Capítulo 62
1262palabras
2024-02-14 13:23
— Bueno pues... si, si confío en él, lo conozco desde hace muchos años y siempre ha sido de gran ayuda para mí, él fue quién me conto lo que mi familia pretendía hacer cuando yo muriera, me ayudo a dejar todo en orden para por si yo llegaba a morir.
— Por eso lo digo más que nada, porque dejaste todo en sus manos sin dudar, recuerda lo mal que se puso Jair cuando se enteró de lo de Roberto y aseguró que te estaba engañado.
Creo que esto se está saliendo de control, si Mort duda de él por las palabras de Jair en aquel entonces me parece absurdo, ya ha pasado bastante tiempo además de que Jair ya no está aquí.

— Em... cariño creo que estas siendo un poco paranoico, Jair era más que obvio que no iba a tomar nada bien el enterarse que Roberto les estaba jugando chueco, y si sospechas por el comentario de que dijo que él sabía que yo tenía mucho dinero es más que nada porque sabe que no soy de estar gastando dinero de maneras desorbitantes, no creo que debamos preocuparnos de él, es más te lo aseguro, ¿de acuerdo?
Le sonrío queriendo darle un poco de paz a su mente e intentando transmitirle de mi propia seguridad, Roberto no es un problema y entiendo que en estas situaciones Mort sospeche de todos, han estado muy calmadas las cosas desde hace meses y eso en vez de ser tranquilizador es algo inquietante considerando que tenemos una loca obsesionada con el siguiéndonos.
Mort suspira pesadamente y se acerca a mí, parece que logré tranquilizarlo, pero solo un poco ya que siento que aún tiene sus dudas.
— Descubrí que Jair había ido a buscar tu testamento al departamento de registros, había quedado de reunirse con Mónica después de ver su contenido y misteriosamente, Jair apareció muerto después de entrar a esa oficina, pero no quedó registro de que él estuvo ahí y la mujer se suicidó. - no entiendo que me está tratando de decir del todo... o que tiene que ver Roberto en todo esto
— ¿Desde hace cuánto sabes eso?
— Hace un par de días, batalle mucho para que las sombras me dieran la información, pero ese es otro tipo de enrollo, lo eh estado pensando mucho y he tomado una decisión, que yo considero que es la mejor.

— ¿Qué decisión? ¿Sobre qué hablas?
Se toma su tiempo para responder esta extrañamente callado y misterioso, no me gusta para nada esto, cada vez entiendo menos la situación no entiendo de que estamos hablando ahora.
— Me voy a reunir con Clili, voy a terminar con esa incertidumbre de una vez por todas, estoy harto de sus jueguecitos, pensé que como dijiste, cuando nos exhibiéramos más en la calle ella asomaría la cabeza, pero ni sus luces de la mujer, traté de ser paciente quería capturarla, pero si me va a tocar desaparecerla que así sea.
— ¿¡Que espera!? ppero

No sé qué decir realmente, me toma por sorpresa sus palabras, una parte de mi siente mucho miedo y no sé porque, ya me ha dicho que él es mucho más fuerte que ella, pero aun así no puedo evitar sentirme preocupada por la situación en general, ¿y si algo sale mal?
— No hay pero que valga cariño, mi paciencia tiene límite y sinceramente ya me cansé de lidiar con los jueguecitos de esa mujer, es momento de agarrar el toro de los cuernos, buscare la manera de reunirme con ella, y acabare con ella o acaso ¿quieres pasar el resto de tu vida con la preocupación de que ella anda acechando por ahí?
— No, por supuesto que no, pero que te hace pensar que ella aceptará verse contigo; que te quieras reunir con ella de repente será sospechoso para ella, qué tal si terminas cayendo a una trampa que se yo...- una idea loca cruza por mi cabeza, — ¿Y si me usas de carnada? ella parece seguirme a mi
— No cariño ella me quiere a mí y quiere lastimarte porque sabe que eso me afectaría a mi directamente, ya pensare en alguna manera de reunirme con ella sin tener que exponerte...
Quiero protestar su idea no me gusta para nada, siento que hay varios puntos que no está considerando al irse a reunir con esa loca que ha resultado ser muy astuta; mi celular empieza sonar y el nombre de Consuelo aparece en la pantalla, sin dudar tomo la llamada.
— ¡¡Valeria!!. - Consuelo se escucha muy exaltada, me pone en alerta al instante
— Si, ¿Qué sucede?
— Tu padre esa muy débil... él se cayó en casa y golpeo la cabeza... estamos en el hospital es mejor que vengas ahora...
Como si me hubieran echado un balde de agua fría mi cuerpo empezó a experimentar un terrible frio además de empezar a temblar sin control, Mort tomó el celular y habló con Consuelo seguido de eso él me abrazo para encaminarme fuera del edificio donde la prensa ya estaba acechando, a lo poco que pude escuchar tenía que ver con la riña de la mañana en la junta con Cristina y su nuevo amante.
Pero no tenía tiempo para estupideces, dentro de mi tengo un mal presentimiento, no fue como la última vez que papá estuvo en el hospital esta vez siento un extraño vacío en el pecho algo me dice que voy directo a una despedida.
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Al llegar al hospital tenemos a la flota de reporteros tras de nosotros, pero yo ignoro todo a mi alrededor rededor solo quiero llegar con mi padre. Al llegar a la habitación y entrar fue como si el tiempo se detuviera, de nuevo la imagen de mi padre en esa cama de hospital, solo que esta vez al verme llegar una gran sonrisa se dibuja en su rostro.
— Valeria mi pequeña
— Papá. - las lágrimas comienzan a correr por mis mejillas al acercarme a él — ¡Rayos! papá mira donde quedaste, porque no me haces caso y tomas tus vitaminas.
— Val... basta de eso, hay ocasiones en donde tú sabes que tu tiempo ha llegado y bueno el mío ya paso hace tiempo, gracias por la oportunidad que me disté de enmendar parte de todo el mal que te hice, eres una gran mujer, valiente, fuerte, inteligente... puedo seguir por minutos, pero lo más destacable de ti es tu fortaleza y gran corazón, prométeme que seguirás siendo fuerte y que siempre harás lo correcto sin importar que este en contra de tus deseos.
Hacer lo correcto sin importar que este en contra de mis deseos... lo correcto es dejar a papá ir, respetando sus deseos de partir, pero los míos se niegan, no me siento lista para dejarlo ir...
— No estoy lista para perderte aun...- papá limpia las lágrimas de mi rostro y me regala una sonrisa débil.
— No me perderás, yo siempre estaré en tus recuerdos y tu corazón ya depende de ti que no me olvides... prométeme lo que te dije por favor...- Cierro los ojos con fuerza sintiendo cada vez más insoportable el nudo en mi garganta finalmente asiento con la cabeza.
— Esta bien papa. siempre hare lo correcto sin importar que este en contra de lo que yo deseo.
Él sonríe y deposita un beso en mis manos que se encuentran entre las suyas, después de eso la fuerza de su agarre disminuye y la maquina deja de marcar los latidos de su corazón.