Capítulo 60
825palabras
2024-01-16 10:05
Elisa percibió la ironía de la situación al leer el titular de la página de chismes que Anna le había enviado.
El encabezado decía: "Un amor de antaño y un nuevo enamoramiento".
Ella nunca había sido el amor de Fabián, ni siquiera en el pasado.

Anna temblaba de ira, tan intensa que no pudo evitar arremeter contra el hombre: "Edward me informó que al menos la mitad de los paparazzi de la ciudad están fuera de tu departamento. Sería prudente que no salieras el día de hoy. ¡Fabián es un completo d*sgraciado!"
Elisa frunció el ceño al escuchar las palabras de su amiga. Se puso de pie, se acercó a la ventana y corrió las cortinas para observar la planta baja.
Su departamento estaba ubicado en un piso muy alto; por lo que la vista no era muy clara desde allí.
Anna continuó lanzando improperios contra Fabián durante un rato, luego hizo una pausa y preguntó: "Cecilia ha vuelto a Estados Unidos y me enteré de que se está alojando en ese hotel. Yo creo que la nueva amante de Fabián es Cecilia".
Elisa no pudo evitar soltar una risita. "No importa si es ella o no, ¿no te parece que deberíamos hacer algo?"
Anna lo pensó por un momento, y de repente dijo emocionada: "¡Claro que sí! ¿Le digo a Edward que nos ayude?"

Elisa no rechazó la propuesta. Cecilia le había causado varios disgustos en el pasado. A decir verdad, siempre había tenido la intención de vengarse de ella en algún momento. Al parecer, el momento había llegado, y ella no lo dejaría pasar.
"Está bien", accedió mientras aguzaba la vista por la intensa luz del sol. "Iré a asearme".
"Perfecto, llamaré a mi primo", afirmó Anna.
Una vez terminó la llamada, Elisa revisó una vez más las capturas de pantalla que le había enviado su amiga. "Realmente tiene una nueva amante", dijo con un resoplido.

La imagen no era muy nítida; pero podía darse cuenta de que la mujer que lo acompañaba no se parecía a Cecilia.
Entonces, no pudo evitar preguntarse qué elegiría Fabián.
...
Edward era muy eficiente. Tan sólo dos horas después, ya había redireccionado el foco de atención.
Elisa se cambió de ropa y bajó las escaleras. Sólo quedaban unos cuantos paparazzi custodiando la entrada principal del edificio.
La joven traía puesto un atuendo bastante discreto, acompañado de un sombrero y una mascarilla. Por esa razón, logró pasar desapercibida por el costado de los reporteros.
Después de todo, la posibilidad de que Cecilia, siendo su cuñada, fuera la nueva amante de Fabián, generaba mucho más revuelo que cualquier otra implicación con ella.
Por su parte, Cecilia nunca pensó convertirse en el punto de atención. Es más, los días posteriores a su regreso, había procurado ser lo más discreta posible, por temor a que la familia James notara su presencia.
La mujer no había hecho nada; por ello, le sorprendió tanto verse en el ojo de la tormenta.
Cecilia entró en pánico apenas vio que era tendencia en Twitter. De inmediato, cogió su teléfono y llamó a Fabián.
El rostro del hombre se ensombreció apenas recibió su llamada: "¿Qué sucede?"
"Fabián, ¿has visto las noticias en Internet?", preguntó la mujer.
"¿A qué te refieres?", replicó él.
"¡No tengo nada que ver en este asunto! ¿Qué se supone que voy a hacer ahora? ¿Debería llevar a Luna nuevamente a la residencia James?", preguntó Cecilia.
Fabián bajó la mirada y su rostro se endureció. "No hagas nada, yo me encargaré de todo".
La mujer suspiró aliviada. "Está bien, no te molesto, entonces. Adiós".
Una vez que colgó el teléfono, el hombre permaneció en su habitación un rato más. Luego se dio la vuelta y bajó las escaleras.
Tan pronto llegó a la planta baja, se encontró con Santiago. "¿Qué pasó anoche? ¿Cecilia no estaba en el extranjero? ¿Cuándo dejaste que regresara? ¿Estás loco, Fabián? ¿Quieres arruinar a nuestra familia o qué?"
Tan pronto terminó de hablar, el anciano arrojó una taza a los pies de su nieto.
Fabián bajó la mirada y aseguró: "Yo me encargaré de todo esto".
Una vez dicho ello, se dio la vuelta y continuó su camino. Santiago temblaba de la ira.
"¡Fabián!", bramó.
Daniela intentó seguirlo, pero no lo logró. Solo alcanzó a verlo dirigiéndose hacia el estacionamiento subterráneo.
La mujer soltó un suspiro y se volvió hacia Santiago. "Papá, los paparazzi son gente deshonesta. Fabián ya es un hombre adulto. Él sabe lo que está haciendo".
El anciano enfureció aún más al escucharla. "¿Tú crees que eso es verdad? ¡Si realmente supiera lo que está haciendo, nunca se hubiera divorciado de Elisa!"
Daniela miró a Santiago y permaneció en silencio.
La mujer todavía albergaba algo de resentimiento hacia su padre a causa del asunto del divorcio.
Si éste no se hubiera empeñado en castigar a Elisa, ella y Fabián no se habrían divorciado.
"Abuelo, no teníamos idea de la verdadera identidad de Elisa", intervino Isabella.