Incluso Layla se daba cuenta de que el señor Sandford se estaba comportando de forma inapropiada, tratando a Garrett como si fuera un invitado VIP.
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¿No debería el señor Sanford ser leal a la familia Walsh después de haber trabajado para ellos durante casi cuarenta años? Y, sin embargo, no solo no trató a Camron con respeto, sino que adulaba al señor Garrett.

'No me extraña que Camron no pueda confiar en nadie. Incluso la gente con la que creció lo traicionó', pensó Layla.
La chica palpó el regalo que tenía en la mano, aun disgustada.
Mientras el mayordomo acompañaba a Garrett al comedor, se volvió brevemente para mirarla.
¿De verdad esa chica de aspecto inocente no era una de las espías de Garrett?
Antes de irse, Garrett le dio su tarjeta a Layla, obviamente intentando sobornarla.
Su tono de voz se había suavizado, y ya no era tan implacable como antes.

"No te preocupes por Camron y su mal genio. Siempre puedes hablar conmigo de cualquier cosa. Contáctame si necesitas ayuda".
Camron los miró desde los ventanales de la tercera planta. Su expresión se ensombreció cuando vio que Layla cogía la tarjeta que él le ofrecía y se dio la vuelta.
Naturalmente, Garrett estaba al tanto de que estaba siendo observado. Con una sonrisa de satisfacción, entró en su coche.
"Oh Layla," susurró Luca. "Llámame si alguna vez te sientes sola. Me aseguraré de que estés satisfecha".

Layla no pudo contener su repulsión. "Ten un poco de decencia y dejar de andar haciéndole propuestas indecentes a cualquiera. Será mejor que te cuides antes de hacer algo que avergüence a tu padre", lo regañó, sin importarle la reacción de Garrett.
Efectivamente, la expresión de Garrett se tornó fría y miró fijamente a Layla desde el auto.
Pero Layla continuó hacia la mansión, con la espalda erguida. No había hecho nada malo, así que no tenía por qué esconderse.
De hecho, ahora que era la esposa de Camron, tenía más motivos que nunca para proteger a su marido y su unión.
"¡Arranca el coche!", le gruñó Garrett a su conductor.
Luca, por su parte, miraba a Layla con odio.
Después de que el Maybach se alejara, la chica arrugó la tarjeta y la tiró a la basura.
Tenía la peculiar sensación de que Garrett estaba siendo amable con ella delante de Camron a propósito para que este la considerara poco confiable, aislándolo aún más.
Garrett incluso había tolerado que insultara a su hijo una y otra vez. Si eso no era una prueba de que el hombre estaba tratando de sobornar a Layla, ¿qué lo era?
Camron apareció de repente en la puerta, con una expresión de desprecio en el rostro.
Layla recordó al instante lo que él había dicho antes sobre ella en las escaleras y sintió ganas de llorar.
"La tarjeta de Garrett Britt tiene mucho valor en esta ciudad. Innumerables personas morirían por tener su información de contacto", continuó Camron con frialdad.
"¿La tiraste para que confiara más en ti? ¿Para que bajara la guardia contigo?"
"No", intentó explicar Layla. "No tengo intenciones ocultas. Solo lo tiré aquí porque me preocupaba que los criados lo vieran y luego informaran a Garrett".
Luego se acercó a Camron y le dijo con voz temblorosa: "Sé que tienes tan claro como yo que Garrett estaba siendo amable conmigo a propósito. Está intentando que desconfíes de mí, y así siempre sentirás que no hay nadie de tu lado".
Camron miró a la mujer que tenía delante. A Layla no le asustaban en absoluto sus cicatrices. De hecho, intentaba acercarse más a él.
Justo entonces, Layla tomó su mano con fuerza. "Por favor, Camron. Aunque no me defiendas delante de los demás, al menos no hables mal de mí. Eres mi marido. Ahora somos familia. Me sentí muy herida cuando les dijiste esas cosas a Luca y Garrett".
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