"Saca a la espía de tu padre de aquí. No la necesito encima de mí todos los días".
Luca miró a Layla con desprecio, apretando más su agarre en respuesta.
"Gracias, primo. Me aseguraré de que esta z*rra acabe felizmente en mi cama".

A la joven se le puso la piel de gallina.
Camron no se inmutó. Miró hacia abajo desde la escalera con una fría sonrisa en los labios. "Puedes jugar con ella, torturarla, lo que sea, solo asegúrate de que no vuelva a aparecer por aquí".
Layla lo miró desconcertada, aturdida por lo que acababa de oír.
Había pensado que ser la 'señora Walsh' significaba que Camron la protegería, al fin y al cabo, eran familia...
Quizá era la única que se sentía así.
La joven permaneció inmóvil, impotente y triste.

Camron miró con desprecio al dúo de padre e hijo. Una sonrisa sarcástica apareció en su rostro lleno de cicatrices. "Todo lo que puedo decir es que este patético acto suyo no es suficiente para que confíe en esta mujer".
La desesperación de Layla aumentaba cuanto más escuchaba sus palabras.
"Se trata de un malentendido. Luca solo estaba bromeando. En cuanto a tu esposa, nunca antes la había visto. No ha sido ninguna 'actuación'. Realmente no tienes que sospechar tanto de mí, Camron", explicó Garrett.
Sonaba como un padre educando a su hijo rebelde, con un tono amable, teñido de frustración.

Camron ignoró a Garrett y se dirigió a la mesa del comedor.
El señor Sanford no lo saludó, sino que se volvió hacia Garrett directamente para darle los buenos días, como si este fuera el verdadero dueño de la casa.
...
Garrett fulminó a su hijo con la mirada y le dijo en tono exasperado y a la vez colérico: "¿Qué esperas? ¡Ve a sentarte con tu primo!".
Solo entonces Luca se apartó a regañadientes de Layla y bajó las escaleras.
Al ver lo decepcionada que estaba Layla, Garrett se acercó para consolarla de forma paciente y amable. "No te tomes a pecho las palabras de Camron, muchacha. No lo dice en serio. Es severo porque ha pasado por muchas cosas en su vida".
Su tono cambió completamente. Incluso sonaba genuino.
Layla seguía sufriendo en silencio, así que Garrett sacó la caja de regalos que había preparado. "De hecho, he venido con Luca para felicitarlos por su matrimonio. La ceremonia oficial no se celebrará hasta que Camron esté más recuperado, por supuesto".
"En cuanto a la descortesía de Luca, estoy seguro de que ya le diste una lección, así que olvidemos este asunto, ¿de acuerdo? Todos somos familia de ahora en adelante".
Layla se secó las lágrimas y aceptó el regalo de Garrett. "Gracias, señor", dijo con la voz todavía entrecortada.
"Su café está listo, señor Britt. ¿Lo tomará en el comedor o el jardín?"