Capítulo 42
812palabras
2023-11-13 14:56
Al ver que Wei realmente la echaría del auto, Cha se asustó y no se atrevió a decir nada más. Entonces, deprisa, abrió la puerta y salió.
Apenas recuperó el equilibrio, pudo ver cómo se alejaban, dejando tras de sí una nube de humo y polvo que nubló su visión. Cuando Cha al fin pudo ver de nuevo con claridad, ya no había ni rastro del vehículo.
¡Se fueron a toda velocidad!

Cha tenía la certeza de que Shenxing estaba enojado, pero no entendía por qué.
¿Qué lo molestó?
¿Acaso dijo algo que no le gustó?
El comportamiento de aquel hombre, sin duda, la dejó desconcertada.
Además, ¡esta era la segunda vez que le pedía que saliera del auto!
Uf, ¡qué tipo tan déspota!

En el auto.
El rostro de Shenxing aún lucía sombrío y tenebroso.
Wei y el conductor, por su parte, se encontraban en total silencio. Sí, habían visto todo lo que acababa de suceder, pero no se atrevieron a decir nada. Solo continuaron pretendiendo ser dos trozos de fósil que respiraban.
Shenxing sentía en sus adentros que debía estar loco. Y en realidad eso es lo que parecía, pues contrató a muchos guardaespaldas para que acompañaran a Cha, porque le preocupaba que algo pudiera pasarle.

No siendo eso suficiente, se saltó la importante videoconferencia multinacional y le pidió a Zhou Lin que la presidiera. También, cambió su ruta para ir al hospital a último minuto para ir a buscar a Cha. Todo esto lo hizo solo de recordar la imagen de esa chica herida aquella noche, la cual seguía apareciendo en su mente y le repetía que tenía miedo de ser lastimada; palabras que ella dijo en medio de sus sueños.
¡M*ldición!
¿Era solo el segundo día de su matrimonio y ya ella quería divorciarse?
¡Ja!
¡Esa chica en realidad no sabía lo que era bueno para ella!
......
Cha, al ser expulsada del auto a mitad de camino, tuvo que esperar mucho tiempo antes de poder tomar un taxi.
Cuando finalmente lo logró, pensó que debería regresar a la villa, pero luego recordó que no había hablado mucho con su madre por estar desahogando su ira con Aiguo. Entonces decidió volver al sanatorio de Qingshan.
Allí la habitación se encontraba en completo silencio, por lo que el sonido de los equipos médicos se escuchaba con claridad.
Jingyi reposaba en la cama, con el rostro pálido. Verla lucir como un cadáver, era algo que a Cha le dolía en el corazón.
"Oh, madre, lamento haberte hecho sufrir. ¿Me perdonarás algún día?".
"Por cierto, mamá, estoy casada. Su nombre es Shenxing Li y aunque no hemos estado saliendo por mucho tiempo, me trata muy bien. Es más, fue él quien te rescató de la terrible guarida de mi padre y te envió a esta unidad de cuidados intensivos".
"Aunque es un poco extraño, es un hombre filial. No te negaré que me hace sentir segura; es muy confiable, así que no tienes que preocuparte por mí".
"Mamá, al fin ya no estaré sola".
Mientras Cha hablaba, sus ojos se pusieron rojos.
No importaba lo que le hubiese dicho a Jingyi, ella no le respondió.
Aun así, Cha mantenía la esperanza de que al menos la escuchara.
Pasaron las horas y pronto llegó la noche, entonces se dispuso a marcharse luego de haber hablado con su madre.
Cuando regresó a la villa, ya había oscurecido.
Al ver que Cha estaba de vuelta, la tía Lan de inmediato dejó su trabajo a un lado y le preguntó con preocupación. "Señorita Chu, ¿dónde ha estado? Bebió mucho anoche. ¿Aún le duele la cabeza?".
En respuesta, Cha le dijo: "Ya no. Gracias, tía Lan".
"No sé si lo recuerde, pero ayer, cuando usted regresó, vomitó sobre la camisa del Sr. Li y él ni se inmutó. ¡Ay, si hubiese sido otra persona, estoy segura de que se habría enojado muchísimo!", dijo la mujer con una sonrisa. "Señorita Chu, permítame decirle algo. ¡El Sr. Li realmente la ama!", agregó.
"¡¿Le vomité encima?!", dijo Cha, incrédula.
"¡Sí, incluso la cuidó toda la noche!". Tomando la mano de Cha, la tía Lan dijo en voz baja: "Señorita, procure no beber tanto de nuevo. El señor Li se preocupará".
Cha, un tanto avergonzada, asintió y preguntó: "Está bien, tía Lan, lo tendré en cuenta. Por cierto, ¿ya regresó Shenxing?".
"Aún no".
"Oh, entonces subiré".
"Está bien, señorita. La llamaré más tarde cuando el señor venga para que baje a cenar".
Pero Shenxing nunca llegó.
Apenas era la segunda noche después de haberse casado y ya su marido dormía fuera de casa. A cualquier otra mujer esto le llamaría la atención, pero Cha pensó en que no debía darle importancia. Después de todo, era un matrimonio por contrato, y ese hombre solo era su "marido nominal". ¿Qué derecho tenía ella de preguntarle por qué no había vuelto a dormir?