Capítulo 41
1201palabras
2024-02-02 07:54
En cuanto la voz de Mort llegó a mis oídos me giré de inmediato, estaba ahí parado siendo perfecto como siempre al lado de Roberto, al verlo no pude evitar sonreír y que mi mal humor desapareciera.
— Encárgate de el porfavor Mort y a ti.– me giro para ver a Jair.– Por la paz ya aléjate de mi.
Me voy a mi escritorio, Jair intenta seguirme pero el brazo fuerte y firme de Mort lo toma del abrigo y arroja lejos de mi para estarlo sacando a empujones del lugar.

— Valeria porfavor escúchame, Roberto miente de seguro, no se que te dijo pero es mentira
— Ya cállate y sal de aquí
Mort saco a Jair de la oficina saliendo junto con el para escoltarlo a la salida probablemente dejándonos a Roberto y a mi en la oficina, me empiezo a masajear las sienes, mi cabeza duele un poco.
— Ahora tengo a Jair como enemigo yo también.
— Lo siento, no tenía en mis planes revelarle que estabas jugándole sucio, me imagino que fue una noticia impactante para él, pero mira como te quiso culpar para salir con menos culpa supongo.
— Si, me da gusto ver que ya puedes hacerle frente y no caes tan fácil en sus mentiras pequeña val, me siento orgulloso... venía a verte, supe de tu atentado, me disculpo por no a ver ido al hospital a verte, fue algo repentino como tuve que hacerme cargo de la empresa nuevamente.

— Lo lamento en verdad Roberto, no te dejo disfrutar tu retiro en paz. – el sonríe y baja la mirada.
— Descuida, sabes que si me necesitas yo estaré para ti, ya estoy algo viejo pero en lo que te pueda ayudar siempre estaré ahí.
De pronto la puerta de la oficina se abre, de esta aparece Mort, nos mira incomodo de repente.
— Lo siento ¿Interrumpo? Puedo esperar fuera.

— No caballero, descuide yo ya me iba.– Roberto se dirije a Mort después me voltea a ver a mi.— Me voy pequeña Val, ten mucho cuidado.
Roberto pasa el lado de Mort y hace una ligera inclinación, me es imposible concentrarme en el trabajo ahora mi cabeza duele un poco.
— Me encargué de sacar a tu ex fuera del edificio, tiene prohibida la entrada ya notifique a los guardias.
— Muchas gracias Mort. Jair es un dolor de cabeza.– me dejo caer en el respaldo del asiento, de pronto unas manos se posicionan en mis hombros, abro los ojos asustada para toparme con los azul celeste de Mort que apareció tras de mi.
— Espero que no pienses lo mismo de mi.– me sonrió y comenzó a darme un mensaje, me relaje de inmediato sus manos son tan habilidosas, logran deshacerse de mi estrés... de pronto una imagen de él observandome con esa mirada ardiente reposando sobre mi vientre mientras acaricia mi abdomen llega a mi cabeza.
Abro los ojos y me pongo de pie de un brinco, no se que demonios le sucede a mi cabeza, mi imaginación está llegando demasiado lejos y sobre todo actuando de manera involuntaria.
— Bien, creo que es suficiente, ya estoy mejor.
Me digo mientras me alejo un poco y evito cruzar nuestras miradas a toda costa, siento que mi rostro arde de la vergüenza, de cuán indecentes imágenes aparecen en mi mente, de como fantaseo con el de esa manera tan descarada... escucho una risa burlona, es Mort no es para nada buena señal.
— ¿Y ahora porque estas como un tomate? Recordaste lo de anoche ...
— ¡Recordar lo de anoche! ¿¡De qué hablas?! Si no paso nada .‐ le digo tomando los documentos en mi escritorio e intentar acomodarlos de una manera torpe.
— Por que no quisiste... – lo miro con la boca abierta como se atreve, el sonríe ampliamente, se me detiene en corazón.– Estoy jugando My lady, actúas un poco extraño
Me debato conmigo misma, esto que me a pasado últimamente es algo anormal para mi, no me parece bien estar fantaseando con el, pero más que fantasear las imágenes me parecen algo más, me dan una sensación extraña.
— Mort... ¿alguna vez te a pasado que ves cosas en tu cabeza que no te han pasado?
Él retrocedió y me miró extraño, levantó un ceja pero parecía algo divertido con lo que acababa de decir.
— ¿Así como ver el futuro o fantasear con algo?
— Si... bueno no... más bien como si fuera un deja vu... algo que no te a pasado aun, pero lo tienes tan claro en tu mente que sientes que ya lo viviste
De pronto su cara no parece nada divertida, su rostro se torna serio totalmente y su mirada perdió un poco de calidez, me mira extraño, ahora me siento mal, no se si debí decirlo
— Eso es imposible... tu no deberías poder... ¿Qué es lo que se supone que miras?
Se hizo un silencio algo incomodo, puedo sentir como la temperatura de mi cuerpo asciende nuevamente, el arruga ambas cejas mientras me ve... evito su mirada a toda costa y busco de manera desesperada algo que inventar pero no se me ocurre nada... de pronto el sonido de mi celular llena el espacio, casi me lanzo sobre el escritorio para tomarlo.
— ¿Si?... – respondo al número desconocido que me aparecio en pantalla.
— ¡Espero que por fin estés contenta! ¡Maldita egoísta! .– la voz de la señora que me trajo al mundo sale cargada de ira, me alejó un poco del celular.
Ya había bloqueado su otro número, al parecer se consiguió otro para seguir peleando conmigo.
— ¿Ya la desalojaron de mi casa? .– no se me ocurre otra razón por la cuál este buscando descargar su veneno contra mi, puedo escuchar su respiración agitada, como el bufido de un animal molesto.
— ¡Eres una estupida Valeria! ¡¡Y si ya nos desalojaron y tu papá esta ahora en el hospital, muy enfermo pero como eres una hija muy ingrata y mal agradecida que te importa verdad, si tu papá muere va a quedar en tu conciencia toda tu maldita vida me escuchaste!!!
Cuelga de repente dejándome con una sensación extraña en el pecho, un fuerte frío de extendido por mi cuerpo, papá esta en el hospital, me siento mal por el definitivamente, a pesar de todo es mi padre quizás no fue el más cariñoso pero por lo menos mejor que mamá si... un poco.
— ¿Todo bien? .– Mort me pregunta ya que me miro que quede perdida observando hacia la nada.
— No... era mi madre, me dijo que papá esta en el hospital, muy grave al parecer, ¿puedes cerciorarte si es cierto?
— Claro en un momento regreso.
Mort sale rápidamente de mi oficina, voy y me siento nuevamente en la silla frente al escritorio, tengo una sensación extraña recorriendome, recuerdo las palabras de Jair de hace un momento.
Mi padre quizás no fue tan malo conmigo a comparación de mamá, pero el siempre fue cómplice, observando como era maltratada y nunca fue para abrir la boca y detenerla o protestar, pero aún así era mi padre no lo dejaría morir sin duda.