Capítulo 44
1502palabras
2024-02-04 13:41
Tardo en reaccionar y por un momento ya puedo sentir sus manos sobre mi cabeza tirando de mi cabello, hasta que ciento unas manos tomándome de ambos lados de mi cintura y como si tuviera el mismo peso que una pluma Mort me levanta girando conmigo alejándome del alcance de Mónica.
— ¡Basta, esto es un hospital señora! .– Mort le habla a Mónica con los dientes apretados de una manera un tanto agresiva y baja, me encanta no puedo evitar sonreír, en cuando Mónica se da cuenta de mi sonrisa intenta llegar a mi nuevamente pero el fornido cuerpo de Mort se lo impide.
— ¿Qué es todo este alboroto?.– Algunos guardias llegan al lugar, fueron notificados del alboroto y si bien tengo culpa en todo este escándalo no tengo intención de salirme así que usaré mis influencias y dinero a mi favor.
— Soy la empresaria Valeria Palacios buenas tardes, esta señora está algo alterada creo que deberían mandar unas enfermeras a revisarla o si bien sacarla del lugar. – no dudo en empezar hablar, las miradas se fijan en mi pero yo solo miro a la mujer que tengo al frente que juraría quiere ahorcarme.
— ¡¡¡Tu maldita bastarda como te atreves!!!
Mónica se lanza contra mi, yo me posicionó tras la espalda de mi fuerte y atractivo escolta, pero esta vez el no tiene que mover no un músculo, los guardias son quién la toman de los brazos.
— Bien señora acompañenos no puede estar aquí en ese estado.
Ella empieza a luchar contra el hombre, al poco tiempo sus compañeros se unen para llevar a rastras a Mónica fuera del lugar, me empieza a gritar un sin fin de insultos con su voz cargada de odio, por poco saca espuma por la boca la mujer, pero no le presto atención, ya que mis ojos se van a los documentos que se salieron de la carpeta que cayó al suelo.
Cuando escucho que las puertas del elevador se cierran y con ellas los gritos de Mónica desaparecen tomo todo los documentos, me siento con ellos en las piernas y comienzo a leerlos.
— ¿Qué es eso? .– Mort me pregunta después de unos minutos que les di una pasada rápida a las palabras de los documentos, no puedo evitar sorprenderme.
— Bueno la primera hoja parece ser un certificado de matrimonio a nombre de mi padre y Mónica que falta firmar, además de un testamento donde le deja todo a ella.
— ¿No están casados entonces?
— Todo parece indicar que no... Mort necesito que investigues eso porfavor, el testamento de mi padre no me importa pero me urge saber si Mónica y el están casados o no.
— Voy hacer unas llamadas...
Mort se aleja de mi mientras se lleva su celular a la oreja, me dejó caer en el respaldo de la silla incomoda, ni siquiera tuve tiempo de pensar en nada cuando de pronto la puerta de la habitación se abre y de esta sale un doctor; me levanto de un brinco de la silla, sintiendo mi corazón martillar con fuerza sobre mi pecho.
— Doctor... mi padre él....‐ ni siquiera me atrevo a decir esas palabras, pero no puedo preguntar si esta bien ya que es más que obvio que no, su situación es delicada.
El rostro serio e inexpresivo del médico cambia por una sonrisa, con eso me quitó un gran peso de los hombros es increíble como unas cuantas palabras tienen el poder de herir o sanar el cuerpo.
— No se preocupe su papa esta estable, logramos atenderlo justo a tiempo, por el momento las enfermeras lo tienen sedado, su situación es delicada su corazón con el más mínimo estrés se acelera no me parece del todo normal así que le haremos más estudios... así que por el momento es lo mejor que este así, en cuanto las enfermeras salgan le darán más indicaciones y podrá estar dentro con él.
— De acuerdo, muchas gracias doctor.
El hombre me regala una sonrisa y se aleja por el pasillo, Mort viene hacia mi, me analiza con la mirada recorriendo mi rostro a detalle, sonrio notando como el se relaja también y me regala una débil sonrisa.
— ¿Todo bien con tu papá?
— Lograron estabilizarlo, pero aún está delicado.... ¿Conseguiste algo?
Me cruzo de brazos y le pregunto moviendo la cabeza e dirección al celular que reposa en su mano, el asiente.
— Si, Mónica y tu padre no están legalmente casados.
— Perfecto.– Me siento totalmente aliviada de saber eso y notoriamente más relajada, Mort me mira levantando una ceja.
— ¿Qué planea esa cabezita?
— Necesito que te encargues de conseguir equipo médico para equipar una habitación para mi padre en casa, hablaré con el médico para que me diga que aparatos necesitamos para cuanto me autoricen llevarlo a casa, no quiero dejarlo con Mónica... tengo un mal presentimiento
Observo los documentos que reposan sobre la silla, alguien ayudó a Mónica claramente, ya que los documentos esta sellados oficialmente solo falta la firma de mi padre en ellos o posiblemente sobornó a alguien no lose.
— Valeria, no has comido desde la mañana y ya es muy tarde... – la voz de Mort me saca de mis pensamientos
— Lose, pero como te dije no quiero que Mónica se acerque a mi padre.
— No te preocupes por eso, me encargaré que no la dejen entrar.
Confío totalmente en el, le sonrio y me cuelgo de su brazo para ambos salir del lugar.
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Llegamos a un bonito restaurante, no muy alejado del hospital, tiene una decoración elegante y discreta, me encanta.
Al llegar a nuestra mesa Mort abre la silla para mi, es tan atento le agradezco pero no con la calidez que me hubiera gustado, estoy más seria de lo habitual y es que en verdad esta situación me tiene algo mal, de nuevo siento que mi vida dio un giro de 360° y que todo lo que conocía ahora resulto estar equivocado, me duele la cabeza...
— Dale un poco de descanso a ese cerebrito, tiendes que sobre pensar todo
No me di cuenta que pasé tiempo de más observado el vino en mi copa y dándole vueltas, me encuentro con los abrazadores ojos celestes de Mort, me siento algo apenada de repente, probablemente ya tenía tiempo hablándome.
Él sonríe y vuelve a poner su atención en el filete que tiene al frente, tomo los cubiertos e intento cortarlo pero esta algo duro... Mort se da cuenta de mi dificultad al querer cortar la carne así que se ofrece ayudar.
— Yo te ayudo.
Las mesas son pequeñas asi que sin tener que hacer el gran esfuerzo sus brazos largos llegan a mi plato, toma sus cubiertos y comienza a cortar mi carne con facilidad.
— Creo que mi cuchillo no tenía filo... — digo tratando de parecer menos inútil, el sonríe divertido.
— Por supuesto créeme que también lo pensé...
El estira el tenedor con el pedazo de carne a mi boca, me parece algo excesivo pero al intentar quitarle el tenedor él lo aleja de mi, lo miro molesta pero a cambio recibo una de esas sonrisas perfectas que me descontrolan por dentro y esa mirada que me hace olvidar mi nombre.
Le sonrió también y terminó abriendo la boca él me lo pone en la comisura y antes de que pueda protestar lo mete en mi boca, Mort comienza a carcajearse.
— Buena chica...
Ahora si le quito el tenedor y finjo molestia, pero el no deja de darme esa preciosa sonrisa.
— Wow... que íntima eres con tu escolta... están en un lugar publico deberías disimular que tienes un amorío con tu personal, no es para nada profesional.
Cierro los ojos con fuerza sintiendo como la felicidad abandona mi cuerpo, esa voz... Cristina está pagada al lado de Mort, observándolo como una presa mientras el sigue comiendo despreocupado como si no hubiera hablado nadie.
La última vez que miré a Cristina fue en la fiesta del club que no terminó nada bien... Mort me dijo que se había desaparecido del radar pero al parecer a vuelto para dar problemas.
— Los consejos se toman de quien vienen, ¿que sugieres? ¿Que me meta con un hombre casado así como tu lo hiciste? Lo siento pero tengo claro lo que valgo yo no estoy para ser plato de segunda mesa .— Cristina simplemente levanta una ceja, después mira a Mort quien la sigue ignorando.
— No lo niegas como aquella vez... no te importó lo que hablamos en el baño aquel dia a lo que veo, no hay nada más que decir entre tu y yo, cuídate Valeria.
Cristina se aleja de nosotros, va y se sienta a una mesa no tan alejada de nosotros con un hombre de traje, yo lo conzoco... es el ex esposo de mi socia de la empresa de modas, dos personas que me odian juntas no es buena combinación.