Capítulo 64
869palabras
2024-01-24 10:31
Isabella le dio varias bolsas de regalo. "He venido a ofrecerte mis disculpas. En ese entonces, me comporté de forma muy inmadura debido a mi corta edad. Por favor, no tomes a pecho lo que hice".
¿Corta edad?
Si Elisa no recordaba mal, Isabella tenía aproximadamente su misma edad.
La joven no pudo evitar reírse entre dientes al escuchar semejante excusa. "Si recuerdo bien, tu cumpleaños es en febrero, y el mío, en septiembre".
La agraviada era incluso más joven que ella.
Isabella se quedó en silencio por unos segundos, pues no entendía lo que Elisa le había querido decir. Cuando logró despabilarse, la joven y su asistente ya se habían marchado.
Una vez en el auto, Lucía le dio la orden al conductor de iniciar la marcha.
El vehículo pasó lentamente por el costado de Isabella, y ésta dio pisotadas de frustración en el suelo.
"¡Elisa! ¡Cómo te atreves a insinuar que soy vieja!", exclamó.
Elisa la miró por el espejo retrovisor y esbozó una brillante sonrisa.
Quince minutos después, el auto se detuvo frente al hotel. El chofer se apresuró a abrir la puerta del vehículo. "Gracias", dijo la joven al bajarse.
"No hay de que, señorita Marques".
Elisa sonrió y no volvió a decir más.
Desde que se hizo público que Elisa pertenecía a la familia Marques, todas las personas a su alrededor trataban de ganarse su favor.
Sin embargo, aquella súbita amabilidad no le causaba mayor preocupación.
El almuerzo iba a estar enfocado en los terrenos situados al norte de la ciudad. La contraparte había mostrado reticencia a reunirse con ella, debido a que ocupaba únicamente el cargo de gerente general de una sucursal.
Pero la situación cambió drásticamente en cuanto se reveló que ella era la única heredera de Mauricio Marques. Rápidamente, se pusieron en contacto con Lucía para solicitar una reunión con Elisa.
Muchas personas estaban interesadas en ese terreno, pero la familia Fernández estaba determinada a adquirirlo, y habían hecho una inversión considerable. A decir verdad, todavía resultaba algo complicado competir contra Raúl.
El encuentro fue bastante agradable; sin embargo, la contraparte no le proporcionó información de interés.
Pero ésto no la desanimó. Ella sabía que la familia Marques, de alguna manera, lograría derrotar a la familia Fernández.
"Gracias por reunirse conmigo, señor Daxter".
"De nada. El señor Marques es muy afortunado de tener una hija como usted", dijo el hombre.
"Es usted muy amable", contestó Elisa con una sonrisa.
"Ya no la sigo molestando. Por favor, hágale presente mis saludos a su padre", se despidió el señor Daxter.
La joven lo vio marcharse. Después de un rato, se volvió hacia Lucía y le dijo sonriendo: "Regresemos a la oficina".
"Sí, señorita Marques", contestó la asistente.
En cuanto salió del ascensor, Elisa vio a Cecilia caminando hacia la entrada del hotel.
Cecilia no esperaba encontrarse con ella en ese lugar. Se quedó paralizada por un instante, mientras su rostro se tornaba sombrío. Después de unos segundos, dibujó una sonrisa en su rostro. "Elisa, hace tanto tiempo que no te veía".
La joven reciprocó el gesto y respondió: "Así es, mucho tiempo".
Era obvio que la mujer también se había enterado de que Elisa era la hija de Mauricio.
Anteriormente, Cecilia siempre se había mostrado orgullosa de su linaje familiar al hablar con la joven. Sin embargo, en la actualidad, no podía pretender siquiera competir con Elisa en ese aspecto, lo cual acentuaba aún más su resentimiento hacia ella.
Si Elisa no hubiese subido aquel video a Internet hace seis meses, Fabián no la habría enviado al extranjero. Incluso después de su regreso, la mujer no tenía la posibilidad de reintegrarse a la familia James.
Santiago siempre había valorado enormemente su reputación y esa grabación había manchado el nombre de la familia James. Dado que Omar ya había fallecido, Santiago no mostraba ningún interés por su nieta política. Por lo tanto, optó por abandonarla.
Además de eso, Cecilia descubrió que la joven disfrutaba de una vida mucho más privilegiada que la suya.
La mujer apretó la mandíbula. Mientras más pensaba en el asunto, más le costaba reprimir sus celos.
No obstante, no podía darse el lujo de ofender a Elisa bajo esas circunstancias. Al mismo tiempo, no podía contener sus ganas de darle una lección. "Por favor, no malinterpretes la situación. Te aseguro que la mujer de los rumores no soy yo".
"Espérame en el auto", dijo Elisa dirigiéndose a su asistente.
Lucía asintió y se encaminó a la puerta, no sin antes echarle un vistazo a la otra mujer.
Al quedarse a solas con la joven, Cecilia se volvió aún más audaz. "Aquella vez, sólo te dije esas cosas para provocarte. No era mi intención que malinterpretaras mi relación con Fabián. Pero considero que la situación tiene un lado positivo. Después de todo, a él nunca le agradaste. Sólo se casó contigo porque necesitaba una esposa".
Tras decir esto, la mujer mostró una sonrisa cargada de orgullo. "La mujer en esas fotografías no soy yo, sino otra persona. Pero supongo que eso ya no te importa, ahora que están divorciados, ¿verdad?", añadió.
Elisa observaba a la mujer con indiferencia, esperando a que terminara de hablar. Cuando finalmente lo hizo, dijo: "¿Ya terminaste?"