Capítulo 7
1164palabras
2024-04-22 10:42
Emma hablaba por teléfono con su amiga del alma, Layla, quien en ese momento residía en Nueva York, trabajando como arquitecta en el estudio de su tío.
“Todavía me sorprende que Levi vaya a casarse contigo. A pesar de tener una prometida, se casará contigo…”, comentó, evidenciando su curiosidad.
Emma dejó escapar un suspiro: “Así es. La boda es mañana, según lo dicho por mi padre”, le contó.
“Lamento mucho no poder asistir a tu boda…”, se disculpó su amiga.
“No te preocupes”, la cortó Emma: “Es solo una ceremonia civil. Quiero que sea lo más discreto posible. Están atravesando por problemas y preferiría evitar que los medios se enteren y quieran sacar provecho publicando alguna noticia al respecto. Mi padre indicó que la ceremonia debe ser íntima”.
Pero Layla pareció percibir algo en las palabras de su amiga.
“Emma…”, llamó.
“¿Sí?”.
“¿Vas a decirme la verdad? Levi no se casará contigo porque están enamorados, ¿cierto?”.
Emma abrió los ojos de par en par y soltó otro suspiro profundo.
“Emma… sé sincera conmigo. Te conozco desde hace años. No hay forma de que Levi esté enamorado de ti. Su corazón pertenece a Gianna, y no se casaría contigo estando enamorado de ella”.
Las lágrimas brotaban de los ojos de Emma, aunque rápidamente se las secó. Desde su encuentro con Levi en la cafetería, le había sido imposible conciliar el sueño, atormentada por lo que había dicho, pero decidida a no dejar pasar la oportunidad. Estaba resuelta a casarse con el hombre que siempre había amado y a hacer lo que fuera necesario para ganarse su amor.
“Es a causa de un favor”, reveló al fin.
“¿En serio? ¿Estás segura de eso? ¿Y si Levi se enfurece contigo?”.
“Ya está furioso conmigo”, confesó.
El suspiro de preocupación de su amiga resonó desde el otro lado de la línea: “Dios, Emma. ¿Por qué hiciste eso? ¿Y si él se venga o te hace algo malo, considerando que te estás quedando con el ‘felices para siempre’ que le pertenecía a Gianna?”.
“Lo entiendo. Pero no me rendiré. Confía en mí, haremos que este matrimonio funcione. Hemos sido amigos por mucho tiempo y estoy segura de que él no cambiará su trato hacia mí…”.
“¿Es en serio? ¿Piensas que Levi seguirá tratándote bien después de esto?”, dijo Layla. Su frustración era palpable.
Pero Emma soltó una risa suave: “Me las arreglaré. Lo prometo”.
“Emma… no deberías haberlo hecho. El amor verdadero llega cuando está predestinado. Levi no era para ti. Deberías haberlo apoyado como su amiga de toda la vida, no arruinando su felicidad con la persona que realmente ama…”.
“Yo lo amo, Layla. La boda es mañana, y lo que pedí fue a raíz de lo que vimos después del funeral de tío Everett, ¿recuerdas? Tú estabas ahí. ¿Piensas que solo pedí este favor por mi amor hacia él? Quiero proteger a Levi, Layla. Él ama a esa chica. Confía en ella. Pero, ¿qué ha hecho Gianna para ayudarlo?”.
“Emma, no conoces toda la historia. No es justo juzgarla solo porque viste que besaba al chofer de Levi…”.
“¡No! La verdad es obvia. ¿Por qué lo besaría? ¿En la boca?”.
“Ese chofer resulta ser el hijo de la mejor amiga de la madre de Gianna, ¿cierto? De acuerdo con lo que descubrí cuando me pediste que indagara, crecieron juntos”.
“Exacto, es solamente un amigo de infancia. Pero la verdadera interrogante es, ¿por qué Gianna lo besaría en la boca? ¿A espaldas de Levi?”.
Layla exhaló profundamente al responder: “Entonces, ¿por qué no le cuentas la verdad a Levi? No con el propósito de casarte con él para ‘salvarlo’ de Gianna. Él merece saberlo y decidir si creerte o no…”.
“No. La boda es mañana. Me casaré con él. Nada se impondrá entre nosotros”.
“No estoy de acuerdo con tu matrimonio con Levi, Emma. Sin embargo, soy tu amiga y estaré contigo en todo momento. Solo avísame si te trata mal, ¿de acuerdo? Tomaré el primer vuelo para ir a darte un abrazo”.
Emma sonrió mientras una lágrima se deslizaba por su mejilla, dándose cuenta de lo mucho que extrañaba a Layla.
“Te extraño, tonta”.
La carcajada de Layla resonó al otro lado: “Yo también te extraño, tonta. No te preocupes, iré a visitarte en cuanto termine con este proyecto. Ah, y por cierto, ¿dónde vivirás después de la boda?”.
“Mi padre adquirió una vivienda en Cameo Shores…”.
“Vaya, vas a disfrutar de una casa con vistas al mar. Es increíble, ¡estoy ansiosa por ver la playa!”, expresó Layla.
“Correcto. Será refrescante y tendremos una vista inigualable del mar”.
“Aunque de seguro tuvo un alto costo”.
Emma soltó una carcajada: “Así es”.
“¿Has contratado algún servicio doméstico?”.
“No. Prefiero dedicarme por completo a ser la esposa de Levi. Además, seguiré involucrada en el negocio de mi padre, lo cual incrementará mis ingresos mensuales directos”.
“Vaya, cómo desearía haber nacido en una familia rica”, se lamentó Layla.
Emma rodó los ojos: “Tu tío es acaudalado, y es el hermano de tu madre. Así que, de cierta manera, tú también tienes una familia rica”.
“Pero no tanto como la tuya”, replicó su amiga.
“Claro. Claro. Bueno, voy a colgar ahora. Mi madre y yo iremos al salón de belleza. Necesito estar radiante para mi prometido”.
“Ya estás radiante, Emma. De todas formas, disfruta de tu día. Me hubiera gustado estar presente para tu despedida de soltera hoy, pero me es imposible debido a la distancia, y a que tengo compromisos pendientes. Te compensaré una vez termine con este proyecto”.
“Claro, está bien”.
“Te quiero mucho, p*rra”, bromeó.
Emma respondió con una sonrisa: “Yo también te quiero”, y luego terminó la llamada.
***
Levi entraba al bar situado cerca de su oficina con su amigo, Adan, deseando simplemente disfrutar de un trago para distanciarse temporalmente de las complicaciones familiares de los Hollis.
“Mis felicitaciones, compañero”, expresó Adan, dando un sorbo a su bebida: “Vas a casarte con la joya de la universidad, Emma Hollis”, comentó con un tono casi burlón.
Levi, por su parte, optó por mantenerse callado.
“Gianna es atractiva, pero Emma… ella la supera con creces. Tienes que admitirlo, amigo. Así que de todas formas, sales ganando. Lo lamentable es que no la ames… sino que la quieras como si fuera tu hermana”.
Levi continuó sin emitir comentario alguno.
“¿Ya le has comunicado a Gianna acerca de tu matrimonio?”.
El agarre de Levi sobre su vaso se intensificó al dirigir su mirada hacia Adan, quien tragó saliva al percibir el tumulto emocional en los ojos del primero. Instantes después, el vaso se hizo añicos, incrustando fragmentos de vidrio en la palma de Levi.
“¡Santo cielo, amigo!”, exclamó Adan al observar la sangre escurriendo de las manos de Levi, quien lo observó con desgana, aparentemente insensible al dolor. Lo único que predominaba en él era un sentimiento de ira, y estaba dirigida hacia Emma…
“Voy a hacerle la vida imposible a esa desgraciada”, pronunció, casi como si fuera un juramento.