Capítulo 35
1354palabras
2024-01-27 08:53
Bailamos juntos al compás de la suave música, su capa revolotea suavemente con cada vuelta que damos juntos; esto me parece un sueño, no puedo dejar de verlo y sonreír como una tonta, mi sonrisa parece causarle gracia ya que él también sonríe con diversión.
La música suave llena el ambiente y por unos segundos me olvido de todos y me encierro en una burbuja donde solo somos él y yo.
Desde que llegó a mi vida todo mejoró, me cuida protege y trata como si fuera alguien importante para él a pesar de que tenemos poco de conocernos, es un buen hombre, él y mamá Consuelo son el claro ejemplo de que no todos los desconocidos son malos, aún existen personas buenas y él podrá ser la muerte misma, pero para mí se convirtió en más que eso, lo veo como un amigo y posiblemente un buen ejemplar de hombre con el que me hubiera gustado compartir mi vida.
Cuando regrese al momento actual después de estar perdida en mis pensamientos revoloteando entre mis ideas locas, me doy cuenta de que varias parejas se alejaron de nosotros dejándonos en el centro bailando a mí y a él.
Logro darme cuenta de que algunos nos miran sonrientes, como si la escena frente a ellos los conmoviera, mis piernas ya empiezan a sentirse débiles de pronto estoy agotada, Mort rápidamente se da cuenta.
— ¿Cansada? . – No quiero ni voltear a verlo, lo más probable es que este sonriendo y esa sonrisa me pone idiota últimamente.
— Si bastante, vamos a casa ¿sí?
— Como desees My Lady
Ambos nos separamos, esa parte donde estaba posada su mano se siente ahora tan fría, miró de lejos al señor Morgan le digo adiós con la mano, es hora de ir a casa.
Mort va caminando a mi lado por el largo pasillo solitario, vamos a la salida, estamos en silencio lo miro muy relajado, por mi parte me siento algo tensa, no incomoda, pero no sabría explicarlo intento desesperadamente de resistirme a él de controlar mis pensamientos, pero mi cuerpo reacciona solo.
— Valeria... no te vayas con él...
Frente a nosotros aparece Jair por uno de los pasillos, está muy ebrio jamás lo había visto así, se tambalea levemente, arrastra las palabras, su cabello esta todo revuelto y sus ojos color miel se miran algo rojizos e hinchados como si hubiera estado llorando.
— No es el lugar ni el momento para una escena Jair quítate de en medio. – le digo tratando de no alzar mucho la voz ya que no quiero que las personas salgan a ver que sucede en el pasillo, pero Jair no piensa cooperar.
— Si, si es el momento... Valeria. Yo te amo, yo siempre te amé desde el principio fue la tonta de tu amiga Cristina que siempre se entrometía desde la universidad me hablaba mal de ti, siempre me llamaste la atención, pero ella... ella... siempre que quería acercarme lograba convencerme de que no lo hiciera... a los años nos reencontramos y desde entonces todo el tiempo a tu lado fui feliz... la pérdida del bebé me afectó mucho amor, yo quería a ese bebé, pero tu... ¡¿porque lo hiciste?! Estaba tan enojado contigo por eso me distancie luego enfermaste y cada vez que quería entrar a esa habitación Cristina me recordaba lo del bebé y yo... fui un estúpido me dejé llevar, enredar por ella perdóname...
No sé qué decir al respecto mentiría si digo que sus palabras no me sorprenden, pero no por el hecho de que me diga que según me amo y sus razones para ser malo conmigo si no el darme cuenta como Cristina desde mucho antes estaba jugando sucio en mi contra y yo ni en cuenta, tan ingenua pensando que era mi amiga.
Por desgracia el pasado no se borra ni se cambia, él me falló, se dejó engañar prefirió creerle a ella antes de preguntarme a mí, Cristina pudo manipularlo hasta cierto punto, pero él fue tan tonto y cayó, sus sentimientos por mí no fueron fuertes su tentación superó su lealtad hacía mí.
— Ay no tengo tiempo para esto...
Sin prestarle atención empiezo a caminar para pasar por un lado del borracho platicador para mi sorpresa se me puso al frente soltó la copa que tenía para tomar mi rostro entre sus manos y acercar sus labios a los míos.
Me quedo atónita unos segundos, mi fuerza no se comparaba con la de él no podía apartarlo, se escuchó un golpe en seco que hizo que Jair se separara de mí, Mort le había dado un puñetazo en el costado.
Jair retrocedió unos cuantos pasos, cuando me liberó de su agarre di unos cuantos pasos atrás, Mort lo agarró del cuello de su camisa para después darle un fuerte puñetazo en la cara haciéndolo caer tendido en el suelo, me llevé ambas manos a la boca.
Mort toma mi mano y me lleva fuera del lugar, tuve que correr un poco para seguirle el ritmo me siento algo aturdida, al abrir la puerta para salir Jair grito con todas sus fuerzas.
— ¡Te voy a recuperar Valeria! ¡Ella es mía idiota!
Puedo sentir a la perfección como el brazo de Mort se tensa al escucharlo, salimos del lugar, fuera ya estaba esperando nuestra carroza; Mort me abrió la puerta y me tendió su mano para ayudarme a subir, pero no me volteó a ver en ningún momento, yo sí, estaba muy molesto al parecer.
....
El camino a casa ahora si fue incómodo, se la pasó viendo por la ventana con esa cara de molestia todo el camino, me hubiera gustado poder subirle el ánimo, pero sinceramente no sé qué decirle, así que mejor me quede callada.
Llegamos a la entrada de la casa, en cuanto bajé le di las gracias a Mort, el carruaje se fue y bueno yo me disponía a correr a mi habitación cuando su voz me detuvo.
— ¿Aún lo amas?... ¿Piensas regresar con él?
Me giro para verlo, parece preocupado, molesto y ansioso, no entiendo a que vienen esas preguntas, quizá piensa que si regreso con Jair terminaré corriéndolo o algo así, me acerco a él levanto mi rostro para verlo directo a los ojos, esos ojos azul celeste que tienen una mirada algo perturbada y triste, me siento mal por el instantáneamente.
— No... si bien su recuerdo aún duele un poco ya no es amor lo que siento por él... y no, por nada del mundo regresaría con él.
Mis palabras parecen darle cierta calma, ya que luce más relajado, le sonrío esperando ver esa sonrisa en el que se dibuja después de ver la mía, pero esta vez permaneció serio.
— Lo lamento no puedo aguantarme más...
Rápidamente se acerca a mi tomando mi cintura para pegarme a su cuerpo y su otra mano sosteniendo mi cabeza, acerca su rostro al mío con rapidez cuando menos me doy cuenta tengo sus labios sobre los míos.
Me cuesta un poco asimilarlo, esto me toma por sorpresa, mi corazón de nuevo late a gran velocidad, pero en cuestión de segundos cierro los ojos y disfruto la sensación de saborear sus dulces y suaves labios.
Jamás había experimentado un beso de esta manera, con tal entrega pasión y afecto, al separarnos para tomar aire en sus ojos aparecen cautivas tantas palabras... con su mirada me dice tantas cosas que no entiendo.
El sonido de una motocicleta nos hace a ambos voltear, por desgracia ya estaban demasiado cerca, dos hombres con cascos que no permiten ver sus rostros; el de la parte de atrás saca un arma y sin pensarlo la detona varias veces; Mort usa su cuerpo para protegerme, todo paso tan rápido.
— ¿¡Estas bien?!
Me pregunta exaltado, veo en su hombro la rozadura de una bala, paso mis dedos por ella, está sangrando; de pronto mis oídos empiezan a zumbar, un fuerte dolor empieza a invadir mi pecho, lograron alcanzarme tres impactos de bala, uno en el brazo, otro en el costado y el ultimo en el pecho.