Capítulo 34
1368palabras
2024-01-27 08:53
El tenerlo enfrente ya no me perturba ni duele de la misma manera que antes, aun así, no diré que no me afecta del todo; los sentimientos que me invaden al verlo son difíciles de explicar, si bien fue mi amor platónico durante muchos años, se convirtió en mi esposo y ese amor creció mucho más, pero cuando mi burbuja de fantasía en la que vivía reventó me di cuenta de muchas cosas, descubrí las verdaderas facetas de muchos a mi alrededor y podría decir que de todos él fue quién más me dolió.
Mis padres anteriormente habían sido malos conmigo, en mi pasado solo había malos tratos por parte de ellos, de Cristina bueno en más de una ocasión me dejo a ver que no era mi verdadera amiga ¿pero él?
Preguntas como si ¿nunca me amo? ¿desde cuándo estaba fingiendo? ¿Porque me engañó? Rondan en mi cabeza constantemente, pero trato de ignorarlas, su respuesta no me beneficia en nada y ahora ya no me importa tanto.
Soy como una flor delicada que está creciendo pese a las dificultades, lo menos que necesito es plagas a mi alrededor.
— No parezco ni lo soy, parece que esta Valeria que no se deja pisotear no es del agrado de nadie, supongo que todo era más fácil para ustedes cuando era la marioneta que se dejaba manipular y podían usar a su antojo.
— Valeria yo nunca te use de acuerdo... tenemos una plática pendiente, te debo unas cuantas explicaciones.
— ¿Unas cuantas? Demasiadas para ser sincera, pero sabes, no me interesa escuchar mentiras, tus justificaciones tontas no cambiarán los que hiciste, estoy mejor sin ti, con permiso no me vuelvas a buscar.
Se que le dije a Mort que me quedaría aquí pero no tolero a este tipo ni un segundo más, mejor iría a buscarlo; como anteriormente hizo Cristina en el baño Jair me toma de la muñeca para evitar que me vaya, pero no lo hace de la manera brusca como cierta arpía.
Al verlo en sus ojos había molestia, pero me atrevo a decir que culpa en ellos, eso fue nuevo, de igual manera no me importa, que la culpa lo carcoma si es necesario.
— Suéltala si no quieres que te arranque los brazos y de paso te saque los ojos por atreverte a verla
Mort aparece tras de Jair; Mort es un tanto más alto, sus ojos cambiaron son negros como la noche; Jair me suelta, ambos hombres se miran de una manera desafiante, mi corazón empieza a latir a gran velocidad, en verdad no quiero más problemas esta noche.
— No vale la pena Mort, además no quiero escándalos aquí, vámonos.
A mi querido escolta no le queda de otra que seguirme, sin antes lanzarle otra mirada mortal a Jair y mirarlo fijamente más tiempo del necesario.
Alguien habla por el alto parlante, nos piden tomar haciendo para empezar con la cena en cuanto el banquete termine empezarán unas cuantas subastas y al final para cerrar la noche un baile, Mort y yo tomamos haciendo, él lado de mí.
— Lamento que tu gran noche esté resultando de esta manera. – no puedo evitar sonreírle y verlo.
— No tienes por qué disculparte, al final de cuentas es mi culpa por no aceptar que sacaran a ese par desde un inicio.
— La única razón por la que vinieron es para alardear que estuvieron en el evento y sobre todo regar chismes y mentiras de ti.
— No hay que darles la importancia que no tienen, disfrutemos el resto de la velada.
Me sonríe ampliamente dejando ver esos dientes blancos y perfectos, me es imposible no notar como él es el centro de atención de las demás mujeres del lugar, un imán de miradas.
Pero sin exagerar todo él es perfecto, tiene ese rostro cincelado como una obra de arte sin igual, una complexión física atlética sin exagerar, lo más exótico en él, esos ojos celestes claros y cabello platinado sin mencionar ese aroma de él fresco, embriagador una combinación entre bosque y mar
– ¿Tengo algo en la cara?
Abro mucho los ojos, me quedé como estúpida mirándolo fijamente, su risa no hace más que empeorar mis nervios.
¿¡Que te sucede Valeria?!
Aparto la mirada rápidamente, siento mi rostro arder de la vergüenza, para mi buena suerte empiezan a servir la cena en la mesa; no sé qué me sucede con él cada vez me siento más perdida ante su presencia, más atraída a su ser... me estoy volviendo loca.
......
Al terminar la cena dio inicio la subasta de beneficencia, compre algunas cosas que claramente no necesito y al final di un donativo bastante generoso al club y la organización a la que se ayudó en esta ocasión, el señor Morgan tomó el micrófono.
— Buenas noches Damas y Caballeros quiero agradecerles a todos su presencia y su ayuda esta noche. Más que socios y amistades todos los presentes aquí reunidos son como familia para mí, esta noche la organicé en honor a la pequeña giganta para los negocios Valeria Palacios, que todos saben quién es y quién no lo sepa ¿En qué mundo vive?
El salón se llena de aplausos y las miradas se posan en mí, me pone los nervios de punta ser el centro de atención de esa manera, pero aun así sonrió a mi alrededor y hago una ligera reverencia en agradecimiento.
El señor Morgan me mira sonriente y me tiende el micrófono, hablar frente a mucha gente no es de mi agrado, pero este evento fue en honor mío esta vez me corresponde dar un agradecimiento y bueno vamos a aprovechar un poco la atención de todos en mi para aclarar algunas cosas.
Me levanto y Mort también lo hace y va tras de mi como todo escolta, lo que me agrada de tenerlo conmigo es que todos lo ven a él eso calma mis nervios, al llegar al lado del señor Morgan tomo el micrófono y empiezo a hablar.
— Buenas noches, como el señor Morgan mencionó anteriormente agradezco su presencia y ayuda en este evento, me siento honrada en que en esta ocasión el evento fue en mi honor.
Muchos de aquí deben estar enterados de mi estado de salud los meses anteriores, los chismes no me gustan así que daré la información de primera mano.
Si, estuve muy enferma y en esos meses tan difíciles me di cuenta de muchas cosas y cambié totalmente; en esos momentos críticos es cuando te das cuenta quién está a tu lado porque le importas y a quién no. Me di cuenta de la traición y deslealtad de algunos y bueno fueron los primeros que eché de mi vida. La basura a la basura, en tanto los negocios como la vida diaria lo que estorba se desecha.
Esas últimas palabras las dije mirando fijamente a la mesa en donde se encontraban mi ex marido y ex amiga, pero en todo momento mi mirada permaneció en Jair, de cierta manera estas palabras eran para él y marcaban el cierre de este ciclo para mí.
El salón se llenó de aplausos y silbidos no pude evitar sonreír me siento liberada, el señor Morgan hace una reverencia invitándome a bailar, yo tomo su mano y miro Mort que retrocede sonriente.
El señor Morgan y yo abrimos el baile, unas cuantas parejas empiezan a ponerse de pie y llenar la pista.
— ¿Puedo? .– Mort llega deteniendo mi baile con el señor Morgan después de unos minutos.
— Te estabas tardando chico, mis piernas ya no son tan fuertes como antes...
El señor Morgan le pasa mi mano a Mort quién al tomarla la besa nuevamente haciendo una reverencia, mis mejillas empiezan a ponerse rojas.
Su mirada profunda con esa sonrisa en el rostro que tiene me cautiva, confunden mi mente; Mort se incorpora entrelaza nuestros dedos y pone su mano en mi cintura acercándome más a él.
Mi corazón no puede con todo esto, golpea con fuerza mi pecho como si quisiera salirse y arrojarse a él, mi mirada se va a esos labios carnosos entreabiertos, de repente me invade la necesidad de probarlos, de sentir su piel.
¡Ayudaaaa....!