Capítulo 27
1438palabras
2024-01-26 06:57
Estoy sorprendida, bastante, me quedo helada bajo la mirada acusatoria de mamá; ¿Acaso escuché mal?
— Baje la voz... la van a escuchar y van a pesar de que está loca, tiene suerte que no estemos en aquella época en que la podían quemar por decir algo así.
Mort cierra la puerta tras de él, mamá consuelo cruza los brazos sobre su pecho observándolo con molestia, esto es extraño.

— Nadie te invito a pasar, Mort...
— Soy el guardián de Valeria, no ocupo su permiso
— ¿Ustedes se conocen?...
No pude evitar preguntar después de ver su intercambio de palabras y que ella lo llamara por su nombre...
¿Como es posible?
La mirada de ambos cae sobre mí, mamá Consuelo avanza a donde yo estoy.

— Eso no importa, mejor dime jovencita que hiciste para que éste... caballero diga que es tu guardián, la muerte no suele ser caritativa a menos que algo de por medio vaya a ser su ganancia.
— Eh... pues, veras mamá, yo.... – bajo la mirada como una niña pequeña atrapada, estoy en un apuro, es que en verdad toda esta situación es tan irreal, tan fantasiosa, pero a la vez todo es tan extraño, no entiendo como ella sabe...
— Valeria me vendió su alma, a cambio de salvarla de la muerte para poder cobrar venganza contra los que fueron malos con ella.
Mis ojos llenos de pánico vuelan hasta Mort, lo dijo de una manera tan casual y desinteresada, quizás para él es algo de un día normal y cotidiano, pero para nosotras no, bueno por lo menos para mí no ya que mamá Consuelo simplemente agacho la cabeza llevándose la mano a la frente mientras negaba.

No puedo evitar mirar al atractivo hombre de traje y ojos llamativos que está parado en el umbral, al verme levanta ambos hombros levemente, como preguntándose que fue lo que hizo mal para yo verlo de esa manera.
— Valeria, no entiendo nada, ¿qué es lo que está pasando? dime que no hiciste eso que este aprovechado dijo.
— ¿¡Aprovechado?! ¿¡disculpa?! Te refieres a mi acaso
— ¡Pues claro, tomar el alma de la gente en apuros es algo aprovechado de tu parte! – mamá Consuelo le grita molesta, y aparentemente destrozada, Mort le regresa la mirada matadora.
— Yo no me aprovecho de nadie, yo no obligo a nadie, yo tengo la solución a sus problemas y ellos me ofrecen un pago que me interesa...
Las cosas empiezan acalorarse, Mort y mamá se retan con la mirada y la hostilidad en ambos es evidente, el ambiente se siente tenso y pesado, ambos desprenden energías que me pone los nervios de punta, sin pensarlo me levanto y me pongo en medio de ambos estirando las manos temiendo que vayan a pelearse o algo.
— Tranquilos, mamá Consuelo, puedo explicarlo, y tú no debiste decirlo, así como así.
Volteo a ver molesta a Mort, todo esto es una pesadilla, él levanta las manos y retrocede dos pasos, pero cuando miro a mamá Consuelo esta tiene sus manos sobre su boca y me mira horrorizada.
— ¿Que paso? – le pregunto ya que sus manos tiemblan ligeramente, pienso que probablemente se siente mal.
— Te están haciendo brujería... – me siento tan fuera de lugar, acaso estoy soñando ¿o algo así?
— ¿Brujería?... pero usted como lo...
— Porque ella es una bruja... – Mort es quién habla ahora... ¿Que está pasando?
— Prefiero el termino vidente si no te molesta... yo no practico magia negra, que es la que le están haciendo a Valeria.
— Eso es imposible... yo me hubiera dado cuenta, no hay brujería ya sea negra o blanca que pase desapercibida para mí.
Mamá Consuelo pone los ojos en blanco, se acerca a una planta de las muchas regadas en casa y arranca una de sus hojas, frota sus manos con ella y después se acerca a mi
— Date vuelta Valeria y aparta el cabello de tu cuello. – Hago lo que me dice, me pongo tensa, que significa todo esto. — No puedes verlo Mort, porque es un trabajo echo por ella... la única bruja antigua experta en magia negra, que a lo que tengo entendido... está muy resentida contigo desde hace cientos de años.
No entiendo de lo que hablan, ya era suficientemente fantasioso el saber que él hombre a mi lado era la muerte, ahora están hablando de brujas, hechizos, y no sé qué tanto, me empieza a doler la cabeza.
Mamá Consuelo pasa su mano sobre mi nuca y siento un inexplicable calor y picazón en la zona.
— Ahí está puedes verlo a ahora...
La cara de Mort es inexplicable, se mira tan molesto, su cuerpo se puso rígido y apretó los labios y puños a sus lados, me fijo en un espejo que mamá Consuelo tiene sobre una pared y logró ver una marca en mi cuello, es negra, una estrella de 5 picos, en el centro una luna y unas letras extrañas en cada pico de la estrella.
— ¿¡Que rayos es eso?!
Como si de un bicho se tratara, paso mis manos por esa parte, empiezo a frotar como si quisiera deshacerme de una mancha, pero es imposible, parece algún tipo de tatuaje.
— Es un enchufe por así decirlo, por medio del están drenando tu energía vital... pero como todo enchufe debe conectarse a algo...
— Un portal... el portal debe estar en la casa...
Mort habló, en verdad siento que estoy alucinando, tenía una vida dentro de lo que cabe normal, y ahora estoy enterándome de tantas cosas sobrenaturales, brujas, la muerte, portales, hechizos... todo es tan fantasioso, esto no debe ser posible.
— Creo que estoy soñando...
Fueron mis últimas palabras antes de que mi cerebro no aguantara con todo lo que estaba teniendo que procesar, decidió tomarse un descanso, perdí la conciencia en una fracción de segundo.
.....
Al parecer no fue mucho lo que dure inconsciente, al abrir los ojos veo el tejado claro del auto, y empiezo a percibir un dolor algo fuerte, al darme cuenta estoy recostada sobre las piernas de mamá Consuelo.
— ¿Qué pasó?... – Es lo primero que logro decir ya que me siento más cuerda.
— Te desmayaste... es entendible, por lo que me dijo Mort, estás lidiando con mucho estrés, me imagino que enterarte de todo esto no es fácil.
— La verdad no... ¿A dónde vamos?
— A casa... a buscar el portal.
Quién habla es Mort, está extremadamente serio, maneja con un poco más de velocidad de la habitual, se le nota tenso.
Al llegar a casa, se apresura a abrirme la puerta y ayudarme a salir, su sobre atención me apena con mamá Consuelo, ella se bajó por el otro lado.
Le sonrió a Mort ligeramente, siento mis mejillas arder, ya que mamá Consuelo nos observa con atención y sospecha, al entrar a la casa mamá levanta ambas cejas.
— Esto parece un palacio... tienes muy bonita casa, Val.
— Busquemos esa cosa para destruirla, la habitación de Valeria esta por aquí.
Él apresura el paso hacía las escaleras, mamá Consuelo lo sigue, y bueno, yo voy tras de ellos.
— Yo no puedo deshacer hechizos de otra bruja, menos de ella...
— Tu no, pero yo sí... búscalo, ya que no puedo verlo, esta oculto de mí, no me explico cómo pudo burlarme, revise hasta el mínimo rincón de esta casa.
Se le escucha inquieto, claramente molesto, no sabía que había revisado la casa, y bueno, eso de los hechizos y brujerías es tan extraño...
Al abrir la puerta de mi habitación y todos entrar una vibra extraña se siente, aún más pesada que antes.
Mamá Consuelo pasa sus manos con cuidado por la habitación, paredes, muebles, ventanas, todo... hasta llegar a mi cama, se detiene mucho tocando mi almohada, la aparta y toca la sábana; se agacha, y saca algo de sus bolsillos y lo tira abajo.
— Esta aquí, bajo la cama....
Mort se apresura a mover la cama, mamá Consuelo se levanta y se pone al lado de mí, siento que me va a dar algo.
Bajo mi cama, el mismo símbolo de mi cuello pintado en grande sobre el piso de manera rojiza... mi piel se eriza al instante.
— Maldita Clili...
Él chasquea sus dedos, una llama azul celeste como sus ojos empieza consumir el dibujo en el suelo. De nuevo siento que estoy en una película de horror, mi cerebro se siente muy sensible así que decide que ya miro bastantes cosas raras, y, de nuevo, decide tomar otro descanso.