Capítulo 69
2036palabras
2023-09-23 21:02
El fuego había empezado a avanzar rápidamente, entonces la Loba Blanca había rugido, aquel rugido sacudió, penetró el alma y el corazón de cada Lobo, los lobos blancos tienen un poder supremo, son venerados en las manadas, los desterrados al escuchar aquel bramido emitido por Lillith cerraron los ojos, la calentura del Fuego empezaba a tener reacciones en el cuerpo de los animales y al momento de abrir los ojos, dejaron escapar la fragancia de su lado salvaje, sus miradas eran despiadadas, los desterrados no tendrían consideraciones, sus lados sanguinarios quedarían por lo alto, correrá sangre, el día de mañana el lugar estarán llenas de Cruz hechas de estacas, dejando en claro que allí muchos perdieron la vida.
— Tú tampoco me conoces Muriel - Espeto Killian, el hombre por encima de la roca en la cual se encontraba se había dado la vuelta, un giro de 360° volviendo a quedar en su misma posición, pero al momento en que Killian cerró los ojos se visualizó en sus ojos a su lobo aquel imponente animal de pelaje marrón, no había tomado el control, pero era suficiente, el lobo de Killian estaba entrelazado con la fuerza natural, está relacionada con la tierra, no necesita que su lado animal tome el control, su corazón es de lobo, su poder es de un mestizo.
Al momento en que Killian cerró los puños, la tierra se levantó en olas, la arena se lanzó con fiereza en contra del fuego ocasionado por Muriel, la bruja bajo la guardia, al momento de observar que su hijo había realizado magia sin la necesidad de una vara de por medio.

En ese momento Lillith supo que Killian podrá lidiar con su madre, entonces la loba saltó de la roca hasta tocar suelo, sus 4 patas bien puestas sobre la tierra había empezado a avanzar hasta dónde estaban los lobos, en cada territorio en dónde habitan los Sobrenaturales había enfrentamientos por supuesto tratando de mantener a los humanos alejados de ellos.
En aquel bosque de Canadá se había dado inicio a un enfrentamiento feroz, de lobos y Vampiros en contra de Magos del Imperio Negro, varios hechizos de destrucción fueron lanzados, fue atroz ver como los labios desgarran a los Magos más débiles los había dejado mutilados.
Mientras, por otro lado, los magos también se llevan en sus manos las vidas de Vampiros y lobos, el patrón de muerte de las dos especies que se han unido era la de tener la piel desgarrada, el cuello destrozado, mientras que las de los Magos era una pequeña vara en forma de flecha por supuesto estaba envenenada.
La tierra estaba manchada con sangre, no hubo vacilación a la hora de atacar, se escuchaba el desgarrador grito de los magos que caen muertos con cada deceso de ellos, el tamaño de los lobos que acaba con sus vidas aumentaba, sus hocicos tenían un líquido negro aquella era la magia de Muriel sembrada en el cuerpo de los Magos.
Lillith estaba en la mira de 3 magos, todos la pintaban directamente, una en su cabeza, otro a la altura del corazón y otro en el abdomen, pero no podía disparar, puesto que pondrían en peligro al Poderoso mago que estaba en la lucha con la loba, los colmillos de la loba están manchados con sangre, su pelaje blanco estaba de la misma manera con salpicaduras del líquido Carmesí.
La batalla podría estar en sus momentos finales, la muerte se apodera del bosque, muchos perdieron a sus cachorros, no hubo manera de protegerlos de tan brutal enfrentamiento entre varas, colmillos y fuego, Lillith había recibido una herida, una flecha traspasó todo el cuerpo de la loba, un charco de sangre se había formado con la sangre que brota de la herida de la loba, aquel abatimiento fue como una ofensa para los desterrados.

Que sin piedad alguna y con la última de las fuerzas quizás que les quedaban, con la furia nublando sus pensamientos asesinos, una sombra que se apodera del bosque por completo deja ciego a los Magos, mientras da luz a los lobos y a los Vampiros que aún quedan entre últimos suspiros, entre heridas que se volverán letales, con la sangre dejando rastros del camino que recorren.
Seres sobrenaturales, misteriosos y desconocidos sobrevolando el bosque, son tan negros como la sombra que los cubre, lo único que es visible de ellos son sus ojos azules, eran Ángeles Oscuros, todos se posicionan por encima de la loba cuya herida la hace doblarse de dolor.
— Lillith eres un Ángel como tal más poderosa de lo que ellos se imaginan - la voz de una mujer se escuchó, era como si los seres misteriosos estuvieran esperando aquellas palabras, habían dirigido su vista al cielo y segundos después habían ocultado sus alas cayendo al suelo, todos cayeron uno por encima del otro - Fuiste tú quién nos dio la vida a los Ángeles Oscuros - Lillith estaba muriendo desangrada - Nuestra vida es gracias a ti, pero hoy te la devolvemos.
Al momento en que la mujer Expuso en su totalidad aquellas palabras, todos Los Ángeles caen sin vida formando una colina alta e impenetrable, las plumas negras que forman sus alas comienzan a volar quedando por encima del cuerpo de Lillith.

— Mamá ha dado la vida por ti, nunca nos conoceremos más, pero te doy lo suficiente para llegar con vida hasta el tramo final para vencer al mal - La imagen de la mujer se desvaneció, unos segundos después una gran explosión se ha escuchado logrando desestabilizar todo el bosque, las cenizas van descendiendo hasta convertirse en nada en el suelo.
Los magos fueron descuartizados por aquella explosión, no solo allí, ellos fueron destruidos en su totalidad, mientras que los lobos y los Vampiros parecen tener descanso, todos con salpicaduras en el cuerpo, muchas, heridas que los dejan con un aspecto de más muertos que vivos.
La fragancia de la sangre desprendida de los Magos que han muerto era asquerosa, lentamente el atardecer deja verse, el bosque cayó en un silencio, uno muy peligroso, los lobos han perdido su pelaje, otros tenían heridas en las patas que tenía aspecto desagradable, parecían malformaciones.
Lo que ellos aún desconocen es que cada Mago estaba infectado de los innumerables virus que Muriel había dejado conocer al mundo, cada mordida que los animales le den es el mismo virus que los contamina. La bruja tenía planeado absolutamente todo después de todo, si las cosas no salen como ella las planea dejará su mancha de maldad en los sobrevivientes, cada vez que miren aquellas heridas van a recordar lo doloroso y el motivo de portar aquella marca.
Lillith sentía sus pulsaciones fuertemente, la sangre corre con mayor presión, sus ojos están mínimamente nublados, sus pensamientos se esclarece al escuchar el grito furioso de Muriel.
— ¿Qué has hecho maldito? - la bruja estaba ardiendo de ira apuntando con el dedo a su hijo - Era tu poder a cambio de la tranquilidad, te recuerdo que me has entregado tu poder.
— A mí no me importa nadie - Respondió con total serenidad Killlian Vanckford.
— Entonces no va a importarte que mate a tu hija - Muriel avanzó, al mismo tiempo que Lillith se colocó de pie, aún faltaba lo peor para la Familia de desterrados Vanckford Becker.
La cueva en dónde Lilibeth se encontraba tenía entrada a otras cuevas subterráneas que la pequeña niña encontró muy llamativa, sus cortas piernas la dirigió hasta otra entrada, los ojos con el color de los rayos del sol observaron a 6 cachorros mirándola fijamente por supuesto la pequeña niña detuvo su andar y los observó curiosamente.
— ¿Qué estás haciendo aquí? - la voz de un hombre hizo que Lilibeth levantará un poco más su rostro encontrándose con un hombre apuntando directamente con dirección a ella con la pistola.
— ¿Tú mataste al miembro de mi manada? - Preguntó Lilibeth de manera inmediata y sin ningún temor de por medio, enfrentando al hombre con la mirada.
- Sal de aquí niña, si no quieres ir a acompañar al que te salvo la vida - el dedo del hombre estaba cerca de tirar del gatillo, pero entonces algo ocurrió, uno de los cachorros encajo sus colmillos en el pie del hombre, tiempo suficiente para que Lilibeth cierre los ojos y con su mente invoque un hechizo que dejó completamente en la oscuridad al hombre.
Lilibeth se acercó al hombre. Segundos después, con una daga pequeña, pero conocida por ser un arma letal, se clavó en la yugular del hombre.
— Esto es por el miembro de mi manada - aquellas palabras la pequeña niña las Expresó con total desprecio, al momento de sacar el arma del cuello la sangre brotó de manera inmediata, pero entonces otra puñalada llegó, esta vez fue directo al corazón, Lilibeth volvió a cerrar los ojos, ella era una mestiza podía realizar la magia sin necesidad de tener la vara en sus manos, ella invocó al fuego.
Los 6 cachorros miraron con sus ojos inocentes a Lilibeth, pero la niña no les dejó seguir analizando más de ella.
— Tienen que salir de aquí, esto va a arder en llamas - Lilibeth se agachó solo al momento de analizarlos se percató de que los ojos azules de los 6 cachorros para ella eran muy familiares, pero el fuego avanzaba con dirección a ellos rápidamente - Salgan - rugió Lilibeth, pero ninguno de los cachorros se movió, en sus ojos se observa la decisión de seguir allí.
— Si no nos vamos los 7 de aquí, los 7 moriremos entre las llamas - uno de los cachorros de pelaje marrón se había enlazado mentalmente de manera inmediata con Lilibeth aunque aquello fue raro, no obstante Lilibeth nada más negó con la cabeza, el calor dentro de la cueva ya era insoportable, uno de los cachorros tomó la delantera, Lilibeth lo siguió entonces los 6 cachorros en compañía de la niña con los ojos de los rayos del sol se apresuraron a salir de la cueva.
El exterior estaba peor de lo que ellos pudieran imaginarse, Lilibeth había tomado la delantera, por detrás de ella quedaron los 6 cachorros. El bosque estaba arruinado, quedaba en evidencia y con contundencia el deterioro provocado por la magia de Muriel, muchos lobos estaban acostados, Lilibeth sintió que su pequeño corazón se oprime ante aquella imagen, los pequeños cachorros gruñen, todos parecen estar colgados, como si fueran los últimos pétalos de una flor que esta marchitándose, sin fuerza para continuar, esta batalla parece que dejará marcada un antes y un después.
Los latidos de Lilibeth se aceleran, la pequeña niña aprieta sus puños, las venas de su frente se marcan, Rombel, Seúl y Saúl la observan y la veneran con los ojos, mientras que Muriel desde la distancia vio a la niña.
Sus ojos malévolos dejaba en claro sus intenciones, la bruja vendrá por la niña.
— Prepárate para tu final Killian si hace 7 años Falle, hoy no voy a fallar - Muriel y Killian estaban frente a frente, Lillith se acercaba a espaldas de la bruja, del lado izquierdo estaba Lilibeth, los demás apenas podían mantenerse de pie, el virus había penetrado el cuerpo de ellos, pero seguían de pie, entonces Killian observó todo a su alrededor, sus ojos se encontró con 6 cachorros mirándolo, la sorpresa brillo en su hermosa mirada el cachorro de pelaje marrón le recordaba a su lobo, Killian ya no les prestó atención, Muriel volvió a mirar a su hijo, Killian había sonreído mínimamente cuando él sitió en dónde ellos estaban se convirtió en un apartado, el perímetro que separaba a los Desterrados y los demás sobrevivientes de ellos era el Fuego, por supuesto el círculo de las llamas no avanzó, era nada más un separador, Muriel sabe que su hijo le dará riendas sueltas a su poder, a su fuerza, a su crueldad, Killian protegió a los sobrevivientes aunque sabe que puede condenar a su mujer y a su hija, no obstante él se tiene la fe de protegerlos, así tenga que dar la vida por ellos y aquello es un suceso al cuál el no dudará en someterse.