Capítulo 18
760palabras
2024-01-10 11:13
Anna había considerado persuadir a Elisa para que le diera una oportunidad a Fernando. Después de todo, compartían antecedentes familiares similares. Y, aunque a su amiga no le agradara el hombre, Anna pensaba que podría utilizarlo como una forma de molestar a Fabián.
No obstante, cuando se percató de que a Elisa no le interesaba en absoluto Fernando, dejó de mencionar el tema, y decidió tomar otro enfoque. "Hoy habrá un evento benéfico. ¿Vas a venir, verdad?".
"Por supuesto, nos veremos más tarde", respondió Elisa. Aunque no le atraían particularmente ese tipo de eventos sociales, sabía que era una buena oportunidad para conocer a importantes figuras del mundo empresarial y no iba a desaprovechar la ocasión.

Por la noche, Elisa se presentó en el lugar del evento vistiendo el último diseño de alta costura de Tomie.
El traje turquesa estaba adornado con numerosos diamantes, pareciendo un lago resplandeciente bajo la luz. Tan pronto como ella entró en la sala, captó todas las miradas.
Al ver a Elisa, Anna se acercó a saludarla de inmediato. Siendo una chica a la que le gustaba la fiesta, no estaba entusiasmada con la formalidad del evento.
"Elisa, Fernando me preguntó hace poco cuándo llegarías".
Justo después de que Anna mencionara eso, vio al susodicho acercándose.
"Buenas noches, señorita Marques", saludó Fernando con una sonrisa. El traje que llevaba hoy también era diseño de Tomie.

"Buenas noches, señor Dawson", Elisa contestó esbozando una sonrisa formal.
"Puede llamarme Fernando y tutearme, si desea".
"No somos tan amigos como para hacerlo", respondió Elisa en tono llano.
"Entonces, ¿le gustaría acompañarme en un baile? Tal vez eso le permita conocerme un poco más", propuso Fernando, extendiendo educadamente el brazo en señal de invitación.

Aunque Elisa inicialmente pensó en rechazar la oferta, la música cambió a un tango, y la familiar melodía avivó algunos hermosos recuerdos en su mente.
Así que asintió y colocó su mano sobre la del hombre antes de seguirlo hacia la pista de baile.
En perfecta armonía, ambos se entregaron al baile, adaptando sus pasos al ritmo de la música y dando vida al vestido de Elisa con cada movimiento.
Poco a poco, las demás parejas de baile se apartaron inconscientemente, convirtiendo a los dos en el foco de atención de la sala.
No muy lejos, Fabián observaba fijamente a la pareja, apretando los labios con expresión pensativa.
Él conocía bien las artimañas de un playboy como Fernando. Bailando, siendo servicial y en cualquier otra actividad que pudiera entretener a las damas, destacaba.
Sin embargo, Fabián nunca imaginó que Elisa supiera bailar. Ya se había sorprendido al descubrir que también tocaba la batería. Se preguntaba qué otras habilidades tendría.
"Escuché que Fernando estaba tras Elisa. A juzgar por lo que he visto hoy, ese rumor parece ser cierto. Por cierto, ella baila muy bien", comentó Hugo.
Él notó que su amigo no apartaba la mirada de la pista de baile, así que decidió comentar sobre ello.
"¿Ah, sí? En ese caso, parece que no sabes mucho sobre el tango", resopló Fabián antes de abandonar el salón.
La canción llegó a su fin, y Elisa rechazó la propuesta de bailar nuevamente con Fernando, regresando a donde estaba Anna.
"Me aburro muchísimo aquí", se quejó su amiga, sosteniendo una copa de vino.
"Bueno, dame un minuto. Necesito usar el baño y luego nos vamos. Ya he conocido a todas las personas que quería", dijo Elisa.
En ese momento, la mayoría de las personas estaban dentro de la sala de banquetes. El pasillo y el baño estaban desiertos.
Al salir del baño, Elisa se encontró con un hombre de pie en el pasillo.
Era Fabián.
Él también la notó. Se giró para encontrarse con la mirada de Elisa, quien pasó junto a él sin dirigirle la palabra.
"Fernando no es quien crees: es peligroso", dijo fríamente, provocando que la mujer se detuviera.
"¿Me está hablando a mí, señor James?".
"¿Hay alguien más aquí?", preguntó él, mostrando cierto disgusto por la actitud de su exesposa.
Elisa esbozó una sonrisa y se pasó la mano por el cabello ondulado. "Gracias por el recordatorio. Pero, como he probado antes, estoy segura de que puedo sobrevivir a cualquier peligro".
Con esas palabras, la expresión en el rostro de Fabián se volvió tensa. Ante su gesto serio, ella esbozó una leve sonrisa.
La mujer lo observó con serenidad durante unos segundos antes de alejarse con paso firme en sus tacones.
Al verla partir, Fabián experimentó cierta incomodidad. Se preguntó si las palabras de Elisa insinuaron que él era incluso más peligroso que Fernando.