Capítulo 50
1273palabras
2024-05-05 07:50
De cualquier forma, la intención de Summer era meterse en la cama con Michael.
Ese motivo resultaba más apropiado que tomar la iniciativa de seducirlo. Era una pobre muchacha que no tenía más remedio que venderse a Michael, y no una conspiradora mujer que intentaba llegar a lo más alto de la escala social... ¡Era una buena oportunidad!
"¿Summer?", Layla se mostró incrédula mientras la miraba.
En cambio, Jaylah hizo una mueca de desprecio. Jaló el brazo de su amiga y le pidió que no hablara. Summer no hacía más que humillarse.
Michael se dio la vuelta para contemplar a Summer. Al mirarla a los ojos... Esta se avergonzó y bajó la mirada. Se hizo la tímida y juntó los dedos. "También puedo escribirle un pagaré, señor Harper. Hasta que salde la deuda, estaré a su disposición".
Los espectadores estaban a punto de enloquecer. ¡De hecho había una mujer tan descarada que declaró que deseaba ser la mascota de Michael!
Eran muchos los que querían ser la mascota de Michael. Sin embargo, ¿quién se atrevería a decir algo así en voz alta ante tantas personas?
"Dice que le gustaría ser mi mascota... Y me ha rogado que la salve. ¿Debería hacerlo o no?", Michael le preguntó a Layla.
Este dejó que Layla decidiera, pero ella no supo qué hacer...
"¡Layla! ¡Te lo ruego!", Summer volteó hacia Layla.
"Eso depende de usted, señor Harper. ¿Por qué me pregunta a mí?", Layla tragó con fuerza, y su corazón palpitó con fuerza. Le daba miedo que Michael dijera algo que hiciera que todo el mundo lo malinterpretara.
"Señora Boyer, ¿está insinuando que no quiere ayudar a su amiga, o...?", Michael aproximó sus labios delgados a la oreja de la joven y preguntó en voz baja: "¿O no desea que tenga una especie de mascota?"
Layla se asustó tanto ante el repentino acercamiento del hombre que retrocedió dos pasos.
"¡Layla! ¡Ayúdame, por favor!", Summer alargó la mano para agarrar la suya. "¿Podrías pedírselo al señor Harper? ¡¿Has olvidado que fui yo quien te recomendó vender vino del oeste aquí cuando estabas en apuros?! ¡No te puedes olvidar de tu amiga solo porque te hayas convertido en una esposa rica!"
"¿Estás loca? Ahora, la familia Walsh está en negociaciones de cooperación con el señor Harper... Si Layla le ruega por tu culpa, los Walsh tendrán que pagar el precio. ¿Con qué derecho le pides que te ayude?", Jaylah apartó a Summer. "¿Cuántos beneficios sacaste cuando presentaste a Layla al trabajo? La introdujiste al gerente... ¿No recibiste algo de dinero como intermediaria? ¿Lo podría confirmar el gerente? Te comportas como si le hubieras hecho un gran favor".
Jaylah sacó el teléfono adrede y añadió: "Aún tengo el video que grabé hace un rato. Lo único que quieres es meterte en la cama del señor Harper, ¿cierto? ¿Por qué sigues fingiendo? ¿Acaso pretendes que le enseñe dicho video al señor Harper?"
"¡Tú!", la cara de Summer se puso pálida, y entonces se puso a llorar y a suplicar a Michael. "Señor Harper, por favor... ¡Ayúdeme!"
"¡Es en vano que me supliques!", Michael observó a Layla con una sonrisa. "Debes rogarle a la señora Boyer. Te echaré una mano si ella me lo pide".
Summer terminó de decidirse y se arrodilló a los pies de Layla. Se puso a llorar y suplicó: "Por favor, ten en cuenta que somos amigas y compañeras de piso, ¡ayúdame, te lo ruego!"
Layla tragó saliva y estiró la mano para ponerla en pie. "¡No hagas eso! Primero levántate".
"¡Si no lo prometes, no me pondré de pie! En vez de volver y que mis padres me den una gran paliza, es preferible arrodillarme y humillarme", exclamó Summer.
"¡Pues que siga humillándose!", cuando Jaylah acabó de decir esto, miró a la mujer rica y le preguntó: "¿Por qué no ha llamado a la policía?"
Al oír que Jaylah les había insistido en que llamaran a la policía, Summer le hizo repetidas reverencias a Layla, hasta que su frente se puso roja. "¡Por favor! Ayúdame".
¿Quién osaría llamar a la policía? Era evidente que Michael quería utilizar este asunto para aprovecharse de Layla. Si ellos hacían la llamada, significaba ir en contra de él. ¿Quién se atrevería?
"¡Summer! Primero ponte de pie...", Layla no logró levantarla. Con miedo a que se hiciera mucho daño en la cabeza, apretó los dientes y miró a Michael. "¡Señor Harper, por favor, ayúdela!"
"¡Layla!", Jaylah se enfadó.
"¡De acuerdo!", Michael asintió con la cabeza, giró la cabeza y le dijo al gerente: "Indemnice a esta dama por su reloj, por favor".
"¡Se lo agradezco!", Layla le dio las gracias. Alzó a Summer y le advirtió: "¡Debes devolverle el dinero al señor Harper!"
"¡Lo sé! Sí, entiendo. Tranquila, se lo devolveré", se limpió las lágrimas y respondió con una sonrisa.
"Vuelve a casa temprano...", Michael se dirigió a Layla, luego se dio la vuelta y se dirigió al ascensor.
Jaylah soltó un suspiro y jaló a Layla. "Vámonos. Primero te llevaré a casa".
"¡Me retiro!", declaró Layla a Summer.
"¡Muchas gracias por lo de hoy!", apareció una sonrisa en los labios de Summer. Había encontrado una buena excusa para acercarse a Michael.
Jaylah fulminó a Summer con la mirada, jaló a Layla del brazo y se marchó. "¡No deberías echarle una mano! Las personas como ella..."
"¡Sé muy bien lo que vas a decir! Pero ella me ayudó cuando pasaba por mi peor momento. Esta vez lo consideraré como devolverle el favor. En el futuro estaremos a mano", Layla sintió que le quitaban un peso de encima.
Layla no era ninguna santurrona, sin embargo, lo que más deseaba hacer en su vida era estar a la altura de las palabras de su madre y ser fiel a su corazón.
A pesar de que sabía que Summer tenía malas intenciones o que había robado el reloj, cuando los gastos de la operación de su tío la dejaron sin recursos, fue ella quien le prestó dinero y luego la llevó a trabajar aquí.
Los guardaespaldas acompañaron a Layla y Jaylah a la salida.
Mientras veía cómo Layla y Jaylah se marchaban, la astuta Summer fulminó con la mirada a la rica dama que había perdido el reloj y se dio prisa en perseguir a Michael, que estaba por entrar al ascensor.
"¡Señor Harper!", Summer se acercó corriendo al ascensor y observó a Michael desamparada. Le espetó de forma coqueta: "¿Necesita que le firme un pagaré?"
"¿Podrás devolverme el dinero?", Michael la miró.
La muchacha dio otro paso para acercarse a Michael y mostró adrede su buena figura. "Aunque no lo puedo costear, sí podría... ¡Pagar con mi cuerpo!"
Acto seguido, Summer alzó la mano y apartó su larga melena por detrás de la espalda, mostrando su pronunciado escote. "Señor Harper, soy pura. Aún soy virgen..."
Michael entrecerró los ojos y la observó, mientras esta intentaba seducirlo. Tenía una tenue sonrisa en los labios.
Los latidos del corazón de Summer se aceleraron debido a la leve sonrisa de Michael. Sin poder evitarlo, se apoyó en él...
"¡Solo soy una muchachita, y no dispongo de medios para devolverle tanto dinero en un plazo corto! ¡Señor Harper, por favor, acépteme! Me gustaría ser su amante... No deseo estatus. Siempre que lo necesite... ¡Puede hacerme lo que quiera!"
Michael metió las manos en los bolsillos y dirigió su vista a la muchacha, que se apoyaba en sus brazos, como si no tuviera huesos. "¿Lo que quiera?"
Summer colocó sus dedos sobre el pecho del hombre. "Mm..."
Michael soltó una carcajada en voz baja. Ladeó la cabeza para acercarse a las orejas de Summer y entreabrió sus finos labios.