Capítulo 33
1358palabras
2024-01-27 08:53
La situación me deja en estado de shock por unos segundos; como es habitual en mi últimamente me pierdo en el color de sus ojos, en esa mirada que parece decirme un sin fin de cosas que me encantaría entender, que no daría por descifrar esa mirada.
Mi corazón golpea con fuerza contra mi pecho emocionado ante tal gesto de caballerosidad y atención de su parte, sus palabras aún resuenan en mi mente, es sin duda lo más bello que alguien me a dicho.
Pero la cordura que parecía a verse dormido un rato regresa, me hace reaccionar, lo primero que llega a mi mente es recordar que supuestamente él ya tiene a alguien especial en su vida... ¿Porque me dice todo eso?
Y lo segundo es que estamos en esta fiesta, con mucha gente alrededor que probablemente pudieron a vernos visto o nos observan aún; mi cara se pinta de color carmesí con rapidez, me deshago del agarre de Mort quitando mi mano y bajando la cabeza, no me ánimo a voltear alrededor y toparme con miradas curiosas, solo daría hincapié a los chismes que ya se dicen sobre nosotros.
— Yo... necesito ir al tocador... – huir de una situación embarazosa mi especialidad.
— Claro, te esperaré fuera...
Su voz ronca y profunda causa un terremoto en mi interior, cada vez estoy peor, ¡Dios mío! compórtate Valeria tienes 28 no 18.
Avanzo con la mirada agachada, no quiero verlo porque podría asegurar que me ofrecerá su brazo y no considero que sea buen visto tomarlo y tener esa convivencia con mi escolta personal, mejor que venga tras de mí, eso es mejor.
Entro al baño y me recargo en el lavabo, respiro profundamente sintiéndome nerviosa, de pronto ya no quiero estar aquí, esta fiesta que me tenía muy emocionada se me echo a perder desde que mire a Jair y Cristina llegar al lugar, enterarme que estoy metida en chismes pesados y que el ex esposo de mi socia parece odiarme y culparme por el éxito de su ex mujer, ¿Qué le pasa a ese tipo?
Mi vestido tiene unas bolsas pequeñas en los costados ahí metí mi labial rojo, lo saco para retocar un poco mis labios, escucho la puerta del baño abrirse y unos tacones resonar entre el silencio, no volteo y me sigo mirando en el espejo.
— Me cuesta creer que esta mujer a quién miro es mi "mejor amiga". – Esa maldita voz, Cristina... ni siquiera volteo a ver su reflejo a escasos centímetros de mi lado izquierdo. — Como has cambiado, el dinero te volvió una altanera.
¡Basta! Siempre me tragaba sus críticas hacía mí, siempre cuando me hacía menos no decía nada más que sonreír nerviosa y bajar la cara, esta vez no lo haré jamás bajaré el rostro ante nadie, tapo mi labial para guardarlo y comienzo hablar.
— Tú y yo ya no somos amigas Cristina, de echo creo que nunca lo fuimos, una amiga de verdad no hubiera echo jamás todo lo que tú a mí, y con respecto a que eh cambiado... no te imaginas cuanto
Su mirada es fría, me mira de pies a cabeza entre cerrando sus ojos, su vestido es tan inapropiado al tema de la celebración tal como dijo el señor Morgan, pero que se puede esperar de Cristina, ella siempre le encantaba llamar la atención de esa manera.
— Por favor, Valeria, déjate de berrinches tú no eres así, no vas a terminar una amistad de años por el tonto de Jair ¿o sí? Él fue quién se acercaba a mí, estábamos desconsolados por ti, y bueno las cosas pasaron, pero solo fue un desliz, si llegabas a morir que mejor que se quedara conmigo y no con otra, ¿no crees?
¡No puedo con esto! Ella sonríe reluciente como si fuera poca cosa lo que me acaba de decir, es una maldita sinvergüenza, aprieto los labios conteniendo estas ganas de molerla a golpes, ¿¡Que le pasa?!
— La última vez que nos vimos recuerdo que me dijiste que te acababa de ganar como enemiga, creo que en ese momento se declaró una guerra entre nosotras porque la amistad terminó hace mucho tiempo.
– Tienes que alejarte de ese hombre Valeria, tu escolta, no parece una buena persona.
Me quedo sin palabras. ¿A qué viene ese comentario? Ese cambio de tema tan radical
Desconozco las intenciones de tal comentario tan fuera de lugar; pongo los ojos en blando y me dispongo a salir levantando un poco mi vestido, no tiene caso seguir perdiendo el tiempo con ella.
— ¿Por qué? ¿Te quieres acostar con él también? Adelante inténtalo, él es libre pero no lo despediré nada más porque tú me lo dices.
Me río ligeramente, ¿esta mujer que piensa? Que le haré caso a sus exigencias, está loca, no negaré que me revuelve el estómago y me acusa una gran molestia en solo pensar que ahora quiere ir tras Mort, pero no puedo mostrarme molesta por eso, en primera porque no somos nada yo y el y en segunda molestarme solo daría hincapié a los chismes que ellos están inventando.
Al pasar a su lado de un movimiento rápido toma mi muñeca con tanta fuerza lastimándome e impidiéndome avanzar, volteo rápidamente a verla mal, nos vemos fijamente, en su mirada se encuentran un sin fin de amenazas, trata de intimidarme, pero no lo logrará, desconozco a esta mujer frente a mi
— Suéltame, Cristina... – le digo de una manera lenta y amenazante, extrañamente estando aquí solas, no siento miedo si no una gran rabia.
— No sabes con quién te estás metiendo pequeña Valeria, aléjate de ese hombre o pagarás las consecuencias.
— No te tengo miedo, ataca con lo mejor que tengas Cristina, pero prepárate tú también porque no me pienso quedar con los brazos cruzados.
Me safo de su agarre de una manera brusca, retrocediendo unos pasos antes de darme la vuelta para salir del baño, es impresionante mi nivel de mala suerte, toparme con ella y que en todo este tiempo nadie entrará al baño dándome una manera de escape más rápida y tranquila.
La mirada de Cristian es mortal, la desconozco totalmente es como si de repente se transformó en otra persona, dejó a relucir un lado de ella que mantenía oculto.
— Te vas a arrepentir de jugarle a la valiente, igual que la última vez.
No les prestó atención a sus palabras, salgo del baño y recorro el corto pasillo, al salir veo a Mort parado con sus manos al frente; me siento molesta de repente con él, ¿porque no me dijo que Cristina iba al baño? ¿Por qué no le impidió el paso?...
Ay no, creo que estoy exagerando, no estoy en mi casa como para ponerme en ese plan y pedirle a Mort hacer ese tipo de escenas, después de todo es mi culpa el señor Morgan me ofreció sacarlos y yo fui quién dijo que los dejaran aquí, ahora te aguantas Valeria.
Llego a una de las ventanas necesito un poco de aire, Mort en todo momento iba tras de mí.
— ¿Todo bien My lady? . – cierro los ojos al sentir como revolotean mariposas en mi estomago con el simple hecho de escuchar su voz...
— Si... ¿Podrías traerme un poco de agua? – Al verlo levanta una ceja y mira alrededor inspeccionando todo. — Estaré bien, te espero aquí.
— De acuerdo... Vuelvo enseguida.
Él se marcha y miro con desinterés por la ventana, el jardín es hermoso, eso me recuerda que debo darle atención a mi jardín, esta horrible.
— Ni pareces la misma Valeria que conocí
¡No! ¿¡Porqué a mí!?... ¿¡Es enserio?!
Me giro lentamente poniendo la peor cara que puedo, Jair está parado con su impecable traje azul rey, antes me hubiera parecido que se veía magnífico, pero desde que Mort llegó a mi vida mis estándares en un hombre se elevaron bastante y bueno ahora Jair me parece de lo más ordinario, mi corazón ya no se acelera ni duele con su presencia, todo parece indicar que lo que sentía por él ha muerto.