Capítulo 65
915palabras
2024-01-25 00:01
Cecilia no supo qué decir al escuchar la pregunta de Elisa. "Sí, pero..."
"Tienes razón. Fabián y yo ya no estamos casados, por lo que sus aventuras me tienen sin cuidado. No te gastes contándome esas cosas a mí, ¿por qué mejor no vas y se lo dices a alguien que quiera escucharte?", rebatió la joven.
Cuando Elisa formaba parte de la familia James, la mujer se había esforzado por someterla, hasta el punto de que el semblante de la joven se ensombrecía cada vez que Cecilia mencionaba a Fabián. Pero ahora, la situación era diferente. No solo esas cosas ya no le afectaban, sino que incluso las utilizaba para mofarse de Cecilia.
La mujer se quedó helada, pero logró despabilarse después de unos segundos. Miró a su interlocutora y dijo: "Ya no eres la misma muchacha dócil de antes, Elisa".
Justo en ese momento, la puerta del ascensor se abrió. Cecilia alzó la vista y luego la volvió a posar en la joven.
"¿A quién piensas que le creerá Fabián esta vez? ¿A ti o a mí?", cuestionó con actitud petulante.
Una vez dicho esto, la mujer alzó la mano con intención de abofetearla. Elisa se percató de ello y cogió su muñeca para impedir el golpe.
No obstante, segundos después, el sonido de una sonora bofetada resonó en el ambiente.
Cecilia se había cacheteado a sí misma. Cubriendo su rostro, dirigió su mirada enrojecida hacia Elisa.
Era una pena que la mujer no se dedicara al mundo del espectáculo. Sin duda, hubiera sido una excelente actriz.
"Elisa, ¿cómo pudiste...?", preguntó
La gente que transitaba por el vestíbulo escuchó claramente el impacto de la bofetada.
Fabián, quien acababa de salir del ascensor, no fue la excepción. Por su parte, Elisa estaba confundida, y no entendía el comportamiento de la otra mujer.
De repente, notó que Cecilia miraba hacia atrás. Levantó ligeramente las cejas y se giró. En ese momento, vio a Fabián acercándose a ellas con una expresión de descontento.
Ahora todo tenía sentido.
Elisa vio a Cecilia cubriéndose el rostro y esbozó una sonrisa.
Sin esperar a que se cruzara palabra alguna, la joven alzó la mano y abofeteó la otra mejilla de la mujer. Luego se dirigió a Fabián con una sonrisa maliciosa en los labios. "Sí, es verdad. La abofeteé".
"¿Qué vas a hacer? ¿Vas a abofetearme en su lugar?", añadió después de un momento.
El rostro del hombre se tornó sombrío.
Por su parte, Cecilia no salía de su asombro tras ser atacada por Elisa.
No podía creer que se atreviera a ponerle la mano encima.
Y que además lo hiciera en frente de Fabián.
La mujer pensó que Elisa debía haber perdido el juicio. La bofetada que ésta le había dado la había dejado algo aturdida y su rostro ardía por el dolor.
Cuando recuperó el sentido, Cecilia se volvió hacia el hombre con la mandíbula apretada. "Fabián, por favor, no culpo a la señorita Marques. Ella sólo ha malinterpretado la situación".
Elisa había visto escenas similares transcurrir en el pasado. En ese entonces, había esperado recibir el respaldo del hombre, pero ahora sabía que no podía contar con él en lo absoluto.
"No malinterpreté nada, pero tú sí. Te abofeteé porque ya me tenías harta", se mofó la joven.
Una vez dicho esto, procedió a retirarse.
Cecilia la observó marcharse con incredulidad. No le quitó la vista hasta que ésta desapareció por completo. Entonces se giró hacia Fabián y le dijo: "Elisa... se ha ido".
El hombre también se había quedado mirando a la joven. Tan pronto escuchó la voz de Cecilia, se giró hacia ella.
Su mirada era fría y, por un momento, no dijo nada. Luego, él también se marchó.
Cecilia había querido ponerlo en contra de Elisa, por ello, le sorprendió tanto verlo irse.
No podía creer que Elisa se marchara luego de abofetearla y que Fabián ni siquiera se haya quedado a preguntar.
La mujer se tocó la mejilla derecha, aquella que la joven acababa de abofetear, y no pudo evitar respirar hondo al sentir el contacto.
¿Acaso Elisa había perdido el juicio?
No, no era eso. Cecilia siempre había querido cachetear a Elisa. No era la primera vez que la idea le cruzaba la mente.
Cuando la joven pertenecía a la familia James, Cecilia e Isabella le habían hecho la vida imposible.
Isabella no tenía cerebro, por lo que sus ataques eran directos y sencillos. Más que nada, consistían en provocar que Santiago la regañara por algún motivo. Sin embargo, no había llegado a causarle daño real.
En cambio, Cecilia era un tema diferente, pues ella lograba invocar la furia del anciano y dirigirla hacia Elisa con tan sólo unas cuantas palabras.
El problema era que la familia James siempre se había mostrado descontenta con el linaje familiar de la joven. Por ello, Santiago confiaba más en Cecilia que en ella.
Podía decirse que las palabras de la mujer la habían perjudicado considerablemente. En una ocasión, Isabella cacheteó a Elisa, y Cecilia abogó por la atacante en medio de sollozos y se echó la culpa. Con su acto de mosca muerta, logró que la culpa recayera en Elisa.
Al principio, la joven no entendía por qué Cecilia se había abofeteado a sí misma; pero todo tuvo sentido apenas vio a Fabián.
¿No ere ese el típico modus operandi de la mujer?
Cecilia siempre había sido así con Elisa. Era simplemente malvada. No obstante, apenas aparecía un tercero, ponía cara de inocente de inmediato.