Capítulo 50
1278palabras
2024-02-08 13:07
Mort desapareció tan pronto como me separe de él, dejándome un sentimiento de vacío en los brazos y en el pecho, tengo un mal presentimiento atorado y no sé porque, no me queda más que ignorar ese sentimiento y pensar que solo son exageraciones mías producto de mi estrés y ansiedad constante.
Me pongo a trabajar en mi ordenador en lo que dejé pendiente antes de dejar todo como estaba después de recibir ese correo misterioso, espero que Mort pueda encontrar algunas pistas que nos ayuden a aclarar la tormenta que azota con fuerza mi mente.
Cuando termino con el trabajo pendiente salgo de mi habitación para reunirme con mi padre para pasar el resto de la tarde, ya son las 3:00pm bajo las extensas escaleras, cuando llego a la planta baja el delicioso aroma de la comida llega a mí, después del sonido de cubiertos siendo acomodados en la mesa, al llegar al comedor mamá Consuelo y mi padre me observan.

— Parece que llego justo a tiempo, huele delicioso. - digo frotando ambas manos mientras me acerco a la mesa con ellos.
— Llegaste justo a tiempo, estaba a punto de llamarte para que vinieras a comer, iré por tu comida
— Yo voy. - me dispongo a ir a la cocina, pero mamá Consuelo se pone en medio de mi camino
— Yo iré no te preocupes, siéntate con tu padre
Mamá Consuelo se va a la cocina yo me siento al lado de mi padre apretando ligeramente su mano que reposa sobre la mesa.
— Perdona por irme hace rato, tenía un poco de trabajo pendiente pero ya estoy aquí

— No tienes que disculparte por desaparecerte un tiempo, no soy nadie para quejarme después de todo no es como si yo te hubiera dedicado mucho del mío pequeña. - hago una ligera mueca
— Papá...
Le digo soltando un suspiro cansado y lastimero, en verdad no quiero verlo de esta manera, que más me gustaría que el lograra dejar atrás el pasado y viva el presente pero debo de tratar de ponerme en su lugar, quizás yo estaría igual si hubiera causado daños a algún ser querido, aunque no hubiera sido intencionalmente, una gran idea cruza por mi mente pero no le diré nada aun ya que lo más probable es que se niegue; Llega mamá Consuelo con los platos de comida y cada quién se pone en lo suyo con su comida, en realidad Consuelo cocina excelente, no puedo evitar soltar suspiros al llevarme un nuevo bocado a la boca.
— Mamá Consuelo esto esta excelente, me encanta

Ella sonríe ampliamente y noto como mi padre se tensa un poco al escúchame llamarla mamá, de pronto alguien empieza a tocar la puerta de la casa, eso me parece muy extraño porque Mort puso seguridad, desde mi atentado esta una caseta de seguridad en el portón principal así que si alguien está tocando aquí lo dejaron pasar lo guardias de la caseta... o se pasaron sin autorización...
Un escalofrío recorre mi cuerpo y me siento rígida de repente, lo único en lo que puedo pensar es que Mort no está aquí para ayudarme de ser necesario, para salvarme si es que vienen atacarme nuevamente, si es así tengo que pedirle a papá y Consuelo que se escapen, no permitiré que los lastimen por mi culpa, han pasado unos segundos desde el toquido a la puerta pero para mí parece a verse detenido el tiempo, mi corazón empieza a latir con rapidez de solo recordar lo que paso aquella noche y que pueda pasarme lo mismo, sin duda esta vez no correré con tanta suerte, pero antes de que se me salga el corazón de los nervios la voz del guardia suena del otro lado.
— Señorita Valeria, es importante... - me relajo notoriamente, mamá Consuelo pretende levantarse para abrir la puerta, pero yo me pongo de pie más rápido.
— Yo iré, usted siga comiendo, no es mi sirvienta, aunque pretenda serlo.
Quise contratar servidumbre desde hace mucho, pero ella se negó totalmente, la casa es algo grande para que ella se ocupara de todo como limpiar, cocinar, lavar... se lo dije, pero ella estaba decidida a no aceptar argumentando que se aburriría estando aquí encerrada sin nada que hacer, al final termine aceptando no quería discutir con ella.
Al llegar a la puerta abro de golpe y quedo totalmente sorprendida al toparme con mi guardia con la cara agachada rodeado por 4 oficiales y dos patrullas tras de él, creo que me relaje antes de tiempo, oficiales en mi puerta no puede significar nada bueno... aunque no puedo negar que no me da la cabeza como para tratar de adivinar que, a paso, estoy estática en la puerta mi guardia es el que habla con el rostro aun agachado.
— Lo siento señorita Valeria ellos insistieron en que no fuera notificada de su llegada y viniéramos directo llamarla a su puerta... - no entiendo a qué se debe todo esto, pero no me huele nada bien, más por la manera que me observan esos oficiales con esa mirada fría y expresión rígida.
— Descuida, no pasa nada... díganme oficiales a que debo la intromisión en mi domicilio.
Los oficiales se miran entre ellos, estoy tan nerviosa aun así trate de sonar lo más segura posible, esto no me huele nada bien; El oficial que está a la derecha del guardia saca una hoja que pone muy cerca de mi rostro.
— Tenemos una orden de arresto en su contra por ser la principal sospechosa en el asesinato de su ex esposo Jair Castañeda…‐ Cuando las palabras llegan a mis oídos no puedo creerlo, un extraño dolor aparece en mi pecho, pero no sé cómo describirlo, es una sensación jamás experimentada; ni siquiera tuve tiempo para leer el papel, en cuanto pretendía tomarlo ese hombre lo alejo de mí. — Espósenla
El oficial ordena y dos de los hombres que estaban a los lados del guardia se me acercan, uno de ellos tiene unas esposas, en ese momento el pánico me invade todo sucede más rápido de lo que puedo procesar, me quedo estática en donde estoy no pongo resistencia, pero cuando el frio metal hace contacto con mis muñecas un gran pánico se apodera de mí y me hace sacar mis primeras palabas.
— Yo soy inocente no hice nada. - digo molesta mirando el suelo, cuando menos me doy cuenta Consuelo y mi padre están tras de mí.
— Que clase de barbaridad es esta. -grita Consuelo tras mis espaldas. — Esto es una locura ella no hizo nada!
— Eso lo decidirá un Juez
¿¡Juez?! pretende asustarme lose, miro a mi padre que tiene los ojos muy abiertos, maldición se supone que no debe tener emociones fuertes, conforme me empujan para salir de casa e ir a la patrulla con ellos miro a mamá Consuelo quién al igual que mi padre tiene un rostro y una cara llena de preocupación.
— Llama a.… mi escolta. - me detengo antes de decir su nombre recordando que puede aparecer de repente, mi padre y nadie de aquí tiene que presenciar sus poderes sobrenaturales por si se le ocurre aparecer en medio de todo. — ¡Cuéntale todo lo que paso, de lo que me acusan y que llame a mi abogado!
Es lo último que alcanzo a decir antes de que me metan completamente en la patrulla, dos oficiales se posicionan a mis lados como si yo fuera algún tipo de criminal super peligrosa, no puedo creerlo; agacho la mirada a mis manos esposadas frente a mi....
"¿Qué es lo que está pasando?"