Capítulo 45
826palabras
2024-04-28 09:47
DESPUÉS DE LA EXTRAVAGANTE ENTRADA DE Gianna, Layla y Adan no se esforzaron en contener la risa solo para molestar a la mujer. Como era de esperar, ambos recibieron una mirada fulminante de Levi, y solo eso los detuvo. Cuando terminó la cena, Levi y Gianna se sumergieron en las cristalinas aguas de la piscina.
Mientras Emma recogía la vajilla de la mesa, con disimulo, dirigió la mirada hacia la pareja, que reían felices: Levi cargaba a Gianna mientras le apoyaba la cabeza sobre el pecho. Verlo sonreír con quien amaba, le produjo un dolor insoportable en su interior, pero la consolaba saber que la mujer estaría en Florida la semana siguiente y que tendría una nueva oportunidad de ser su esposa, más aún, de ser su mascota.
Solo su mascota; nunca su esposa.
Sin embargo, antes de que se le cayeran las lágrimas, desvió la mirada, recogió las cosas que habían utilizado y se dirigió hacia la cocina. Allí vio a Adan y a Layla junto a la encimera discutiendo. Entró y dejó las cosas sobre la mesa.
"Deja que Adan lave los platos, Emma", dijo su amiga mientras se acercaba a ella.
Emma la miró a los ojos. "¿Por qué?".
"Sube a cambiarte. Nadarás, ¿verdad?", le preguntó y comenzó a poner la vajilla sucia en el fregadero de la cocina. "Te esperaré".
Pero Emma negó con la cabeza. "Ve y estaré allí después de limpiar todo esto".
Layla soltó un profundo suspiro antes de contestar. "De acuerdo, procura estar allí en seguida, no quiero que te pierdas la paliza que le daré a esa maldita. Mira cómo se mueve, se cree millonaria", criticó Layla.
Emma sonrió un instante. "Déjala en paz. Ahora ve, y llévate a Adan", dijo y miró al hombre, que estaba apoyado en la pared y las miraba.
"¿Tienes bañador, guapo?", le preguntó mientras caminaba hacia él; Adan negó con la cabeza.
"Entonces usa tu boxer", Layla se echó a reír, lo que hizo que Adan frunciera el ceño.
"¿Te parece divertido? Puedo nadar desnudo si quieres", respondió Adan de manera sugerente.
"¡Qué asco!", exclamó Layla con disgusto. "Puede que seas un bombón, pero detesto a los hombres que lardean de sus dotes. Pero claro, ¿por qué no, verdad? Te tomaremos una foto desnudo y la venderemos en internet". Se cruzó de brazos. "No es mala idea, ¿verdad, Emma?", bromeó Layla sin apartar la mirada de Adan.
"Ya deja de molestar a todo el mundo, Layla, ya vete de aquí". Layla puso los ojos en blanco y subió a cambiarse; Adan regresó al área de la piscina.
CUANDO LAYLA TERMINÓ de cambiarse, se apresuró a bajar para ver a Emma, pero ella ya no estaba allí.
"¿Acaso tardé tanto en ponerme el traje de baño?", se preguntó, y se dirigió a la zona de la piscina.
Una vez allí, vio a Emma sentada leyendo un libro. Layla suspiró, sabía que a su amiga le dolería ver a su marido y a la amante acurrucados como dos tórtolos al borde de la piscina.
Su entrada llamó la atención de los tres, Adan le dirigió un silbido galante, y ella se mostró indiferente.
Layla se acercó a Emma.
"Estás hermosa", la felicitó Emma cuando la tuvo a su lado.
"Estarías mucho mejor si nadaras un poco".
"Tengo mi período menstrual".
"¿Y dejaste que jugaran a los enamorados frente a ti?". Layla bajó la mirada hacia el libro que estaba leyendo. "¿Te rompen el corazón y tú lees un libro?".
Emma respiró hondo y luego exhaló con fuerza. "Hazme un favor, ¿puedes separarlos?".
Layla la miró confundida: "¿A quién?".
"A Levi y a su amante, solo por un rato, sé que sabes cómo hacerlo. Además, dijiste que harías un juego".
"¿Dime por qué? ¿Dame una razón...?".
"Porque no es nada agradable a la vista y me duele", argumentó Emma señalándose el corazón. Por suerte, no se atragantó al decirlo, pues tenía muchas ganas de llorar. Se moría por darle una bofetada a Gianna y recordarle que ella no era su esposa, que la verdadera esposa estaba presente. Pero tenía miedo de que Levi se volviera a enfadar.
"Ahora estás sufriendo". Layla se sentó cerca de ella y tomó su mano, sin importarle que solo llevara puesto su hermoso traje de baño negro de dos piezas. "Si te duele tanto ahí dentro", le señaló el pecho, "cierra los ojos y practica el arte de la indiferencia. Sabes que puedo hacer cualquier cosa por ti, incluso si no me lo pides". Layla sonrió. "No te preocupes, me vengaré de ellos, ya verás. Volveré cuando termine y, por favor, ten lista mi toalla. Te quiero". Se puso de pie.
Emma asintió, Layla se dirigió hacia la piscina. Emma cerró el libro que estaba leyendo para presenciar lo que su amiga iba a hacer, pero, cuando miró hacia la izquierda, se encontró con los ojos de Levi: lo observó un instante y luego volvió a mirar a Layla.