Capítulo 18
701palabras
2024-04-22 10:43
Apenas recuperó la compostura, Emma bajó a preparar la cena. Parecía que ese día cenarían temprano, pues apenas eran las 16:30. Cuando bajó, no se encontró ni con Levi ni con Gianna e imaginó que se habían ido al cuarto de su marido a tomar una siesta o algo similar. Sacudió la cabeza para deshacerse de los pensamietnos intrusivos y comenzó a cortar la carne de res, que plabeaba cocinar con brócoli, pimiento rojo y un poco de carbonara.
Si no le importara complacer a Levi, podría quedarse encerrada en su cuart y dejar que esos dos se encargaran de cocinarse. Sin embargo, la simple idea le causaba algo de culpa, pues sabía que su deber era obedecer a su amo.
Se tardó bastante tiempo cocinando, pues cuando miró su reloj, se dio cuenta de que eran las 17:30. Ya solo le quedaba una hora para terminar de cocinar y temía que la carne no estuviera lo suficientemente suave.

Justo cuando estaba poniendo la mesa, entraron en la cocina Levi y Gianna. Emma suspiró y miró hacia otro lado, decida a concentrarse únicamente en su tarea.
"Hmmm... esto huele muy bien", dijo esa p*rra. Por mucho que quisiera abofetear a Gianna por lo que había hecho aquel día, sabía que lo mejor era no confrontarla, pues Levi se pondría de su lado.
"Cariño, no sabía que Emma era buena cocinera. Solo me habías dicho que era una niña rica y malcriada que lo único que sabía hacer era derrochar todo el dinero de sus padres", dijo Gianna, con la boca llena.
Esas palabras enfurecieron a Emma, quien no hizo nada. Sin embargo, Levi notó que los nudillos de su esposa estaban blancos, por lo fuerte que lla agarraba el tenedor. Empero, no hizo nada.
"Nena, concéntrate en tu comida que no quiero que te ahogues", le dijo Levi a su amante, en un tono que nunca había usado con Emma. La mujer se impactó con la diferencia, pues a ella siempre se dirigía con un tono autoritario y golpeado.
«¡Qué injusta es la vida!», pensó, recurriendo a toda su fuerza de voluntad para no atacar a esa muj*rzuela.

"Oye, Emma", le dijo Gianna.
La aludida levantó la mirada para encarar a su rival.
"¿Cuándo dejarás en paz a mi Levi?".
«¿Su Levi?», pensó Emma.

"No pierdas el tiempo con ella", intervino Levi sosteniendo en una mano una copa de vino y en la otra la mano de su amante.
Al notar eso, Emma casi se carcajeó con sarcasmo, pues creía que no había necesidad de que le restregaran su amor.
"No, cariño. Quiero saber cu...", insistió.
“Ya hablamos de eso. ¿Verdad Emma?", preguntó el hombre, con una mirada que prácticamente era una exigencia.
"S-Sí", corroboró ella.
"Bien. Pues espero que lo hagan lo antes posible, bebé”, le dijo Gianna a Levi.
«Como si fuera a darle el divorcio. ¡Eso nunca pasará!», pensó Emma, con los ojos en blanco.
Apenas terminaron de cenar, la dejaron sola para que limpiara la cocina. Casi parecía que Gianna no tenía brazos, pues no la ayudaba con nada. Esa p*ta solo actuaba como una malcriada porque Levi la respalda. Bueno la verdad era que él la amaba, pero ella estaba segura de que en el fondo sabía que solo era la hija de la secretaria de su difunto tío Everett.
Esa tipeja no era más que una pobretona que vivía en un departamento.Había sido gracias a la fundación de su difunto tío que esa sin clase había logrado estudiar en una universidad parte de la Ivy League. Allí fue donde conocíó a Levi.
Y ahora, como se había convertido en modelo, actuaba como si fuerala gran señora. Odiaba la forma en la que Gianna la veía con disgusto, cuando ella era la despreciable, pues besaba a otros hombres, a espaldas de su prometido.
«Espera un poco p*rra, que apenas descubra tus secretos acabaré contigo. Sé que te debates entre Levi y el imperio de Liam y que solo quieres su dinero para salvar a los Hollis de la quiebra», pensó.
Aunque no se atrevería a darle su merecido a esa cualquiera, por temor a las represalias de Levi eso no significaba que detendría lo que empezó.