Capítulo 45
1450palabras
2024-02-06 07:05
De pronto ya no quiero estar aquí, hago memoria a lo que me dijo Cristina, mencionó que no me importó lo que hablamos en el baño así que retrocedo en mis memorias a esa noche.
Recuerdo que aparte de declarar una guerra entre nosotras ella quería que me alejara de Mort, al parecer sigue encaprichada con el.
— Ese hombre que está con la loca... es el mismo de la fiesta que no te quitaba la mirada de encima.

— Así es... – le respondo a Mort sorprendiéndome por su buena memoria, no se le va ni una.
— Los tendré en la mira a ambos, no me parece bueno ver a ese par juntos.
Me sorprende como a veces parecemos estar conectados, es reconfortante tenerlo conmigo, por el momento no me quiero romper la cabeza con Cristina a no ser que empiece a dar problemas.
Lo único importante para mí es mi padre en estos momentos
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Al regresar al hospital somos abordados por Mónica quién parecía estar esperando nuestra llegada, Mort se posiciona entre nosotras protegiéndome como siempre.

— ¡¿Con qué derecho me prohíbes tu ver a tu padre?! ¿Quién te has creído mocosa?
No esperaba menos de ella, y cuando le de las buenas nuevas sin duda se pondrá peor.
— ¿Con qué derecho pides tú ver a mi padre?
— ¿¡Como que con qué?! Es mi esposo tenemos más de 20 años juntos.

— Legalmente no están casados... – los ojos de Mónica se abren de par en par, parece que mantiene una lucha internamente consigo misma, de pronto su expresión se relajó.
— Valeria.... no se dé donde sacas eso
— Deja de hacerte tonta porque sé que no tienes ni un pelo... no tienes derecho de ver a mi padre y lo sabes legalmente te lo puedo impedir porque yo soy su hija.
— ¡Tú no puedes hacerme esto! Eres una aprovechada, usando tu dinero y poder contra una mujer indefensa... más te vale dejarme ver a José si no iré a la prensa para dejarte ver como la mujer manipuladora y mal agradecida que eres.
Mi ira se enciende, como se atreve amenazarme de esa manera y sobre todo para decir puras mentiras, me acerco a ella, pero ahora Mort es quien me detiene a mí.
— Anda ve... te reto, yo también puedo decir un sin fin de mentiras sobre ti, pon los pies sobre la tierra entre tú y yo, yo siempre saldré ganando, no te déjate ver a mi padre esta inconsciente, cuando el despierte y si quiere hablar contigo no lo impediré, pero por lo mientas te quiero lejos de nosotros.
Mort y yo le pasamos por un lado para entrar al hospital, pero de nuevo la mujer vuelve a protestar.
— ¡No sé qué te dijo tu padre, pero ni siquiera has escuchado mi versión!... ¡José era el amor de mi vida y mi hermana se metió con él aun sabiendo eso! ¡Tu madre era una cualquiera lo quieras ver de esa manera o no, eso no se hace! Las mujeres así me dan asco
— ¡Ay por favor mejor cállate! – me giro dispuesta a echar pelea aún, pero Mort me detiene otra vez. — ¡Te recuerdo que tenías en tu casa viviendo a la víbora de Cristina y me hizo exactamente lo que según dices que te hicieron a ti! ¿¡Te pusiste de mi lado?! ¡¿Empatizaste por lo menos un poquito conmigo?! Noo verdad, te pusiste del lado de esa arpía, entre víboras se entienden y bien dicen que una acción vale más que mil palabras para mí lo que hiciste de ponerte del lado de la amante me deja ver que posiblemente fue porque sabes bien lo que es estar de ese lado así que tu actuación de víctima no te lo creo
... con permiso, espero no verte pronto.
Me giro entrando muy molesta al hospital, hasta hace apenas hoy me enteré de que mi verdadera madre está muerta y que aquella mujer que tan mal me trató a lo largo de tantos años fue porque no era su hija, quizás a mi verdadera madre no la conocí, pero no permitiré que ensucie su memoria y diga tantas cosas malas de una mujer que ya ni siquiera está aquí para defenderse, así que yo lo haré por ella siempre.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Ha pasado una semana y por fin puedo llevarme a mi padre a casa, eran contadas las veces que logré verlo en sus 5 sentidos, lo mantenían sedado casi todo el tiempo queriendo evitar un ataque cardiaco, el médico estaba muy preocupado ya que su corazón tenía el ritmo muy descontrolado a veces a pesar de estar en reposo, los exámenes que le realizaron eran un tanto extraños ya que los análisis decían que él estaba bien pero el doctor no estaba seguro del todo.
Ya estamos instalados en mi casa, estoy en un sillón al frente de la cama de papá, estos días han sido difíciles, ver a papá postrado en esa cama me llena de tristeza, Consuelo y Mort han estado muy atentos a ambos y sobre todo me han dejado sola con él en la habitación queriendo darme algo de espacio.
Estoy tan abrumada por la situación, en verdad me gustaría preguntarle tantas cosas a papá, si dijera que las palabras de Mónica no me causaron dudas mentiría, me niego a pensar que mi madre era como ella dijo, pero después de todo no la conocí hay muchas cosas que desconozco de esa historia.
El sonido de movimiento en la cama me hace levantar la mirada, papá mueve la cabeza a los lados, emocionada me acerco a él, logro ver que abre los ojos y una gran felicidad me inunda, no digo ni una palabra el no quita la mirada del techo blanco con detalles dorados.
— ¿Ya he muerto?... – su voz me lastima el corazón más que sus palabras por el tono esperanzado en que lo dijo.
— No, estás vivo aún... – su cabeza vuela en mi dirección, le sonrió esperando que esa sorpresa en su rostro no se transforme en decepción. — Conmigo, en mi casa
— ¿Qué? Pero... ¿cómo? ¿Cuánto tiempo ha pasado? – Esta algo desorientado, es normal el médico me dijo que estaría así por tanto sedante, de igual manera me dijo que evitara las emociones fuertes para él.
— Bueno, ya pasó una semana desde que hablamos en el hospital, ¿Lo recuerdas?
— Lo recuerdo totalmente... — se esfuerza para sentarse, yo me acerco a la cama para presionar un botón y elevar el colchón a su espalda. — Me siento tan apenado de estar aquí... cómo es posible que confesándote todo lo mal que hice, lo mal padre que fui todos estos años me tengas aquí, en tu casa cuidando de mí, no lo merezco.
La culpa en su voz es innegable, agacha la cabeza evitando el contacto visual a toda costa... me arrodillo en la cama sonriendo ligeramente.
— Papá, la vida te ha dado otra oportunidad para hacer las cosas bien esta vez.... – me detengo a pensar un poco, quizás me estoy haciendo ideas erróneas en mi cabeza, probablemente el solo me confesó todo eso porque pensó que estaba en su lecho de muerte y no quería irse cargando con eso y ahora que está bien no quiere intentar nada si no seguir su camino, lo cual también está bien si es lo que quiere, que más me gustaría que sanar las heridas del pasado, pero si él no está dispuesto hacerlo yo no puedo obligarlo; me pongo de pie capturando su mirada.— Aunque si quieres irte y continuar tu vida con Mónica como antes está bien....agradezco profundamente que hablaras conmigo y me dijeras la verdad de mi procedencia, yo no te guardo rencor y te perdono por todo lo pasado papá.
Sus ojos empiezan a temblar ligeramente, los míos también, no puedo con esto, agacho la cabeza dejando que algunas lágrimas escapen, mi padre toma mi mano.
— No quiero irme Valeria, si me lo permites quiero ser ese padre que nunca fui, compensar un poco todo el mal que te hice.
Las lágrimas corren por sus ojos también y en verdad no sé cómo manejar este sentimiento de dicha, me arrojó a los brazos de mi padre llorando como una niña pequeña, mi niña interior ansiaba un abrazo de mi padre de esta manera, lleno de cariño y amor, por desgracia no lo tuve en mi niñez, pero no me detendré en ver al pasado, la vida nos ha dado una segunda oportunidad a ambos, solo espero que en verdad sea sincero, aún tengo algo de miedo...