Capítulo 46
820palabras
2024-04-28 09:47
LAYLA SE ACERCÓ A LA PISCINA y llamó la atención de los tres. "Bueno, chicos, escuchen. Juguemos un juego, se llama pelea de gallinas, y sé que ya lo conocen. Quería una competencia, pero creo que aquí no tenemos lo que necesitamos para hacerlo, así que solo jugaremos a la pelea de gallinas. ¿Se animan?".
Adan estuvo de acuerdo y, como era de esperar, Gianna, no. "Está bien, ya que Gianna no lo quiere y Levi nunca se opone, Emma reemplazará a Gianna…".
"¡De ninguna manera!", la interrumpió Gianna.
Layla levantó la ceja izquierda y se cruzó de brazos. "Dijiste que no te gusta jugar…".
"Jugaré, pero Levi será mi compañero".
Layla negó con la cabeza. "No, tú formarás equipo con Adan y yo, con Levi".
Gianna tuvo intenciones de contestarle, pero Layla le levantó una ceja y puso su aterradora cara de bruja, lo que hizo que la mujer se tragara las palabras.
"Adan, ¿juegas?".
Adan asintió.
"¿Y tú, idiota?", se dirigió a Levi.
El hombre la miró y asintió.
"Listo, entonces está todo organizado. Ahora ven aquí, Levi". Le molestó que le diera órdenes, pero no dijo nada y obedeció.
"Como es un poco peligroso, nos quedaremos en el centro de la piscina. Solo en el centro".
"¿Vamos a caballito o nos sentamos en los hombros?", preguntó Adan.
Layla sonrió y dispuso: "Por supuesto, en los hombros".
Cuando Levi se le acercó, ella le ordenó que se diera la vuelta para poder montarlo por la espalda.
"No los dejes ganar, idiota", le exigió Layla, él no dijo ni una palabra.
Emma, que estaba al otro lado de la piscina, contenía la risa, porque sabía que Layla era experta en ese juego. Nunca pensó que Levi la complacería, así que su amiga había hecho un gran trabajo al separarlos.
Gianna, con la cara despintada, se sentó en los hombros de Adan, y como este no le sostuvo las manos, la mujer casi se cae. Sin embargo, lo evitó luego de lograr equilibrarse.
Cuando Layla vio la situación, se echó a reír.
"No te rías. Tus pequeños pechos me irritan la nuca". Layla se vengó y le tiró del pelo.
"¡Ay, m*erda!", él se quejó.
Layla no le soltó el cabello, así que tuvo que hacer que se soltara a la fuerza. "Quédate quieta si no quieres caerte".
Layla puso los ojos en blanco y le ordenó que fuera hacia el centro.
"No explicaré el juego, ya que todos lo conocen…".
"Ya empieza, perra", exclamó Gianna.
"¿Por qué tienes tanta prisa? Deja que Levi tome aire. Y toma nota, el perdedor enfrentará ciertas consecuencias".
"¿El que está arriba o el que está abajo?", preguntó Adan.
"Si ambos caen, lo dos enfrentarán las consecuencias, pero, si es solo la perra que tienes sobre los hombros, entonces ella será la única...".
"¿Qué? Eso no es justo. Somos socios…".
"Así es el juego, cariño", se burló Layla y mostró una sonrisa maliciosa. "¡Oye, Emma! Ven, da la señal y mira que nadie haga trampa...".
"Como si se pudiera hacer trampa en este patético juego", se quejó Gianna.
"Si puedes HACER TRAMPA en una relación, ¿por qué no en un juego?", ironizó.
"¿Perdón?".
"¿Qué? Es solo un ejemplo. ¿Por qué? ¿Tienes rabo de paja?".
Layla vio cómo la perra de Gianna palidecía, al parecer le había dado donde más le dolía.
"Cállate y terminemos esto, ya me quiero ir adormir", intervino Levi, quien rompió la creciente tensión entre ellas.
Emma se acercó y empezó a contar. "Comienzo… uno… dos… tres, ¡adelante!".
Layla aseguró sus pies en la espalda de Levi y endureció su cuerpo mientras forcejeaba con Gianna. Comenzaron a empujarse, y Layla quedó impresionada, porque Gianna tenía fuerza y luchó bastante cuando Levi se acercó. Pero a Layla no le gustaba perder a nada y estaba dispuesta a darle una buena paliza a Gianna.
"¡Qué mierda, Levi, no me digas que nos dejarás perder!", Layla gritó.
"Cállate y ya termina de una vez". Levi no podía creer que le estuviera permitiendo a Layla ser superior a él.
Gianna comenzó a atacarla de nuevo; Layla casi se cae hacia atrás si no fuera porque se sujetó del cabello de Levi. Ahora sí que se lo escuchó maldecir en voz alta.
Cuando los ojos de las dos mujeres se encontraron, Gianna le sonrió. Layla le devolvió el gesto y cuando consiguió ganar algo de tiempo aprovechó la ocasión para jugar. A continuación, se escuchó un chapoteo.
"Gianna, abajo".
Layla festejó, se bajó de los hombros de Levi y se enfrentó a su contrincante, quien se quitaba el agua de la cara.
Layla se cruzó de brazos. "Perra, perdiste".
"Solo dime qué debo hacer. Estás hablando demasiado, estúpida", se quejó Gianna, lo que hizo que Layla se riera sarcásticamente.
Layla miró a Emma, le guiñó un ojo y volvió a dirigirse a Gianna: "Todavía me queda un día aquí y quiero que tú seas mi ESCLAVA".