Capítulo 51
1262palabras
2024-02-08 13:07
Vamos en la patrulla en un absoluto silencio mientras el oficial en la parte de enfrente me echa miradas por el retrovisor analizándome con una mirada filosa; que pesadilla.
Llegamos a la estación de policía al abrir la puerta están varios medios de comunicación, al parecer esperando por mi... esto sin duda me deja en evidencia que se trata de una trampa por parte de alguien en contra mía, me siento molesta no puedo hacer más que culpar a Mónica y probablemente a Cristina también.
Mis zapatillas resuenan en el piso mientras entro con los dos oficiales a mi lado, arrestada pero jamás derrotada, camino con la cara en alto con mi distinguida elegancia, no tengo idea de que está pasando, pero estoy ansiosa por que me interroguen para saber qué diablos está sucediendo.

Mis deseos no se hicieron esperar por mucho, me llevan a una habitación blanca, con una mesa en el centro una pequeña lámpara colgante arriba de la misma y dos sillas, una frente a otra de cada lado de la mesa, me abren la silla para que tome asiento, al frente de mi esta una ventana negra por la cual nos observan seguramente.
Los oficiales que me escoltaron salen y yo echo un vistazo a la habitación, sinceramente tiene aires de cuarto de psiquiátrico, tiene un aroma a limpio, pero me resulta algo extraño, es parecido al olor sanitizante de un hospital, pero un tanto más leve.
La puerta de la habitación se abre, de esta entra el mismo oficial que me puso mi orden de arresto en la cara, deja caer una carpeta al frente, tiene una mirada pesada sobre mí, perece que ya asume que hice lo peor y eso me molesta tanto.
— Señorita Valeria... mujer de negocios con una apariencia y reputación intachable y de admirar, no puedo creer que hiciera algo tan ruin y bajo. – le devuelvo la misma mirada molesta, puedo ponerme en mi plan de no hablar sin mi abogado, pero en verdad quiero saber que está pasando, el pretende sacarme información, pero será al revés.
— Pues no lo crea, yo no hice nada...
— ¿Está segura? Tenemos investigaciones que arrojan que en varias ocasiones su ex esposo fue golpeado por su escolta además de recibir amenazas por parte de ambos. – pongo los ojos en blanco, que tontería

— ¿Ese es su hipótesis patética para creer que yo le hice algo? Es... era mi expareja, nuestra relación terminó en muy malos términos, me fue infiel con mi mejor amiga además de que ambos intentaron robarme es más que obvio que no iba a ser cálida y cariñosa con el cada que se me acercaba a querer hablar y arreglar las cosas
— No es una hipótesis patética, teniendo previo conocimiento de las razones por las que usted justifica su mal trato hacia él, más que nada yo las veo como razones fuertes para querer cobrar venganza.
Comienzo a reír burlesca mientras miro a otro lado, en verdad no se si de verdad piensa lo que acaba de decir o es una de esas trampas de la policía para envolverte, confundirte y finalmente secarte la verdad según ellos.
— No busco justificar mi mal trato hacia el como usted dice, no me arrepiento de mandar que lo sacan de mi edificio de una patada en el trasero, ni tampoco a ver permitido que mi escolta lo golpeara cuando me besó a la fuerza, no tengo tiempo para andar pensando en venganzas soy una mujer ocupada.

— Eso lo sé... usted es una mujer ocupada que delega a algunas personas sus pendientes por hacer... como su escolta
No me gusto como sonó eso... no me agrado nadita, el hombre me mira ahora amigo divertido, me hizo flanquear acaso... está sugiriendo que...
— ¿Qué es lo que está tratando de decir? ¿Acaso esta insinuando que yo envíe a mi escolta a matarlo?
— ¿Si no fueron ustedes quién? – me quedo boqui abierta, no puedo creer no que estoy escuchando, sin duda me siento furiosa.
— Esto es absurdo, está sacando teorías ridículas, ¿Porque yo soy principal sospechosa? Solo porque soy su exesposa... como saben que quizás no tiene alguna otra amante resentida por ahí... alguien a quién le debía dinero y como no me pudo robarme no pudo pagar que se yo... – El hombre se deja caer en el respaldo de su silla, aún con su actitud firme e imperturbable
— Aún no tenemos demasiadas pruebas... todo esto está muy borroso todavía...
— ¿¡Que?! Y aun así tienen el descaro de culparme a mi cuando no tienen pruebas. – de pronto se sienta firme, recargándose en la mesa juntando sus manos al centro, me observa fijamente, yo no me muevo ni un centímetro por su repentino movimiento.
— Encontraron un pañuelo en la escena del crimen, este está manchado de sangre de su exmarido, ahora mismo está en laboratorio buscando huellas.
— ¡¿Y?! ¿¡Qué tiene que ver un pañuelo conmigo? – Estoy muy molesta, siento que somos un par de perros tras sus colas, él no me dice la gran cosa y de mí no conseguirá nada porque no se ni que carajos fue lo que paso.
— Ese pañuelo no le resulta familiar...
El hombre deja una foto de un pañuelo rojo, claramente con manchas rojas en él, sigo observando la foto cuando de repente pone una foto mía con Mort en el baile del club, en ella está encerrado en la fotografía el pañuelo rojo que Mort tiene en su abrigo.
En ese instante me doy cuenta de que su sospechoso principal es Mort, ellos creen que yo envíe a Mort a deshacerme de él.
— Lo que esta insinuando es ridículo...
— El cuerpo de su exmarido se encontró hace aproximadamente 1 hora y media... ¿Dónde estaba usted?
— En mi casa trabajando desde mi ordenador... – Respondo rápidamente sin titubear.
— De acuerdo entiendo... ¿Y su escolta? Mort, es un nombre extraño... – el hombre le echa un vistazo a unas hojas que tiene al frente mientras yo empiezo a colapsar y sentir que me quedo sin aliento. — Aquí dice que es un exmilitar extranjero, pero no tenemos más información... bueno dígame, señorita Valeria Palacios, su escolta donde estaba, en su casa no ya que al momento de llevarla pidió que se le avisara a él, así que dígame ¿Dónde estaba su escolta cuando su exesposo fue asesinado?
Me quedo sin aliento, paso saliva lentamente, no puedo decir que lo mande a investigar a Mónica por los asesinatos de mis padres, además Mort dijo que Jair había salido a las oficinas de registro y que iba ir a investigar que tramaba.
Ahora comienzo a sentirme nerviosa, Mort no pudo... ¿o sí? No tengo idea de que abra pasado, Jair y Mort topándose de alguna manera no es del todo imposible, pero no creo que Mort lo hubiera matado.
La noticia de la muerte de los tipos de mi atentado me llega de repente, Mort a ellos los mató por lo que me hicieron... ¿Y si Jair amenazó con hacerme algo y por eso Mort se deshizo de él?...
Me cuesta creerlo, por más que le doy vueltas... no pudo, no creo que él hubiera echo eso.
— ¿Y bien señora palacios?... estoy esperando.
Siento que mi temperatura corporal comienza a elevarse a un ritmo alarmante, mis latidos se descontrolaron por completo, ahora si estoy echa un manojo de nervios y la mirada fija de ese hombre sobre mí no hace más que alterarme más.