Capítulo 39
1397palabras
2024-01-30 10:05
Al llegar a mi habitación pongo seguro a la puerta y como una niña emberrinchada sacudo mis pies para librarme de los zapatos; no entiendo porque me siento de esta manera, mi corazón late a gran velocidad, pero a la vez es como si algo en el interior lastimara un poco y picara causándome enojo.
— Ay Valeria acaso estas... no, imposible porque estaría celosa de un hombre que no es nada mío... es decir si es un encanto conmigo, me trata bien, se preocupa por mí, cuida de mí, pero eso no quiere decir que me quiera.... — el recuerdo del beso que me dio aquella noche del baile llega a mi memoria, ahora me siento más molesta. — ¡O simplemente está jugando conmigo... es un hombre después de todo por amor al cielo!
Me deshago de mi ropa en el camino a la ducha, en verdad una parte de mi esta sorprendida por mi comportamiento, al pensarlo llego a la única conclusión que son celos y eso me molesta ya que no somos nada y no tendría por qué sentirlos.

...
Salgo apretando con fuerza las cintas de mi bata de baño, a decir verdad, no me siento más relajada, no entiendo porque estoy tan irritable; tomo asiento en mi tocador, comienzo a desenredar mi cabello y secarlo con la secadora, en ese momento los recuerdos o más bien imágenes que llegaron a mi cabeza cuando desperté en el hospital vuelven a mi mente.
Una escena en particular... la vista de Mort sobre mí, aún está muy vivo el sonido, sus jadeos con un toque erótico en mis oídos, sus ojos celestes dilatados con esa mirada abrazadora de un cazador hambriento, la perfección de su piel y la definición de los músculos de sus fuertes brazos, su firme pecho e impresionante abdomen, la imagen de su cuerpo y rostro cubiertos por una fina capa de sudor, una corriente eléctrica recorre mi cuerpo causándome un cosquilleo...
— ¿En qué tanto piensas?
Siento que mi corazón golpeo con fuerza mi pecho, mi cuerpo dio un brinco violento, suelto la secadora y esta da un fuerte crujido al caer contra el piso, el ver por el reflejo del espejo frente a mi Mort está sentado en mi cama, lleva una camisa Blanca de mangas cortas ajustada y un pants negro, me mira con diversión.
— ¿¡Que estás haciendo aquí?! ¿¡Como entraste? – me pongo de pie molesta, levantó la secadora y la dejo en el tocador, esta es una grave falta a mi privacidad.

— Puedo aparecer donde me plazca, toque la puerta, pero no respondiste pensé que te había pasado algo, te hable varias veces, pero no me hacías caso, hasta esta tercera vez me escuchaste... ¿En qué estabas pensando, para que tu mente te tuviera tan perdida?
Esa escena tan erótica de él se cuela a mi mente de nuevo, me siento tan avergonzada, de pronto pienso que quizás puede leer mis pensamientos, es algo loco y quizás imposible pero aun así me pongo muy nerviosa y siento como mi cara se calienta.
El al verme sonríe divertido, se pone de pie y se acerca lentamente hacia mí, mi cuerpo reacciona por sí solo y de nuevo esa corriente eléctrica me recorre causando cosquilleos por algunas partes, le saco la vuelta y me paro frente a la cama.
— En nada, es solo que... la entrevista me dejo algo estresada y pensativa.

— Bueno Alicia fue directo al grano empezando por lo más fuerte que eran los chismes, note que te pusiste algo nerviosa por ello, aunque después de todo es lo que tu quisiste
¿¡Alicia?! La llama por su nombre wow... me sorprende y me molesta sin duda, claro que sí, y no puedo disimular mi molestia ni detener las palabras que salen de mi boca.
— Wow... Alicia, ¿es bella no? Te dio su número cuando se te arrimó supongo ¿quedaron en salir?
— No, ella solo.... — se queda callado de pronto, me mira y una gran sonrisa jamás antes vista se forma en su rostro.
— ¿Qué? – pregunto molesta
— ¿Estas celosa?
Se acerca lentamente, con pisadas suaves y silenciosas como las de un gato, pero con esa mirada de un depredador; me pongo rígida al instante de pronto siento la atmósfera entre nosotros más densa, más electrificante.
— Cclaro quee nno.– ni siquiera soy capaz de hablar bien, tartamudeo mis palabras.
Él cada vez está más cerca, y yo no puedo retroceder más, mis piernas topan con mi cama, y caer sobre ella lo considero peligroso dado la situación.
— Yo creo que sí. – su voz es ronca y provocativa, su cuerpo está muy cerca de mí, su aroma me invade envolviéndome completamente, desorientando mi mente y alterando mis emociones.
— No somos nada... ¿porque lo estaría? Además, tú me dijiste que tienes alguien especial cuando nos conocimos, ¿A que juegas conmigo Mort?
La valentía y la cordura hicieron acto de presencia de repente, él se detuvo a escasos centímetros de mí, aun así, nuestros cuerpos estaban muy cerca y yo solo con mi bata de baño no puede ser.
— Yo no juego a nada Valeria, y esa persona especial que mencione eres tu.
— ¿¡Yo?! ¿¡Como podría ser yo?! A penas y nos conocemos hace poco.
— En eso te equivocas My lady... tu y yo fuimos, somos y seremos más de lo que crees...
Con esas últimas palabras se inclina rápidamente para tomar mis labios con los suyos, la sensación de su piel es gloriosa, magnifica, todo mi cuerpo reacciona ante la unión de nuestras bocas; es un beso profundo y apasionado que poco le falta para ser algo violento e intenso.
Cierro los ojos dejándome llevar por completo, mi cuerpo le corresponde totalmente, ansiaba su cercanía, y es que en verdad eh tenido su imagen clavada en mi memoria en estos días.
Pero mi mente es incapaz de quedarse tranquila...
¿Porque logra remover cada fibra de mi interior?
¿Como es que descontrola mi mente y emociones?
Sus palabras... esas últimas palabras que dijo antes de lanzarse sobre mi taladran mi mente, ¿cómo que fuimos, somos y seremos más de lo que creo?
De pronto él se separa de mí, solo unos cuantos centímetros, ambos respiramos con algo de dificultad, puedo sentir su aliento de aroma fresco golpeando contra mi rostro; se inclina y une su frente con la mía, es un momento un tanto bello pero extraño para mí.
— Descansa My lady hasta mañana... – me da un beso en la frente y se da la vuelta, o no, tú no te vas a ir dejándome con ese enrollo en la cabeza.
— ¡Tú no te vas hasta que termines lo que empezaste!
Corro para interponerme entre su camino a la puerta, él me debe unas cuantas explicaciones, no puede decirme todo aquello, besarme y pretender irse como si nada.
De pronto levanta ambas cejas sorprendido, abre mucho los ojos y se dibuja una hermosa sonrisa mostrando sus dientes blancos y perfectos, el problema, esa sonrisa y mirada son un tanto extrañas.
— Que atrevida My lady, pero de acuerdo. — de un movimiento rápido de deshacer de su camiseta, su perfecto y ejercitado torso queda desnudo frente a mi, ahora yo soy quién abre mucho los ojos, siento que me falta el aire
— ¿¡Pero que haces!?
— Terminar lo que empecé son ese beso...
Se acerca a mi lentamente con esa mirada de cazador, yo soy la presa, ¡demonios!
Repaso mis palabras dichas en la mente y sin duda se mal interpretan de la peor manera.
— Eeh... nno, esppera yyo no me refferia a eso... — La mirada de Mort me recorre el cuerpo de pies a cabeza, lo único que me cubre es la bata de baño, bajo ella nada... mi cara comienza a arder, que momento tan embarazoso. — ¡Olvídalo! Sal de aquí...
Corro como una niña pequeña, pongo mis manos sobre su espalda y comenzó a empujarlo a la puerta... una gran carcajada sale desde el fondo de su garganta, empieza a caminar cediendo a mis débiles empujones.
— De acuerdo será para otro día.
— ¡Nada de eso, ni este ni otro día!
Una vez que logró sacarlo cierro la puerta, quiero llorar de la vergüenza, lo escucho carcajearse del otro lado.
— Dulces sueños My lady....