Capítulo 46
1247palabras
2024-02-06 07:05
La noche a llegado y me permito relajarme sin preocupaciones después de muchos días, me encuentro en mi bañera dejando que el agua cálida relaje cada uno de los músculos tensos de mi cuerpo, las burbujas en el agua explotan contra mi piel creando una ligera sensación de cosquilleo, las velas aromáticas dan un olor fresco a la habitación, inhalo con profundidad y dejo salir un suspiro.
El aroma a brisa marina me recuerda a Mort... no puedo evitar que una sonrisa de oreja a oreja se forme en mi rostro; de pronto y sin previo aviso nuevamente esta él en mi cabeza, invadiendo mis pensamientos avivando mis fantasías.
Esta vez no me resisto a la ola de imágenes que llegan a mi cabeza, al principio solo es una imagen fugaz de él, saliendo de la ducha con el torso descubierto y solo una toalla oscura enredada en su cintura, aunque es una imagen fugaz parece que ya tengo bien fija la imagen de sus fuertes abdominales, su firme pecho, su cabello húmedo goteando por su frente, pero esa mirada... es tan ardiente, tan íntima y abrasadora, el jamás me ha observado de esa manera, nunca con esa intensidad...

Un cosquilleo recorre mi cuerpo, como una corriente eléctrica que despierta y agudiza mis sentidos, pero adormece mi razón y cordura, hace tanto tiempo que no experimentaba esta oleada de excitación en mi cuerpo, en verdad a pasado tanto desde la última vez que tuve intimidad.
Después de mi aborto espontaneo pasaron casi dos meses en los que Jair no me puso la mano encima por lo molesto que estaba, después caí enferma durante 6 meses en cama, reviví prácticamente sedienta de venganza y han pasado casi dos meses de eso.
Entre todo el ajetreo de mi vida, el estrés y las constantes situaciones no he tenido momento de relajación como ahora y en verdad mi cuerpo parece estarme pidiendo esto.
Paso las yemas de mis dedos por mis piernas desnudas debajo del agua, cerrando con fuerza los ojos y teniendo en mente a un hombre ahora en ella Mort... ese tipo me vuelve loca en el buen y mal sentido, solo que no sé qué es lo que siento por él en realidad no me ha puesto a pensar con detenimiento.
Me pone nerviosa con facilidad, logra hacerme sentir protegida y a salvo, es tan atento... pero no puedo evitar sentir que estoy confundiendo su buena causa y personalidad con otra cosa, es fácil distraerme, para mi es fácil caer, nadie me había mostrado las atenciones y cariño que él tiene conmigo, probablemente como me paso con anterioridad mi parte que siempre deseo eso es la que se está haciendo ilusiones de más.
Es confuso pensar en todo eso... no tiene caso distraerme con eso ahora, en este momento mi cuerpo silencia violentamente mi cabeza cuando un espasmo placentero se origina entre mis piernas sin siquiera hacer contacto con la zona.

Abro los ojos y miro alrededor, no está nadie claramente pero aun así me siento como si estuviera haciendo algo malo, algo indebido que no debería, siento un cosquilleo en mi cuerpo para después una vocecita resonar en mi mente.
"Vamos hazlo..."
Cierro los ojos nuevamente, dejándome llevar por los deseos de mi piel, acaricio mis piernas bajo el agua trazando un lento pero placentero camino entre mis piernas, mientras más cerca estoy de llegar a mi centro mis latidos se aceleran como si estuviera en medio de una gran carrera, ¿serán los nervios? ¿La adrenalina al sentir que hago algo indebido?
Dejo caer mi cabeza hacia atrás recargando mi nuca en el filo de la tina, separando los labios para tomar aire ya que me parece insuficiente el que respiro, unos ojos azul celeste brillante me miran fijamente, frente a frente en mis fantasías, las velas aromáticas solo hacen que eso se sienta tan real ya que se asemejan mucho a su aroma natural.

Perdida por mi propio placer, ahora en un éxtasis jamás experimentado y sin pensar si quiera un poco las palabras salen de mi boca como una liberación, un gemido bajo.
— Mort...
Siento un cosquilleo en la boca al pronunciar su nombre...es todo un deleite, ahora solo puedo imaginar las veces que tuve sus labios contra los míos y dejar llevarme por el embriagador recuerdo, mis manos están a nada de llegar al centro de mis piernas.
— No pareces estar en peligro... si no todo lo contrario....
¡Es voz! Saco las manos del agua a una velocidad verdaderamente sorprendente para tomarme de las orillas de la tina y sentarme bien... jamás había sentido algo como esto, otra emoción tan intensa en donde juraría que mi corazón se detuvo y aceleró al mismo tiempo.
Frente a mí, en la escalera que esta para entrar a la ducha a escasos centímetros de donde estoy Mort se encuentra sentado, observándome con mucha diversión en el rostro, pero una mirada ardiente en los ojos tiene sus antebrazos recargados en sus rodillas, aún lleva su traje puesto.
Siento como si estuviera en el infierno, la temperatura está por encima de lo normal para mí, un tipo de calor elevado jamás antes sentido ¿Estaba haciendo tanto calor antes? Qué momento tan más embarazoso, me siento molesta con él de repente.
— ¿¡Que rayos haces aquí? – lo miro molesta aferrándome a las orillas de la bañera como si mi vida dependiera de ello, Mort esboza una sonrisa traviesa
— Tú me llamaste, hace tiempo te dije que si me llegabas a necesitar y yo no estaba contigo solo dijeras mi nombre y aparecería de inmediato... ¿Lo recuerdas?
El levanta una ceja, yo hago memoria y recuerdo una vez que iba conduciendo y efectivamente al decir su nombre apareció en el otro asiento... no puede ser me siento tan apenada, lo olvide completamente.
La mirada ardiente de Mort ya no está sobre mi rostro si no más abajo, si sonrisa me causa un escalofrío, me eriza la piel y no en el mal sentido definitivamente, pasa su lengua por sus carnosos labios para después morderlos ligeramente.
Bajo la mirada solo para darme cuenta de que cuando me senté en la bañera, el agua que me cubría está por debajo de mis pechos llegando solo a la mitad de mi abdomen, nuevamente siento brazas en mi rostro, me abrazo a mí misma para cubrirme, aunque sé que ya me miro.
— ¡¡Mort!! ¡¡No seas pervertido sal de aquí!!
— Yo no soy ningún pervertido, tú me llamaste y considerando la situación que te encontrabas cuando mi nombre salió de tus labios en ese tono tan delicioso todo arroja a que la pervertida eres tú. – sonríe, se burla de mí, no puedo con esto en verdad estoy tan apenada que podría llorar en cualquier momento.
Me giro para darle la espalda.
— Estto... no es lo qque piensas yo...
De pronto siento uno de sus dedos paseando por mi espalda, me acaricia de arriba abajo jugueteando con mi piel; de nuevo esa corriente eléctrica se presenta ante el más mínimo de su tacto, es una placentera tortura.
— Quieres esto tanto como yo, lo deseas Valeria no lo niegues...
Habla tan cerca de mi oído, su aliento choca contra mi piel causándome un cosquilleo en todo el cuerpo, su voz peligrosamente baja me acelera el corazón, la imagen de ambos en la bañera como un desenlace de la situación llega a mi mente, no sé si pueda resistirme.