Capítulo 30
1234palabras
2024-01-26 06:58
La noche se pasó como un suspiro, después de estar por bastante tiempo llorando, me fui al baño a darme una ducha de agua caliente, ésta logró relajar mi tenso cuerpo y pude tener una noche de sueño profundo.
Al levantarme, mamá Consuelo ya estaba preparando el desayuno, me ofrecí a ayudarla, pero, me sacó de la cocina y mandó a sentarme al comedor para esperar la comida, me dijo que Mort salió desde muy temprano para atender unos pendientes.
Consuelo está muy sonriente y cariñosa conmigo, lo aprecio mucho, se porque lo hace, en verdad me siento muy mal por lo que pasó ayer con mi madre, pero mientras más lo pienso, más me lastimo, así que será mejor tratar de evitarlo, aunque me sea difícil, mantendré mi mente distraída sobre ese tema, no hay nada que el tiempo no cure.

Un humeante plato de huevos estrellados con tiras de tocino aparece frente a mí, además de un pequeño plato de yogurt con granola, otro de fruta picada y un vaso de jugo.
— Eeeh... mamá Consuelo, creo que esto es demasiado. – digo mientras observo la cantidad de comida sobre la mesa para mí, ella toma asiento a mi lado sonriente, pero no veo ningún plato para ella. – ¿No comerá?
— Yo me levanté muy temprano y desayuné, no te preocupes por mí, por otro lado, tú te fuiste a la cama sin cenar así que cómete todo y sin protestar.
Le regalo una sonrisa forzada y miro la comida, es cierto, anoche me dormí sin comer, pero no me levanté con tanto apetito, no sé si pueda con todo esto, pero no queriendo empezar el día con regaños empiezo a picotear la comida.
Le echo varias miradas a mamá Consuelo mientras termino con todo, esta curiosamente distraída observando la mesa de mármol blanco, la noto muy pensativa pero no sé si sea lo mejor preguntar... puede ser algo personal que quizás no sea de mi incumbencia o está pensando en todos los problemas recientes relacionados conmigo, así que prefiero callar y esperar a que ella hable si siente la necesidad de hacerlo.
Estoy que reviento, me siento llena, terminé los huevos con tocino, comí un poco del yogurt y la fruta, pero no creo poder terminar con todo, es demasiado, se escucha la puerta principal abrirse y después pasos acercándose al comedor, es Mort, quién trae dos bolsas grandes negras con ganchos.

— Los atuendos para esta noche están listos.
Él dice levantando ambos, no puedo creerlo, la fiesta es hoy, me levanto de la silla y corro hacía él dando pequeños brinquitos.
— ¿¡Cuál es el mío?! ¿¡Cuál es mi vestido!?
— Es éste...

Me da uno de los ganchos que contiene mi vestido cubierto, tenía pensado contratar alguna maquillista, pero mamá Consuelo sabe de eso así que le pediré que me ayude a arreglarme.
— Mamá consuelo, ¿me ayuda a maquillarme y peinarme para verme linda?
— My lady, usted es bella, ya sea con o sin maquillaje.
Una sonrisa algo incomoda aparece en mi rostro, no me atrevo a ver al alto y apuesto hombre de traje al lado de mí, siento que mi rostro se calienta, lo que me parece bastante extraño es como la sonrisa de mamá Consuelo se borra al escuchar a Mort y nos observa a cada uno de una manera sorprendida, probablemente está pensando mal y cree que entre la muerte y yo existe algo, no es posible...
— Em... gracias, Mort, iré a.… arreglar todo en mi habitación, ahí la espero, mamá Consuelo.
Al darme la vuelta le echo una mirada a Mort, quién sonríe divertido y me observa de una manera extraña... ¿Qué le pasa a este hombre? ¿No se supone que tiene pareja?... todos son iguales...
.....
Mamá Consuelo me mandó a darme un baño de burbujas mientras ella preparaba todo, miró el vestido ya que me haría un maquillaje con los tonos acorde a él, me siento entusiasmada, muero por ver como quedó el lugar, será como escapar de esta época para entrar en otra, será divertido, o eso espero.
Al salir de la tina, me puse mi ropa interior, un conjunto de lencería negro con unas medias que me llegan hasta el muslo, me enrollo en mi bata y salgo del baño; en la habitación mamá Consuelo ya tenía todo listo, me siento frente al tocador y ella de una manera muy hábil y rápida comienza a maquillarme.
— Valeria... Mort y tú...
— No somos pareja, ni estamos saliendo o algo así, si es lo que iba a preguntar. – abro mucho los ojos, ella sonríe de una manera incómoda.
— No es normal que la muerte se quede al lado de un mortal después de hacer el trato...– mi mente vuela a aquella noche que parece un sueño entre mis memorias.
— Bueno, él sí se fue, me dejó sola, pero digamos que en un arranque estuve a punto de echarlo a perder todo y ahí apareció él de nuevo, me dijo que no servía para esto de las venganzas a lo visto así que se quedó para ayudarme, supongo que sintió lástima de mi...
— No lo veas de esa manera, quizás él se dio cuenta que te enfrentarías a varias personas malas de verdad tu sola, diste tu alma por extender tu tiempo de vida, tu sola contra 5 es injusto, ahora estoy yo, y Mort, bueno, cuenta como por mil así que estas más que segura ahora.
Le sonrío de una manera débil, toda mi vida crecí creyendo que tenía que cuidarme de los extraños, que eran personas malas que no dudarían en lastimarme por lo mismo que no eran nada mío, pero en mi caso me sucedió algo que jamás esperé, mis verdaderos enemigos, los que querían hacerme daño, estaban tan cerca de mi... madre, padre, mejor amiga y esposo, eran los títulos que ocupaban esas personas malas que querían hacerme daño, no tenía que cuidarme de los extraños, si no de la "familia".
Supongo que me quedé sumida en mis pensamientos por mucho tiempo ya que cuando menos me di cuenta, mamá Consuelo estaba con la secadora trabajando en mi cabello, al verme en el espejo quedo impresionada, me hizo un hermoso maquillaje rojo con negro y unos cuantos brillos.
Me da un extraño sentimiento el ver mi reflejo a través del espejo, observándome a detalle estoy maravillada y sorprendida en cómo un poco de maquillaje puede elevar la belleza natural a otro nivel, por un segundo, el recuerdo de la imagen mía hace unos meses, con esas grandes ojeras, el rostro pálido y sumamente delgado, cabello quebradizo y opaco...
Desvío la mirada del espejo, por un momento, ese pensamiento se transmitió y fue como si pudiera ver esa imagen antigua en él.
— Listo...
La voz de mamá Consuelo me hace levantar el rostro, en verdad hizo un maravilloso trabajo, secó mi cabello e hizo unos rizos en él, después recogió los extremos dejando libre mi rostro hizo un hermoso arreglo con mi cabello poniendo un bonito pasador, me encanta.
— Ahora la mejor parte... ¡vamos! muero por verte con éste hermoso vestido, corre, ve al baño.
Ella da brinquitos emocionada mientras aplaude y señala el baño, me pongo de pie y voy hacia allá, en donde el hermoso vestido de princesa me espera, la noche promete ser emocionante.