamó Layla.
Se llevó la mochila a la espalda y comentó: "De hecho, no tiene por qué mentirme, por eso estoy dispuesta a confiar en él una vez..."
"¡Entonces vamos a comer!", Jaylah agarró su mochila. "Puesto que estás tan contenta hoy, ¡tú invitas!"
"¡De acuerdo!", contestó Layla con obediencia.
...
Esme volvió al hospital, se metió corriendo al baño y se puso a llorar.
Tras llorar lo suficiente, acabó contemplándose en el espejo con la mirada demacrada y los ojos enrojecidos para luego lavarse la cara.
Jamás se daría por vencida con tanta facilidad. Deseaba deshacerse de Layla con sus propios métodos... Tenía muchas maneras de alejarla de Camron. ¿Por qué tendría que sufrir así?
Se acordó de que esta mañana la tía de Layla había montado un escándalo en este hospital solicitando gastos médicos, lo cual quería decir que su tío estaba ingresado en este hospital.
Podría hacerse pasar por amiga de Layla y sacar a relucir algunos asuntos con su tío. Al fin y al cabo, se encontraban en el mismo hospital... Al ser la 'hermana' de Camron, lógicamente debía visitar al tío de su esposa.
Una vez que se arregló el cabello, Esme agarró el estuche de maquillaje e intentó cubrir la cara demacrada con polvos, pero de pronto dejó el cosmético como si se le hubiera ocurrido algo. Tomó una cesta de fruta de la mesilla de noche y salió del lugar. Se dirigió a la enfermería para preguntar en qué piso se encontraba Frank.
Esta se dirigió a la habitación de Frank. Sin embargo, antes de que pudiera tocar la puerta, oyó a un hombre m*ldecir desde el interior...
"¿Qué es capaz de hacer un bueno para nada como tú? Llevo tantos años llamándote papá, pero ni siquiera te da para comprarme una casa, y ahora por culpa tuya tampoco tengo novia. Ya antes mi madre habló contigo de que si no podía casarme, Layla me daría un hijo... ¡Sin embargo, no accediste! Pues mira a tu sobrina. Después de casarse con una familia rica y poderosa, ¡no ha venido a visitarte!"
Esme se quedó estupefacta y enarcó una ceja.
"¡Tú... Vete de aquí!", la voz de Frank se debilitó.
"¡Si me das el dinero, me iré! ¡Llama a Layla y dile que me compre una casa! De otro modo, ¡transfiéreme el dinero de tus gastos médicos para que pueda conseguir un anticipo! En caso contrario... Iré a la Universidad de Azroville a anunciar que tiene una aventura conmigo. ¡Entonces comprobaremos si esa familia rica sigue queriendo a Layla!"
"Pero... Tú..."
En ese momento, Esme empujó la puerta y entró. Alzó en alto el teléfono mientras sostenía la cesta de fruta y comentó: "He grabado todo lo que acabas de decir. Si osas calumniar a Layla en la Universidad de Azroville, mi hermano Camron te demandará sin duda hasta llevarte a la quiebra".
Los hijos de Frank y Holly dirigieron su vista a Esme en la puerta.
Ante la belleza de Esme, Chester, el hijo de Holly, la contempló de arriba abajo de forma sucia. Enarcó una ceja y preguntó: "¿Quién eres?"
"¡Soy la hermana menor del esposo de Layla!", contestó Esme con seriedad.
En cuanto Chester oyó que la bella muchacha que tenía delante era hija de una familia rica y poderosa, se sintió un poco culpable y dejó de mirarla.
Chester llevaba muchos años en la alta sociedad, así que era consciente de que no podía permitirse ofender a una chica tan rica. No le quedó más remedio que fulminar a Frank con la mirada y abandonar la habitación resentido.
Esme cerró la puerta de la habitación y le preguntó a Frank: "¿Se encuentra bien?"
Frank era un hombre bondadoso de unos 50 años, pero delgadísimo. Aparentaba 60 o 70 años, y ya no tenía cabello.
El hombre le preguntó agradecido, "¿Eres... La cuñada de Layla?"
Ella dejó las frutas en la mesilla y contestó con una sonrisa incómoda: "No, soy la hija del mayordomo de la familia Walsh. Crecí con Camron, aunque no soy su hermana biológica. Solo pretendía asustar a ese joven. Permítame presentarme... Mucho gusto. Me llamo Esme Sanford".
"¡Agradezco lo que acaba de ocurrir!", Frank levantó la mano y se limpió las lágrimas de los ojos.
"Anoche sufrí un accidente y me ingresaron en este hospital. Al enterarme de que usted también estaba aquí, vine a visitarlo. Es extraño... Layla me envió ayer y no vino a verlo".
"De pequeña, la abuela y la madre de Layla fallecieron en el hospital, ¡por eso se siente muy incómoda en ellos!", Frank no se puso en guardia. Creía que Esme era una buena persona por ayudarlo, así que le fue sincero: "Por muy grave que se pusiera su enfermedad, esa chica no haría más que tomar medicinas en casa y jamás vendría al hospital".
"¡Entiendo!", Esme asintió con la cabeza.
"¿Qué pasó contigo, Esme? ¿Cómo te hiciste daño?", preguntó él con amabilidad.
Esme se mostró avergonzada. Entonces sonrió y se cubrió la mano herida con la otra, contestando: "Sin querer... Me caí por las escaleras".
"No pasa nada. ¡Los jóvenes se recuperan rápido! No te preocupes tanto", la animó Frank.