Capítulo 28
1554palabras
2024-01-26 06:58
Me despierto con un ligero dolor de cabeza, estoy recostada en otra habitación, es la principal... ¿En qué momento llegué aquí? ¿Qué paso?
— Ya despertaste...
Mamá Consuelo entra a la habitación con una charola de comida y un jugo de naranja, mis ojos la miran sorprendida, me siento impresionada de que este aquí, y a la vez culpable por no haberla visitado antes.

— Mamá Consuelo, yo...
— Ten, toma una pastilla para el dolor de cabeza, me imagino que duele.
— Gracias... de hecho si, tuve un sueño súper extraño, soñé que me estaban haciendo brujería y usted era una bruja o algo así.
— No fue un sueño, Val... fue real... y prefiero el término vidente, por favor.
Me quedo en blanco, totalmente, mi vida es un desastre, pasó de ser una novela de una trama extraña, a una de fantasía completamente... ¿En verdad está pasando todo esto?
— Me imagino que es difícil para ti pero no es tan extraño, las energías malas y buenas siempre han existido, solo que al no ser parte de tu vida diaria te parece algo extraño y fantasioso... lo único que te puedo decir es que Mort ya me contó todo, el hecho de que vendieras tu alma me parece algo extremista, pero entiendo tus razones, también soy consciente de que si no lo hubieras hecho ya no estarías aquí... – Su voz se entre corta, baja la cabeza ligeramente. — Aún corres peligro, pequeña Val... hasta que no encontremos a la persona que te quiere dañar lo estarás, pero Mort y yo cuidaremos de ti.

— Gracias, mamá Consuelo... todo esto parece de película.
— No solo en las películas existen villanos y personas malas, sé que estas herida y molesta por todo lo malo que te han hecho tus seres queridos, Mort también me lo dijo, pero deja a un lado esa idea de venganza niña, no te conviertas en lo que quieres destruir, aprovecha esta vida para ser feliz, a veces el peor dolor de alguien que nos quiere hacer daño es vernos felices y plenos, descansa, mi niña.
Mamá Consuelo me da un beso en la frente y sale de la habitación, dejándome sola con mis pensamientos; abandonar mi plan de venganza contra ellos... me resulta algo difícil ya que solo de recordar todo lo que me hicieron me siento molesta nuevamente, mentiría si digo que no deseo que sufran como yo, pero al final de cuentas, mamá Consuelo tiene razón, debo aprovechar esta vida para ser feliz, ya que será la última como Mort me dijo, ya no hay nada más para mí al final, sin un alma, no puedo reencarnar en otra vida, así que debo enfocarme en darle valor a esta, la vida se encargará de pasarles factura a todos aquellos que en su momento me dañaron.
.....

A pesar de que intenté dormir me fue imposible conciliar el sueño, todas estas cosas extrañas que me estaban sucediendo eran difíciles de asimilar, nunca fui mala persona, con nadie, ni siquiera con los que fueron malos conmigo, así que no entiendo quién podría odiarme tanto como para querer matarme.
Decido que lo mejor es hacer este asunto a un lado, mientras más lo pienso más raro se pone y más me duele la cabeza, así que prefiero concentrarme en otra cosa; me levanto de la cama y tomo mi portátil para trabajar, desde aquí atiendo asuntos de la empresa, mando correos a todos los encargados pidiendo informes y todo parece estar en orden, nada que requiera mi presencia ahí.
De pronto aparece una alerta en mi pantalla, una videollamada de mi socio más importante... no dudo y atiendo.
— Pequeña Val. ¿Estas enferma nuevamente?
El luce impecable con su traje negro y su cabello oscuro perfectamente peinado, está dentro de la oficina que se encuentra al lado de la mía, ¿me pregunto que hace ahi? Se supone que ese hombre estaba gozando de su retiro.
En cuanto me miro una sonrisa apareció en su rostro, que se borró inmediatamente y una mirada extraña apareció en sus ojos cuando me pregunto si estaba enferma de nuevo.
— No, solo un poco baja de energía y estresada con tantos problemas... ¿Qué haces en la empresa?
— Supuse que necesitarías mi ayuda, me enteré de que cierto ser indeseable fue despedido, además de que también nos quedamos sin jefa en el departamento de diseño.
Él se refiere a Jair y Cristina, que rápido vuelan ese tipo de noticias, más porque probablemente se hizo un revuelo por esa situación, los despedí frente a todo el departamento de diseño.
— No nos quedamos sin nadie en esos puestos, quedaron cubiertos rápidamente, después de todo, teníamos a un par de incompetentes, Jair por lo menos era mi esposo y por esa razón estaba ahí, pero no entiendo como Cristina teniendo 0 conocimientos de arquitectura y diseño termino como jefa de nuestro departamento más importante.
No puedo evitar ponerme de mal humor, como detesto a esos dos, a ese par de aprovechados sinvergüenzas.
– ¡Oye! No te molestes conmigo, yo no estoy al pendiente de las contrataciones de personal, a aquella mujer si la llegué a mirar, pero no sabía que estaba a cargo del departamento de diseño, cuando revisaba los planos jamás presté atención al nombre, ni siquiera sabía el de ella, Jair tuvo que ser quién movió todo para posicionarla sin problemas.
En eso le daba la razón, Roberto estaba con el cargo de todo lo importante, era comprensible que esa situación pasara por insignificante a comparación de todo lo demás, y no le prestara atención.
— No estoy molesta contigo, descuida.
— ¿Iras al evento clásico, imperial, no sé qué, del club? – pensar en ese evento me pone de buen humor, me encanta no puedo esperar hasta mañana.
— ¡Sí, claro! ¿Y tú, Roberto? Quizás en ese elegante baile encuentres al amor de tu vida. – el suelta una gran carcajada y se recuesta en su silla.
— No, para nada, esas fiestas no son lo mío, además, el amor de mi vida lo encontré hace mucho tiempo, el dinero... – la manera en que frota sus dedos mientras sonríe me hace carcajearme a mí también.
— No seas avaro, Roberto.
— No existe el amor verdadero, Valeria, no quiero echarle sal a la herida, pero ya ves al idiota de Jair... estamos viviendo tiempos en donde el dinero compra todo, hasta sentimientos, espero que lo tengas presente y no vuelvas a dar tu corazón a nadie más, enfócate en hacer dinero... te dejo, pequeña, tengo un compromiso, solo quería ver como marchaban las cosas, pero lo tienes todo bajo control, tan eficiente como siempre, cuídate mucho, luego nos vemos.
Terminamos la llamada y cierro mi portátil... el dinero compra todo, hasta sentimientos... suena mal, pero es la verdad, y no solo aplica para Jair, si no para mis padres, amistades, todo; antes de que pudiera deprimirme, alguien toca a la puerta de mi habitación.
— Adelante. – digo sin cuidado, esperaba ver a mamá Consuelo entrar por esa puerta, pero es Mort.
Abro mucho los ojos, últimamente me siento algo nerviosa con su presencia, lo cual es extraño ya que disfruto mucho su compañía, cierra la puerta y mueve su hermoso cabello platinado a un lado.
— ¿Como te sientes? Aunque a lo que veo mejor para estar trabajando... – Suelto una ligera sonrisa, el sonido de su voz remueve mi interior de una manera inexplicable.
— Estoy bien, claramente es difícil digerir todo de lo que me enteré, pero trataré de no pensar demasiado en eso, me resulta difícil.
— Comprendo, es difícil digerir el hecho de que, lo que creías fantasioso, forma parte de tu realidad, que encontraste la razón de lo inexplicable... pero en fin no te atormentare más con eso, te tengo noticias sobre los dueños de tu estrés.
Solo 4 personitas eran las dueñas de eso en mí, aunque podría descartar a mi padre, dentro de lo que cabe no ha dado problemas... aún.
— Dime, ¿qué sucede?
— Como lo dijiste, la casa de tu madre está colapsando, despidieron a toda la servidumbre, mantener esa casa en orden es un caos, Jair y Cristina al ser echados a la calle, fueron a parar allí, ninguno tiene trabajo y claramente tu padre no puede con todo, tu padre propuso vender la casa y conseguir algo más pequeño, tu madre se niega rotundamente a perder el lujo y el estatus que le brinda esa casa.
— Lo imaginé, mamá siempre vivió de las apariencias, imagino que perder la casa no es de su agrado, tenemos que estar al pendiente de esa propiedad, en cuanto se anuncie a la venta, la compramos...
Un fuerte ruido en la parte baja nos hizo a ambos voltear hacia la puerta, seguido del quejido de una mujer, era mamá Consuelo, Mort se puso de pie rápidamente y salió de la habitación
— Quédate aquí...
Claramente no le iba a hacer caso, así que salí tras él, claro que me sacó ventaja, sus piernas eran largas, al llegar al primer piso estaba mamá Consuelo tratando de sacar a mi madre de la casa; cuando la mirada de mi madre cayó en mí, extrañamente se suavizó.
— Valeria, hija, tengo que hablar contigo.