Capítulo 14
1202palabras
2024-01-17 10:13
1 año y medio atrás....
En tan solo 6 meses pasaron muchas cosas importantes, la primera de ellas fue la reconciliación con mis padres, aquella cena a la que me habían invitado marco el inicio de ello, mamá Consuelo no estaba de acuerdo cuando le dije, aún recuerdo su reacción.
— ¿¡Ir a cenar con ellos?! Valeria, ¿es enserio?.– había dolor en su mirada, no entendía el porqué, para mí solo era una cena.
— Solo es una cena mamá Consuelo, no me iré de aquí, estaré contigo, son mis padres al final de cuentas...
— Eso no es una justificación para tolerar los malos tratos, se escudan de su lazo familiar y tú lo minimizas por llevar su sangre. – estaba irritada, me daba cuenta fácilmente, sin embargo, no tenía nada que decir, ella tenía toda la razón. — Se que yo no soy tu verdadera madre, pero en verdad te amo como si fueras mi propia hija, me duele y me llena de rabia como quieren venir ahora como si nada pasó a invitarte a cenar, ¿es que no tienen vergüenza?...
Puse mi mano sobre la de ella, entendía totalmente su sentir, a pesar de no llevar la misma sangre la amaba como si fuera mi propia madre y como a toda madre no le gusta que nadie lastime o haga mal a sus hijos. En ese entonces fui muy ingenua, para mí nadie era malo, creía que todos podían arrepentirse y cambiar, ese fue mi error, pensar que todos tenían bondad en su interior, me negaba a aceptar que había solo maldad en algunas.
....
Después de la cena con mis padres al mes tomé mi lugar como presidenta de Industrias Carraga y la noticia se hizo pública, lidiar con la prensa se me hizo algo difícil al principio, salieron mil y un chismes sobre la situación, ya que una chica salida de la nada se convirtió en heredera de uno de los hombres más importantes de la cuidad dio mucho de qué hablar, pero como siempre Roberto siendo mi apoyo y mano derecha tomó el control de todo y en cuestión de días silencio los chismes de la prensa.
Dos meses después aquí estamos, en mi boda, como se lo prometí a Roberto los planes de boda se empezaron a realizar después de tomar mi lugar en la presidencia, ya que Jair estaba demasiado entusiasmado por el tiempo que lo hice esperar se planeó una boda rápida, sencilla, no quería nada de cosas extravagantes al final de cuentas eran pocas las personas cercanas que tenía y asistirían a la boda.
Para mi todo fue perfecto, bello, sencillo, delicado... cuando Jair me puso el anillo y me juro amor eterno fui la mujer más feliz del mundo, aún recuerdo los aplausos después de darnos ese beso frente a todos sellando nuestro matrimonio.
La fiesta que se realizó después fue tranquila, mi mamá Consuelo no se quedó para la fiesta, se le notaba incómoda, molesta cada vez que mi madre se acercaba sonriente a abrazarme y felicitarnos a mí y a mi esposo, aunque me hubiera gustado que se quedara más tiempo la entendí, me despedí de ella prometiendo visitarla todos los fines de semana, verla llorar me partió el alma, se fue dándome un fuerte abrazo y diciéndome que me cuidará mucho.
Todo parecía ir marchando bien, era una boda hermosa, hasta que... apareció Cristina; se escuso ante nosotros por no llegar a tiempo para la ceremonia, eso no fue lo que me pareció mal, si no que se presentó con un vestido beige largo, era hermoso y llamativo, nunca eh sido envidiosa pero esa vez... me molesto mucho verla así y atraer la atención de todos en el lugar.
— ¡Valeria, amiga, felicidades! – Se dejo caer en mis brazos, sumamente incomoda acepte el abrazo que me daba.
— Gracias Cristi
— Jair... ni pareces tú, Te miras muy bien. – ahora se dirigió a mi esposo, mirándolo de pies a cabeza inspeccionando cada detalle de su cuerpo como si yo no estuviera frente a ellos.
— ¡Dios mío Cristina! – Mi madre y padre se acercaron a nosotros, mamá miraba a Cristina con la boca abierta, en el fondo tenía tantas esperanzas que le reclamara lo que yo tango deseaba y no tenía fuerzas para hacer. — ¡Pero qué bello vestido, ¿dónde lo compraste?
La reacción de mi madre y actitud de todos rompió mi corazón en este día tan especial que parecía ser perfecto, personas de al rededor, socios y clientes de la empresa con quienes llegué a llevarme muy bien con rapidez estaban en la boda, observando de mala manera a Cristina a la distancia, eso me confirmaba que no era exageración mía, que en realidad lo que ella hizo estaba mal.
¿Como se le ocurre ir de blanco a una boda donde ella NO es la novia?
Me alejé de todos y nadie pareció darse cuenta de mi ausencia, tomé una copa de Champán que bebí de un solo trago, ni siquiera me di el tiempo para disfrutar su buen sabor, me sentía impotente ante la situación era horrible estar quemándome por dentro aguantando las ganas de hacer algo, pero mi cuerpo se negaba a moverse y mi voz carecía de la fuerza necesaria para salir, me hacía falta mucha valentía para imponerme ante los demás y ser escuchada.
— ¿Porque no la sacas de la fiesta? .– Roberto apareció frente a mi dejando su copa sobre la mesa observándome con una mirada retadora, se le miraba tan elegante con ese traje negro a la medida, sin embargo, agache la cabeza como siempre.
— Es mi mejor amiga...
— Las amigas no hacen eso, todo mundo sabe que no se debe de ir de blanco o un color parecido a una boda, es un insulto a la novia, ahora dime estando tu acá y ella allá ¿Quién parece la novia Valeria?
Las risas de la multitud me hicieron voltear, ahí estaban Jair al lado de Cristina mientras ella se sostenía de su brazo, él se miraba tan atractivo e impecable con su traje y corbata mientras Cristina estaba radiante con ese vestido que estaba mucho más hermoso que el mío, sin duda me arrepentí por permitir que Jair escogiera el vestido.
Me dolió en el alma la escena frente a mí, me teletransporte nuevamente a aquellos días en la universidad donde los veía juntos riendo... ella parecía la novia sin duda, y yo me sentía como la intrusa fuera de lugar en toda esta historia.
— No debes de sentirte menos en ningún momento, bajo ninguna circunstancia, ante nadie me entendiste... tu eres la dueña de tus decisiones y para bien o para mal tú serás quién cargue con las consecuencias de las mismas solo abre bien los ojos y fíjate en quienes te rodean... una "mejor amiga" que llega de blanco a tu boda, un esposo y padres que permiten tal humillación de su parte hacía ti y no le dicen ni una palabra.... Este es el único consejo que te puedo dar, mantén los ojos abiertos, cuídate y se precavida cuando uno se rodea de víboras en cualquier momento lo pueden morder.