Capítulo 32
1273palabras
2024-01-27 08:53
Claramente la parejita de indeseables llama la atención y las razones sobran, trato de no verlos, aunque me llega la duda de como rayos hicieron para entrar al evento... quizás el señor Morgan le dio una invitación a Jair, aunque sería extraño después de todo lo que hablamos.
— ¿Qué hace ese par aquí? En primera, ¿cómo entraron? y en segunda, es un baile de temática imperial, esa mujer parece todo menos de la realeza, parece la bailarina de un burdel.
Me contengo para no soltar una carcajada, pero el señor Morgan tiene razón, Cristina tiene un vestido amplio, sí, pero con abertura en una pierna además de ser de finos tirantes, un gran escote en la espalda y al frente también.

— Por lo que dice, no los invitó entonces.
— ¡Para nada! Entiendo que su presencia te es indeseable así que en un momento los mando sacar.
— No, no, déjelos que se queden. – Mis palabras ocasionan que el director del club y Mort me miren asombrados.
— ¿Está segura?
— Sí, descuide, a menos que causen un alboroto, mándelos sacar.
— De acuerdo, si cambia de opinión hágamelo saber y con gusto los echamos a la calle, tengo unas cosas que atender, disfruten la velada.

El señor Morgan se marcha, evitó mirar en dirección en donde están Jair y Cristina, soy consciente que tanto ellos, como Mort y yo, nos hemos convertido en el blanco de miradas y posiblemente el chisme de la semana.
— My lady, ¿está segura de que los quiere aquí?
— No fueron invitados, no tengo idea de cómo entraron ni me importa, pero sea cual sea la razón, se tomaron el tiempo de escabullirse de una u otra manera.
— No me parece seguro tenerlos cerca, así que ahora menos me separaré de ti

Afirmo con la cabeza y miro a otro lado, me pone tan nerviosa cuando me habla y me mira de esa manera, Dios en verdad me vuelve loca, me desestabiliza totalmente.
— ¡Valeria! .– Una voz familiar me llama, la empiezo a buscar y una mujer de vestido azul turquesa se apresura levantado su vestido para llegar a mí.
— ¡Maggie! .– le digo en cuanto la tengo cerca y ambas nos damos un fuerte abrazo.
Margaret es mi socia de la empresa de modas en la que invertimos hace tiempo y le está yendo de lujo, ya hace bastante tiempo sin verla.
— Mírate nada más, estas hermosa, me da mucho gusto que te divorciaras de ese estúpido bueno para nada. – Maggie mira en dirección a donde se encuentran Jair y Cristina por desgracia hago contacto visual con él, pero aparto la mirada rápidamente.
– Que rápido corren ese tipo de noticias.
— Lamento decirte que esa mujer y Jair están diciendo puras barbaridades, que se divorciaron por que tu estabas de vacaciones en otro país y ahí le fuiste infiel con ese atractivo hombre de cabello platinado... – al mencionarlo volteó a mis espaldas y noto que Mort se alejó de nosotras y observa a la distancia, cuando nuestras miradas se unen me regala una sonrisa.... me desmayo..., le sonrío ligeramente y regreso a ver a Maggie
— Pero eso es mentira, Mort es mi escolta personal, y yo no estaba de vacaciones.
— Querida descuida nadie cree esa mentira, al principio empezaron a regar la noticia de que estabas gravemente enferma, ellos empezaron a salir descaradamente frente a todos, curiosamente te recuperas apareces de nuevo y ahora resulta que era porque estabas de vacaciones, el cambio radical de su historia no concuerda. Todos estamos esperando tu versión oficial estoy segura de que los dejará destruidos.
No tenía idea de que Cristina y Jair estaban diciendo semejantes mentiras para dejarme mal parada y salir bien librados de eso según ellos, no quería hablar al respecto sobre ese tema, estar entre chismes no es lo mío, pero considero que quizás en esta ocasión si debería hablar, después de todo es para perjudicarlos a ellos.
A espaldas de Margaret veo a un señor alto robusto con una mujer rubia muy joven colgando de su brazo, al verme pone una cara de molestia y mal humor que hasta me hizo voltear detrás de mi queriendo creer que no era para mi esos gestos tan malos, pero no, si eran para mí.
Me pongo nerviosa y miro a Maggie ya que ese hombre es su esposo, ella parece notar mi incomodidad, se gira para ver tras de ella, quise evitarlo, pero fue muy tarde.
— Ay querida no te preocupes por ese, es otro idiota, estoy felizmente divorciada de él hace tiempo... el éxito de nuestra empresa no fue de su agrado, él quería una esposa trofeo el que empezara a ganar más que él no le agrado para nada.
— Si parece estar muy molesto, pero conmigo. – Trato de no ver a ese hombre su mirada me incomoda.
— Te culpa por todo lo que paso, ya que tu fuiste quién me ánimo a dar ese gran paso, ignóralo, pero ten cuidado con él, es un hombre muy resentido.
— Lo tendré en cuenta. – lo menos que me hace falta es tener más malas personas a mi alrededor que tienen algo contra mí.
— Bueno Valeria cuídate mucho me da gusto saber que estas bien, te invito a comer después ¿¡va?! Me voy, dejé a mi acompañante solo ya que corrí hacia ti en cuanto te miré, mucho éxito niña y recuerda la vida te va quitando lo que no sirve y estorba para dejar espacio a lo que necesitas y te hará bien.
Maggie se fue, la miró alejarse rumbo a un elegante caballero de traje del mismo tono de su vestido que la esperaba, mi mirada se cruzó nuevamente con el ex marido de ella, en verdad puedo sentir el oído cargado en su mirada que me hace sentir oprimida e intimidada; mi contacto visual fue interrumpido por un ancho y fornido pecho frente a mí.
— ¿Quieres que me deshaga de él? No es la manera de mirar a My lady, le arrancare los ojos
Mort se pone frente a mí, tengo que levantar el rostro ligeramente para verlo a los ojos, su rostro no deja ver ni un rastro de humor y su voz amenazante me eriza la piel.
— ¿¡Que?! No... cálmate que cosas dices... solo está molesto ya que, al parecer por mi culpa, su esposa logró posicionarse más arriba que él, seria 3 veces más acaudalado de lo que es si tan siquiera la hubiera apoyado y tenido un poco de fe en ella; eso es lo que las mujeres queremos, un compañero que nos apoye y crea en nosotras y si fracasamos no nos critiquen si no que nos motiven a seguir intentando.
— Yo creo en ti... siempre te apoyaré y cuidaré de ti My lady
Mort toma mi mano y deposita un ligero beso en el dorso, en ningún momento rompe el contacto visual conmigo; separo ligeramente los labios para respirar ya que siento que me falta el aire, sus ojos son como dos cristales preciosos que resplandecen con las luces del interior.
Su fresco y enigmático aroma, adormece mis sentidos en cuanto al inclinarse llega a mí con más intensidad, cuando sus labios tocan mi mano puedo sentir como esa zona en donde sus labios se posan comienza a hormiguear y a partir de ahí se origina una descarga eléctrica que recorre mi cuerpo entero, sin importar que tenga guantes puestos puedo sentir el calor de su aliento contra mi piel... creo que me voy a desmayar.