Capítulo 36
892palabras
2024-01-15 15:20
Cuando Elisa llegó al edificio del Grupo Marques a las nueve, la sala de reuniones ya estaba llena.
Caminó con sus tacones altos y abrió la puerta ampliamente. Alan la miró con expresión de insatisfacción y dijo: "Elisa está aquí, así que si les parece podemos comenzar de una vez”.
A Elisa no le importó la forma de hablar de ese hombre. Era verdad que había llegado tarde, por más razones que tuviera para hacerlo.

El tema de conversación de ese día era la compensación para Spring Valley Village.
Elisa había estado trabajando en el proyecto la noche anterior y todos podían imaginar cómo se había desarrollado. Aunque las negociaciones no habían fracasado del todo, los dos representantes se habían retirado de mala manera.
Por eso Alan podía darse el lujo de presionarla de esa manera.
De todos modos, Elisa no era una persona fácil de amedrentar. Tan pronto como Alan terminó de decir sus palabras, ella comenzó a explicar: "Sr. Baker, lo que dijo está mal. He leído los detalles de la compensación, y por el bien del parque de diversiones, creo que no debemos evitarlos”.
"Pero a principios de febrero, la sede central pidió a los diseñadores que elaboraran un plan de respaldo. Lo que les dije anoche al señor Boll y al señor Goldson fue real”.
"¿No es siempre así la cooperación en el mundo de los negocios? Dado que ya tenemos organizado nuestro plan alternativo, ¿por qué deberíamos ceder ante ellos?" , continuó diciendo.

Las palabras de Elisa eran razonables, pero acababa de hacerse cargo de este proyecto hacía pocos días, y ya iba en contra de las planificaciones de Alan. Por un momento, el ambiente en la sala de conferencias se volvió un poco tenso.
Después de trabajar en el Grupo Marques durante tantos años, Alan había forjado cierto prestigio dentro de la empresa, y ahora que Elisa se había hecho cargo del proyecto, su accionar estaba puesto a prueba.
Todos los presentes en la sala eran inteligentes y nadie quería ofender a ninguno de ellos, por lo que guardaron silencio.
Segundos después de que Elisa terminara de hablar, la sala de conferencias permaneció en silencio.

Elisa había esperado esta situación, así que sonrió levemente y miró a Ronald Mcdaniel, que estaba al lado de Alan, y dijo: "Señor Mcdaniel, ¿usted qué piensa sobre esto?"
Cuando Elisa introdujo a Ronald en la conversación, él no se quedó en silencio como los demás, sino que expresó su parecer a viva voz.
"Elisa es joven y tiene razón. ¡Estoy de acuerdo con ella! Todo este tiempo, Spring Valley Village nos ha ninguneado porque creen que los necesitamos. Ya que tenemos un segundo plan, ¿por qué no usarlo?”
Cuando terminó de hablar, el director del departamento, que estaba sentado a su lado, se hizo eco de sus palabras.
El rostro de Alan se tornó vívido por un instante: "Como todos piensan que la señorita Marques está encarando el proyecto de forma debida, estaré esperando buenas noticias".
Las últimas palabras que pronunció las hizo con los dientes apretados.
Elisa lo miró a su superior y sonrió. "No lo decepcionaré, Sr. Baker".
Esta era la segunda vez que Elisa se enfrentaba contra los planes de ese m*lvado hombre y sobrevivía por poco.
Cuando Alan se fue de la habitación, su rostro continuaba hecho una furia. Elisa habló con Ronald durante un rato y halagó un poco antes de retirarse ella misma de la sala de reuniones.
"Señorita Marques".
Justo cuando se sentaba, Lucía llamó a su puerta y entró.
Elisa estaba un poco molesta: "¿Qué es lo que sucede?"
"El Sr. Marques vendrá aquí el jueves, ¿acaso deberíamos...".
Elisa sabía que Mauricio vendría para una inspección, y sin dejarla terminar, le dijo: "Tú prepárate para eso. Yo misma pasaré a buscar al Sr. Marques".
Después de todo, ese hombre era su padre, así que tenía que ir a recogerlo.
Era de público conocimiento que Mauricio viajaría a Los Ángeles, por eso no le costó mucho calcular el tiempo para llegar al aeropuerto antes de que llegara su avión.
Alan había anticipado enviar a alguien para recoger a Mauricio, pero el hombre había rechazado esa idea.
Esta vez, Mauricio venía a Los Ángeles a visitar la sede de la empresa y también a ver cómo estaba su hija tras su divorcio.
Cuando su avión aterrizó, ya eran las seis de la tarde, y estaba oscuro.
Elisa vio a su padre desde lejos, pero tenía miedo de que la fotografiaran, así que no lo llamó en voz alta. Esperó hasta que Mauricio y su secretaria se acercaran a ella, y en ese momento lo saludó: "Papá".
Mauricio miró a su hija y contestó: "Te ves bien".
Elisa levantó una ceja: "Anna nos ha reservado un asiento, podemos ir yendo".
Anna y Elisa se conocían desde que eran pequeñas, donde estudiaron en la misma escuela.
Cuando Elisa insistió en casarse con Fabián, Mauricio la amenazó, conociendo varios secretos a través de Anna.
Las dos familias se conocían y a Mauricio le agradaba la muchacha: "¿El estudio de Anna todavía está abierto?"
"Todavía no. Es posible que vuelva a abrirse en unos meses".
La familia Hermes era rica, y aunque eran muchos los integrantes de la misma no necesitaban que Anna los mantuviera ni trabajara para ellos, había nacido para tener una vida feliz y despreocupada.