Capítulo 44
818palabras
2024-04-28 09:44
LAYLA SUBÍA LAS ESCALERAS e imaginaba cómo le rompería la cara a esa maldita imbécil.
Como ya conocía la habitación de Levi, fue directo en dirección a ella, pero aminoró el paso cerca de la puerta negra con candado por la que Levi y Emma habían entrado antes.
Sintió mucha curiosidad al respecto, pero lo pensó mejor y continuó hacia la habitación del hombre. Llamó a la puerta de manera insistente sin importarle si él se enojaba o le gritaba, porque, en realidad, eso era lo que ella quería que sucediera. Quería fastidiar a ese tipo y darle una lección, así como a la desgraciada que estaba con él.
Como era de esperar, fue la irritante Gianna quien abrió la puerta. "Bajen, la fiesta está a punto de comenzar…".
"No iremos", la desafió Gianna mientras se cruzaba de brazos.
Layla se burló imitándola: "¿Por qué no? Será divertido", le sonrió.
Gianna estaba a punto de contestarle cuando Levi se acercó a ella.
"¿De qué se trata?", le preguntó a Layla mientras la lanzaba el reflejo de sus profundos ojos verdes.
"Cenaremos junto a la piscina. Ponte bañador, y tú el bikini, sirenita", enfrentó a Gianna, que estaba tan enojada que parecía que explotaría en cualquier momento.
"Bajamos...".
"Cariño…". Layla puso los ojos en blanco al escuchar la irritante voz de la mujer.
"Dijiste que saldríamos a cenar…".
"¿Eh? ¿En serio, Levi? ¿Vas a dejarnos... vas a dejar a Emma?". Layla actuó como si le apenara su idea, iba a poner a prueba a Levi. "Bueno, si no quieres quedarte, seremos solo Emma, Adan y yo...".
"¿Adan aún no se ha ido?", protestó Levi.
"No. Bueno, no importa, que disfruten el paseo". La desazón era evidente en su voz mientras les daba la espalda. Tras alejarse unos pasos de la habitación, sintió un apretón en el brazo izquierdo que la obligó a darse la vuelta.
Como se estaba haciendo la desentendida, se limitó a mirarlo y a levantar los brazos para soltarse del agarre. "¿Qué sucede?".
"Estaremos allí en un minuto, no empiecen sin nosotros...".
"Bueno", contestó. De inmediato, le dio la espalda y continuó su camino. Levi frunció el ceño y susurró: "Maldita loca. Es igual que Emma, ambas son unas desgraciadas". Luego regresó a su habitación.
Cuando Layla bajó, fue directo a la piscina, disfrutando lo que sucedía. Adan y Emma ponían la carne en la parrilla.
"¿Qué te sucede?", Emma la miró sagaz.
"Tal vez se está volviendo loca…".
Adan no terminó lo que estaba a punto de decir. Layla se volvió hacia él, su amplia sonrisa se desvaneció y le clavó la mirada.
Adan hizo un gesto indicando que cerraría la boca como si esta tuviera cremallera y continuó asando.
"Layla, ¿qué hiciste?", Emma preguntó.
Layla se acercó a ella y se colocó a su lado mientras agarraba una pinza. "Bueno, les oriné encima", le susurró al oído, Emma la miró con desaprobación.
"¿Qué?". Lo único que Emma esperaba era que Layla no hiciera nada que la pusiera en peligro. Conociendo a Levi, a veces se comportaba como un psicópata.
"Nada. Estoy feliz y, como estoy feliz, nadarás conmigo, ¿verdad?".
Emma estaba a punto de responder cuando Levi intervino: "Ella no nadará. Tiene su período mensual…". Levi se dio cuenta de lo que acababa de decir.
"¿Qué dijiste? ¿Cómo sabes?". Layla era de lo más astuta cuando quería.
Levi, por su parte, era lo suficientemente ingenioso como para encontrar una razón. "De casualidad vi la parte de atrás de sus pantalones con... ".
"Ya basta. Acaba de arreglar la mesa y las sillas, Layla". Emma se acercó más a Layla y le pellizcó la cintura, lo que hizo que su amiga se estremeciera. "Te estás pasando. Basta ya, por favor", susurró Emma.
Layla suspiró y asintió.
TODOS estaban sentados a la mesa, excepto una persona: Gianna. Nadie sabía por qué demoraba tanto en bajar, y, como a Layla era una arpía y poco le importaba lo que dijera el resto, le preguntó directamente a Levi.
Él se encogió de hombros, lo que confundió a Emma, que no entendía por qué actuaba de esa manera.
"Como tengo hambre y Gianna no es tan importante, podemos empezar a comer". Layla, otra vez la dulce Layla.
Luego comenzó a servir la cena, y cuando estaba a punto de pasarle el plato a Emma, todos dirigieron la mirada hacia la mujer, por llamarla de algún modo, de bikini con estampado de jaguar que caminaba como si fuera una modelo haciendo alarde de su cuerpo. Layla se echó a reír, y Emma le dio una patada en la pierna para que se detuviera.
"¿Nadie le dijo que la cena era primero y luego la fiesta en la piscina? Ni siquiera se molestó en ponerse una camisa o una bata...". Layla no terminó lo que estaba a punto de decir, porque Emma le metió una cucharada de arroz en la boca.