Capítulo 52
1266palabras
2024-02-10 00:31
Me siento como un animal enjaulado, una presa acorralada, no quiero abrir la boca para nada ya sea para bien o para mal no quiero perjudicar a Mort, para mi salvación la puerta de la habitación se abre de repente, es mi abogado... dejo salir el aire que estaba prisionero o en mis pulmones, salvada por la campana sin duda.
— ¡Esto es inaceptable! ¿¡Porque están interrogando a mi clienta sin mi presencia?! No siquiera le dieron oportunidad de llamarme, me enteré por otros medios y estoy seguro de que ni siquiera le leyeron sus derechos...
Mi abogado el señor Fernández irrumpe en la habitación echo una furia, en verdad me siento aliviada de que este aquí, sin embargo, no tengo intenciones de hacer esto más grande, ambos hombres se retan con la mirada.
— Señor Fernández, solo estábamos hablando yo y el oficial... verdad. ‐ lo volteo a ver sugerente el suspira y no le queda de otra que aceptar mi salida antes de que mi abogado se le eche encima.
— Así es... supongo que ya fue notificado del caso ya que le permitieron entrar aquí, lo dejo para que hable con su clienta.
El oficial llega a mi lado y me retira las esposas sin quitarme sus ojos acusadores de encima, se retira dejándonos a mí y mi abogado en la habitación, en el momento en que se cierra la puerta yo brinco de mi silla apoyando ambas manos en la mesa metálica fría e inclinándome hacia mi abogado.
— ¿¡Que es lo que está pasando señor Fernández?! ¡Lo único que logré entender es que nos culpan a mí y mi escolta de la muerte de mi exesposo, pero no entiendo que paso, cuando, donde, en qué momento nada!
Estoy demasiado alterada y nerviosa, más que nada porque no estoy segura si Mort fue quien lo mató, existe la posibilidad, pero no quiero creer que él lo hubiera hecho y si lo hizo alguna razón debió, tener necesito hablar con él.
— Su exesposo fue encontrado muerto en un callejón en una parte algo solitaria de la ciudad, un vagabundo lo encontró y notifico a la policía, lo único que se sabe es que salió de su departamento hoy en la mañana y simplemente desapareció.
Todo está muy confuso, no hay muchas pistas fue algo sigiloso y muy bien ejecutado, la razón por que la que sean los principales sospechosos es, en primero su parentesco y el obvio conflicto entre ustedes, en segunda por el hecho que fue algo demasiado bien ejecutado solo alguien que sabía perfectamente lo que hacía podría hacer un asesinato así o alguien con el poder y dinero para hacerlo.
Ahora entiendo, yo soy la persona que tiene el poder y dinero para hacerlo además de las razones para querer deshacerme de él según el oficial, Mort y su pasado militar inventado lo consideran la herramienta que use y bueno los problemas entre nosotros y las constantes ocasiones que intentaba alejarlo de mi bajo amenazas no son más que trozos de leña extra para arrojar al ya ardiente fuego y avivar las llamas. Debería de estar tranquila no tienen pruebas en mi contra, aunque eso lo consideran aún más sospechoso, puedo jurar que piensan que por mis influencias y dinero trato de salirme con la mía.
— Necesito hablar con Mort.- son las únicas palabras que logró articular, necesito verlo con urgencia para así poder aclarar las cosas por lo menos un poco.
— Ahora él está detenido y no les permitirán verse hasta que los interroguen por separado, él me comentó que salió de casa en busca de una información relacionada con el historial médico de su padre y difunta madre por órdenes de usted, necesito conocer la situación a detalle.
— Si yo mande a él a investigar eso, tengo mis sospechas de que mi tía antigua pareja de mi padre sobremedico a mi padre causándole los problemas cardiacos que tenía además de que mi madre murió de algo parecido, mande a Mort a buscar sus expedientes médicos ya que quería leerlos a detalle.
— Entiendo. - mi abogado suspira. - Podemos intentar desviar la atención de ustedes con eso, para que busquen otro sospechoso y sirve que la policía inicia una investigación en el caso de su madre y padre.
— Gracias es una buena idea, aunque lo primordial es salir de este enrollo, Mort y yo no hicimos nada y ni tuvimos que ver en esto.
— Le creo señora Valeria, de igual manera no pueden arrestarlos no tienen pruebas.
Sus palabras me reconfortan un poco, me permito poner las manos al fuego por Mort y asegurar que no hizo nada, algo que llamó mi atención fue que el abogado dijo que Jair salió de su casa y desapareció, cuando a mi Mort me dijo que Jair había ido a las oficinas de registros, hay algo muy sospechoso aquí, algo que no cuadra del todo, pero no abriré la boca de más, solo sería cavar más fondo el pozo por el que nos quieren arrojar.
Las siguientes horas entraron dos oficiales ahora si a interrogarme de manera oficial con mi abogado a un lado, a Mort se le asignó un colega del mío; esta vez comenzaron preguntándome ¿dónde estaba? ¿Qué estaba haciendo cuando eso sucedió? Les conté las cosas tal y como eran además de hacer una mención de lo que mandé hacer a Mort en la mañana.
Después comenzaron con más preguntas incriminatorias además de sus comentarios pasivos agresivos, quizás intentando sacar algo de más, pero me mantuve firme en mis palabras; después de estar un rato más como perros tras sus colas preguntando lo mismo dando vueltas al asunto intentando que dijera algo diferente a lo ya mencionado pero que no les funciono nos dejaron salir.
Me duele la espalda y el trasero de estar sentada en esa silla incomoda, al salir al exterior me permito inhalar iré fresco, el espacio de ese pequeño cuarto empezaba a ser agobiante.
Mi abogado se encargó de firmar unos papeles, tengo prohibido salir de la ciudad hasta que se termine la investigación, eso no es problema para mí, escucho unas puertas abrirse y el sonido me provoca girar en dirección al sonido.
De esa puerta de la que nosotros salimos hace poco aparece Mort, pasa su mano por la parte baja de su cuello aparentemente dolorido, su cabello platinado está revuelto, tiene los botones superiores de su camisa blanca desabotonada, se mira un tanto irritado, pero cuando levanta la vista hacia mí me regala una de sus resplandecientes sonrisas que harían suspirar a cualquiera.
Mis piernas comienzan a avanzar hacia él, como una pieza de metal atraída a un potente imán, su sonrisa se amplía al verme acercar hace que mi corazón comience a latir con rapidez, por una fracción de segundo todo cambia, mis manos estiradas tienen guantes blancos, Mort tiene un traje blanco y caen pétalos rosas tras su espalda que llenan el espacio.
De pronto todo eso cambia, hago a un lado el momento que dejé atrás, por el ahora, caigo en los brazos de Mort abrazándolo con fuerza, el me aprieta contra su pecho y me da un beso en la cabeza.
– Tranquila My lady, todo estará bien.
En verdad espero que así sea, estaba tan nerviosa y aterrada por la situación ahora que ya todo se calmó un poco me siento un tanto más tranquila, aun así, no ha desaparecido el problema del todo necesitamos saber qué fue lo que paso y que mejor investigador paranormal que mi querida muerte.