Capítulo 5
1738palabras
2023-10-23 14:31
Acerca del Grupo Liu…
Si bien había múltiples sucursales del Grupo Liu en todo el mundo, la oficina principal se encontraba en China. El resto de las agencias se ubicaban en Londres, Estados Unidos, Suecia y Arabia Saudita. Cada una de ellas las manejaba Graham y muchas tenían nombres diferentes. En China y Londres se le conocía como Grupo Liu, en Estados Unidos se llamaba Corporación Liang&Liu, que era la combinación de los apellidos del viejo maestro Tao Liu y de la señora Hua Liang; y en Suecia y Arabia Saudita tenía el nombre de GRALEMAROJUAN, una combinación de los nombres de los nietos del anciano Tao.
El viejo maestro tuvo tres hijos, Anselmo, Imanol y Milia, quienes le dieron cinco nietos: Lesath Exposito, Maturo Liu, Juanjo Exposito, Rosario Liu y Graham Thiago Liu, el mayor de ellos.

El anciano Tao le encargó el negocio a Graham cuando este tenía dieciocho años, y fue así como se convirtió en el presidente de aquella empresa multimillonaria. Aunque llevaba ocho años gestionándola, solo había dedicado cinco años en liderar las sucursales internacionales.
A pesar de su éxito, se mantenía oculto ante el ojo público, por lo que todos se referían a él como «el presidente invisible» o «el presidente misterioso». Había una razón muy importante por la cual su abuelo no quiso exponerlo ante los medios, y es que cuando el viejo maestro Tao anunció que dejaría de ser el presidente del Grupo Liu, sus enemigos empresariales empezaron a considerar quién sería el sucesor, y la mayoría creía que iba a ser su hijo mayor, Anselmo Liu, el padre de Graham.
Sus rivales quisieron aprovecharse de la situación e intentaron oprimir su empresa tanto en China como en el extranjero, llegando al extremo de atacar a Anselmo mientras regresaba a casa después de concretar un acuerdo muy importante con un reconocido empresario.
Aquellos hechos ocurrieron hacía ocho años: en lo que Anselmo conducía su Bentley negro, vio a través del espejo retrovisor que un sedán oscuro lo perseguía. Intentó despistar al otro conductor al cambiarse de carril varias veces, sin embargo, no imaginó que habría más de una persona acechándolo. De pronto, apareció un Range Rover gris delante de él, y las personas que estaban adentro actuaron con rapidez y ensañamiento, disparando contra el auto del hijo mayor de Tao Liu.
Entonces, un fuerte estruendo y el estrépito de cristales rompiéndose resonaron alrededor de su vehículo. En ese momento, agradeció que fuera un conductor experimentado, puesto que logró evitar chocar contra los autos que lo rodeaban. Con el impacto que los frenos crearon en los neumáticos, una parada chirriante provocó una fricción acalorada en el asfalto.
Anselmo maniobró el volante de tal manera que giró a la izquierda para evitar las feroces balas que amenazaban con lastimarlo. Sin embargo, terminó dirigiendo su auto hacia las vallas metálicas de la calle lateral que daba hacia la congestionada autopista.

Como consecuencia, el hombre acabó en coma durante casi un año, lo cual hizo que la familia Liu se enfureciera y se mantuviera en vilo. El viejo maestro Tao no pudo describir la zozobra que sentía al ver a su hijo mayor en estado vegetativo.
Si bien Graham quiso investigar quién fue el autor intelectual del tiroteo, su abuelo no estuvo de acuerdo. Aun así, el viejo maestro logró detener y controlar los medios de comunicación para que no difundieran las noticias del espantoso incidente. Lo que le sucedió a su hijo mayor lo dejó con ansiedad y paranoia durante un año entero.
Aunque pasó casi una década desde el incidente, nadie del público se enteró de lo que le sucedió a Anselmo. No obstante, aquel hecho le pasó factura a la familia Liu, puesto que tuvieron que mantener un perfil bajo cuando antes eran un clan prestigioso y poderoso del cual todos hablaban en la Ciudad Brent. De forma abrupta, evitaron no llamar demasiado la atención y dejaron de publicitarse.
El anciano Liu ocultó la información de su familia en todo el mundo. Incluso en las escuelas donde estudiaban sus nietos, nadie sabía que eran descendientes del viejo maestro Tao. Por tal razón, cuando Graham asumió el cargo del nuevo presidente del Grupo Liu, tuvo una ceremonia discreta, no se mostró ante el público y tampoco hizo ninguna conferencia de prensa.

Fin de la información sobre el Grupo Liu.

Graham fue directo a su oficina luego de haber tenido una interacción estresante con las señoritas Hidalgo, la tía y la sobrina. Nunca antes una mujer le había sacado tanto de quicio, hasta sintió ganas de zarandear a Elvira por sus comentarios tan incoherentes. Le indignaba que lo acusara de ser un acosador s*xual a pesar de haberle salvado la vida. Una vez que llegó al despacho, dejó su maleta en el sofá de cuero gris y colgó su saco en el perchero.
Al cabo de unos segundos, Naín entró con unos documentos en la mano. "¡Presidente, aquí tiene los contratos del próximo proyecto!", estiró los brazos y colocó las carpetas en el típico escritorio que tenía casi todos los directores ejecutivos.
Graham revisó cada hoja del documento y entrecerró los ojos al leer el nombre que aparecía en la última página. "¡Bragat Bermudez!", resopló a la par que una amplia sonrisa se dibujaba en su rostro.
"¡Presidente, él es el director ejecutivo de Constructor Morales!", Naín explicó.
"¡¿Y quién no sabe eso?!", el joven Liu estaba molesto con las palabras de su asistente, ya que conocía muy bien a Bragat. Ante la reacción de su jefe, Naín agachó la cabeza.
Bragat Bermudez fue compañero de clase del director Ferran Jarrín Hidalgo en una de las prestigiosas escuelas de Londres. De hecho, ambos competían en diversos ámbitos. Por su parte, Graham estudió en otro instituto que también era bastante avanzado.
De repente, el joven Liu se levantó, miró a Naín y le indicó antes de devolverle las carpetas: "¡Asegúrate de que firmen el contrato!".
"¡Sí, presidente!", Naín replicó en voz alta, entendiendo a la perfección las órdenes de su superior. "Por cierto, ¿qué va a pasar con «la garantía», señor?", inquirió al recordar a Elvira, quien continuaba en el hospital.
"Tengo la certeza de que nadie la va a molestar por ahora, pero creo que deberíamos vigilarla. Lo más probable es que «el ratón» se esconda por un tiempo y cambie su estrategia", Graham explicó con una sonrisa astuta, engreída y traviesa.
"¡Presidente, me parece que esa mujer es muy importante para él!", Naín seguía hablando de una forma en la que solo ellos entendían.
"¡Por supuesto que lo es, pertenece a su propia familia! ¡Son hermanos biológicos!", Graham exclamó y miró fijamente los documentos que sostenía su asistente. "Muy bien, ¡dejaré todo en tus manos!".
"¡Sí, cuente conmigo, señor!", Naín asintió, se despidió con una reverencia y salió de la oficina.
Al cabo de un rato, su celular sonó justo cuando se dispuso a firmar otro contrato. Tras ver el remitente de la llamada, una sonrisa apareció en su hermoso rostro. "¡Hola, bella! ¿Extrañaste a tu bestia?", bromeó y se reclinó en su silla antes de seguir hablando.
"¡Uy! ¿Cómo lo supiste?", la mujer replicó con entusiasmo. "Acabo de llegar de mi competencia, ¿no me vas a felicitar?", hizo un puchero.
"¿Por qué? No me digas que sobornaste a los jueces de nuevo. ¿Cuánto les pagaste esta vez?", el joven Liu levantó una ceja como si la mujer estuviera justo frente a él.
"Pues, al igual que siempre, les pagué con mi belleza y mi dulce sonrisa", guiñó un ojo a la par que seguía bromeando con el hombre.
Graham se rio entre dientes y le propuso: "Muy bien. ¿Dónde estás? Iré a buscarte".
"¡Si quieres verme, abre la puerta!", la chica se llevó el dedo índice a los labios.
Cuando el magnate fue a abrir la puerta a toda prisa, vio a una mujer alta y esbelta con el cabello largo y rubio que vestía un provocador vestido rojo que solo estaba a unos centímetros por encima de sus rodillas. Sus abundantes pestañas rizadas y sus ojos castaños claros eran tan cautivadores que podían atraer la mirada de cualquier persona. Además, tenía la piel pálida y unas preciosas piernas largas.
"¡Jacinta!", Graham exclamó al verla, la abrazó y la alzó un poco del suelo.
"¿Tanto me extrañaste?", ella preguntó entre risas.
"¡Ja! ¿Acaso no sabes que me gusta más cuando no estás cerca? Así podría salir con diferentes tipos de mujeres, pero contigo a mi lado… ¡Tch, tch, me siento como si estuviera con mi mamá!", comentó a modo de broma, lo cual provocó que Jacinta se enojara.
"¡¿Cómo pretendes que te crea, Thiago Zhang?!", la chica bufó a la vez que sacudía su celular enfrente de la cara de Graham.
Una vez, Jacinta se quedó en Francia por casi un mes para participar en un concurso internacional de piano. Durante ese período, no hubo ni un solo día en el que el joven Liu no la llamaba.
Se decía que Jacinta Avila era la mejor amiga de Graham, ya que se conocían desde la primaria. Para ella, Thiago era su amor de la infancia, pero él solo la consideraba como una hermana.
Eran tan cercanos que se sentían muy cómodos bromeando entre ellos. Jacinta sabía muy bien que Graham era un casanova, pues hasta tenía la suficiente confianza de pedirle confirmación o aprobación para estar con alguna mujer, cosa que la enfurecía de sobremanera.
Aparte de Naín y el doctor Heredia, Thiago solo se sentía cómodo con Jacinta.
"Adelante, quédate aquí por un rato. Más tarde te llevaré a cenar", a pesar de que Graham le tomó de la mano derecha, ella fue quien lo jaló primero.
"¿Sucede algo?", preguntó confundido.
La mujer agitó la mano del empresario y le exigió en un tono coqueto: "¡Estoy cansada, cárgame!".
Él se rio al escucharla y le acarició la punta de la nariz. "¿Desde cuándo te volviste tan mimada?".
"¡Te odio, deja de molestarme!", se quejó en broma y procedió a hacer pucheros con los labios.
Graham no tuvo más remedio que cargarla al interior de su oficina y dejarla con delicadeza sobre el sofá. Ella se acomodó de tal manera que juntó las manos y descansó los codos en su propio regazo. Dado que estaba feliz de que él la consintiera tanto, se quedó observándolo con una amplia sonrisa. Por su parte, Graham se dedicó a continuar con su trabajo.