Capítulo 61
1265palabras
2024-02-14 13:23
Llegamos al edificio con un elegante retraso de 7min, es una suerte que el restaurante estuviera tan cerca del edificio aun así no pudimos librarnos de los semáforos, cuando entramos a la sala de juntas ya son 10 minutos que empezó la junta, al parecer Roberto se encargó de todo, cuando entramos yo y Mort atraemos las miradas de todos en el lugar.
— Una disculpa se me notifico de último minuto el cambio en el horario de la junta. - digo con naturalidad tomando mi asiento al frente de la larga mesa, Mort se posiciona aun lado de mi
— ¿Como es eso posible? eso da una mala imagen a la empresa, una directora general que no está al tanto de sus negocios siempre dejando a cargo a su subdirector...

Esa voz... Cristina está en la sala al lado de su nuevo novio el ex esposo de mi socia en el negocio de moda, mejor se hubiera quedado callada.
— Los percances se dan de repente nadie es perfecto, en mi caso tengo la gran suerte de contar con un personal apto y competente para continuar sin mí, un personal bien capacitado habla muy bien de una empresa, ya que tienen la capacidad de atender crisis a la perfección cuando no está el presidente como fue el caso... dígame ¿cuántas empresas tiene? Debe de tener 1 o 2 para tener ese pensamiento en mi caso que son más de 7 me es imposible estar en todos lados a la vez.
El rostro de Cristina se tiñe de rojo ante la vergüenza, es que ella no tiene ni una empresa claro está, en primera ni debería de estar aquí, así que será cuestión de tiempo para hacer que la saquen.
— ¡Esto es inaceptable! ¿Esa es la manera de tratar a un nuevo cliente potencial...? - el hombre a su lado protesta, ay, señor ¡cállese por favor! — Primero llega tarde a una Reunión importante por estar con su amante y lo primero que hace es ofender a los presentes solo porque alguien se atrevió hacer el comentario de lo mal que se mira que un CEO llegue tarde a una Reunión de negocios.
Apoyo mis codos en la mesa inclinando mi peso al frente y juntando mis manos mientras observo con la peor mirada que puedo a la parejita frente a mí, imposible no percibir la tensión en el ambiente, todo mundo pasa saliva incomodo, yo y Cristina nos miramos mal; esta casi irreconocible con esa ropa tan elegante y tapizada de joyas.
— Ya expliqué mi razón por la cual llegar tarde como dije es algo que alguien que no tiene más de 3 empresas a su cago jamás podrá saber, y ¿A quién se refiere con nuevo cliente potencial? ¿A ella? - me burlo de Cristina obviamente

— Si ella, es una importante clienta y no es manera de tratarla.
— Ella no tiene el capital suficiente para invertir ni en mi empresa con menores rendimientos, la ex amante de mi exmarido ni tiene esa cantidad de dinero asi que es mejor que salga de esta sala por su propio pie si no quiere que la mande apresar por espía corporativo.
— ¿¡Que?! Como que espía corporativo está loca
— Muéstreme el estado de cuenta bancario a nombre de ella, espero que tenga el capital suficiente para invertir.

— ¿¡Yo lo hare por ella?!
— Si usted es el cliente entonces debe saber que en este tipo de reuniones no son bienvenidos los acompañantes, así que si son tan amables de salir ambos de aquí antes de mande a seguridad para que los saquen.
— ¿¡Que?! ¿¡Como que a ambos?! - los humos del lugar ya están algo acelerados, me incorporo en mi silla y ni siquiera volteo a ver a la pareja que me está tragando con la mirada.
— Si a ambos, ella no tiene el dinero para invertir en ninguna de mis empresas y quizás usted si lo tenga, pero no me interesa tener negocios con una persona tan problemática como usted, así que háganme el favor de largarse de mi edificio por las buenas.
— Esto no se va a quedar así, le va a salir cara esta humillación señorita Palacios. - el hombre me grita molesto mientras toma la mano de su víbora para salir, ahora ahí viene la amenaza de Cristina, quién le clava la mirada a Mort.
— Te crees mucho Valeria, yo me encargare de bajarte de esa nube.
— Te recomendaría no hacer tus amenazas al aire, si te das cuenta tienes muchos testigos y curiosamente siempre que me amenazas me pasan cosas extrañas.
La sala se quedó en un incómodo silencio una vez ese par salió de la sala, Roberto se aclaró la garganta y siguió con su presentación, mi humor era pésimo así que no participe en ningún momento de la junta y nadie se atrevió a hacerme ni una sola pregunta, todos se iban a preguntar cualquier cosa a Roberto, mi mente estaba demasiado ajetreada la actitud de Cristina era extraña, más que solía desaparecerse del panorama y cuándo regresaba a la contienda no era para nada bueno, no debo subestimar a esa arpía.
— ¿Valeria podemos hablar? - no sé en qué momento la junta termino y la sala quedo vacía, Mort salió de la sala al escuchar a Roberto para darnos más espacio probablemente, me deshago de mis pensamientos locos y pongo mi total atención en mi socio.
— Si claro, dime...
— Yo nunca me meto en tus asuntos, pero no crees que no fue la manera correcta de responderles a los clientes de la mañana.
— Discúlpame, pero si no recuerdas esa mujer era mi examiga, amante de mi exesposo ahora se consiguió nuevo novio con dinero y se cree con el derecho de venir a humillarme en mi propio trabajo no.
— Lo entiendo, pero asustaste a algunos de los socios, si ellos deciden retirarse los negocios...
— No te preocupes Roberto tengo el suficiente capital para superar una crisis y las que vengan nunca eh sido de despilfarrar dinero y tengo mucho en mi cuenta bancaria si esa gente se quiere ir avísame y yo misma compro sus acciones.
— Si, yo sé que tienes demasiado dinero. - suelta una risita. — No sé de qué me preocupo si tienes todo cubierto, solo trata de no dejarnos sin socios, me iré de vacaciones, solo serán 2 semanas confío en que no pelearas con nadie más
— No prometo nada
Le digo sonriente, me pongo de pie para darle un abrazo y desearle un buen viaje, seguido de que él se fue llego Mort y ambos nos dirigimos a mi oficina, curiosamente en todo este tiempo Mort ha estado inusualmente callado, pensativo, verlo así no es buena señal.
— ¿Todo bien? Te veo pensativo…- sus ojos celestes parecen inquietos, arrugo la frente al juntar nuestras miradas
— ¿Roberto tiene acceso a tus cuentas bancarias personales? - esa pregunta me toma por sorpresa
— No, solo a las cuentas empresariales, pero a las mías personales no
— ¿Que tanto confías en él?
Esa pregunta me toma algo desprevenida, no porque dude de mi mano derecha si no que para que Mort pregunte eso él tiene sus sospechas sobre el hombre y me causa curiosidad el porqué, Roberto a estado a mi lado durante tantos años, mucho antes de que llegara a Mort a mi vida, nunca hizo nada en mi contra hasta la fecha a sido un socio leal, no entiendo a que viene esa pregunta.