Capítulo 59
1222palabras
2023-09-23 19:31
Lillith se apartó dejando a la pequeña niña en la compañía de su padre, los desterrados se habían puesto a buscar un Territorio y su Alfa se había acercado a ellos, mientras Killian se sentía nervioso al acercarse a su hija - Lilibeth - expresó en un Murmullo el Beta, la niña no tenía miedo, pero después de tantos años no sabía cómo debería de ser la correcta conducta ante su padre, pero entonces sus ojitos brillaron y Killian sintió que su corazón se inunda de un amor y una calidez única y nunca sentida, Lilibeth tomó las manos de su padre, y Killian se agachó para quedar a la altura de ella.
— Luego de que todo había terminado aquella noche, después de que el Fuego pareció consumar gran parte del Territorio en donde se encontraban Lillith traía una pequeña Caja en sus manos la misma parecía contener las cenizas del hombre a quien se había unido, el dolor era visible en el rostro de la Loba, pero entonces recordó que ya no estará más sola, Lillith se había llevado las manos en el vientre, por detrás de ella estaban los pocos desterrados que habían quedado - Juró que cuándo llegue el momento los voy a sacar de aquí - Fue una promesa que la Loba hizo mientras su mano derecha aún estaba en su abdomen.
Pero el calvario había iniciado ni bien Lillith había ido en busca de comida, las lobas empezaron a ser abusadas, los días pasaban hasta 3 días después en dónde también ella había recibido golpes, y la furia de Deán había sido descarada en contra de ella, por la razón de que haga lo que haga no podía tener el cuerpo de la mujer, los días seguían pasando y Lillith se sentía impotente al escuchar el grito de agonía de las desterradas que sufren en manos de los Vampiros, golpes, violaciones, tal cual lo había descrito Killian, el corazón de la Loba duele cada vez que las escucha y tan solo habían pasado 6 días de la muerte de Killian y sus acompañantes.
En el día 7 como las 7 vidas que el Prometió que la amaría, una magia poderosa y secreta se había disipado la misma magia había maquinado la mente de todos, un fuerte dolor de cabeza había azotado a todos, no obstante ninguno de los que ellos consideraban muertos lo estaban, el Alfa Rey tenía sus propios planes y todo pareció salir según lo planeado por él; sin embargo, él tampoco se había dado cuenta de que había recibido la ayuda de una Bruja, ambos progenitores de Killian tenían sus planes, los recuerdos de la muerte era nada más producto de la imaginación formada por la Magia de Muriel.
El tiempo pasó y la bruja que tenía la capacidad de proteger a los lobos desterrados no lo hizo, una noche lluviosa un grito había puesto en alerta todos en la Aldea, Lillith entraba en trabajo de parto, el cuerpo de la mujer estaba sudado, su rostro estaba pálido, el dolor hace que su cuerpo se retuerce de dolor, Rombel y Cross fueron los que asistieron a Lillith en el parto.
— Alfa, haga un último intento - una de las lobas también se había unido a ellas, Lillith emitió un último grito llena de dolor, que azotó de dolor el corazón de los desterrados, pero otro pequeño grito paralizó el corazón de todos.
— Es una hermosa niña - Rombel la colocó de manera inmediata al lado de Lillith, pero entonces el llanto de la niña se escuchó con más fuerza - la Alfa se está muriendo - Rombel gritó emocionada y bastante asustada, Cross cargo a la recién nacida, mientras también se percataron de que Lillith tenía una hemorragia.
Los destetados que se mantuvieron con ella durante lo largo de estos meses miraban a la Luna y en aquella mirada había clamor, al mismo tiempo que Lillith luchaba por su vida, en algún Pueblo oculto Killian Vanckford se encontraba tomado de la mano de otra mujer anunciando su Compromiso y su total responsabilidad con ella.
Deán fumaba sintiendo claramente todo lo que estaba ocurriendo en su Aldea, el Vampiro cerró los ojos sintiendo una opresión rara en el pecho, el Vampiro se llevó las manos en la cabeza aún con los ojos cerrados, pero cuando lo abrió tenía los ojos de color miel más hermoso que alguien pueda ver, salió rápidamente del sitio se encontraba adentrándose en la cabaña en donde se encontraba Lillith, el Vampiro posó su dedo anular en el cuello de la loba, todos los presentes quisieron que el Vampiro salga, pero la presión que estaba ejerciendo específicamente en donde debe de reposar la marca de Killian parecía tener el efecto que el Vampiro buscaba, puesto que el rostro de Lillith fue agarrando color nuevamente, Deán se había dado la vuelta mirando a la recién nacida extendió el brazo, pero Rombel no estaba dispuesta a entregar a la niña.
— Entrégame a la niña - El Vampiro tenía una voz dominante y Rombel lo obedeció entregando a la recién nacida y al primer contacto de sus pequeñas manos con la piel fría del Vampiro, Deán había sonreído - Pequeña Lilibeth - La primera persona que había llamado a la niña por aquel nombre fue Deán Ashford, fue allí que se vio al verdadero Vampiro, y allí estaba la gran Falla ¿Quién es realmente Dean Ashford?.
— Vamos Lilibeth - Lillith dejo ver una hermosa sonrisa al presenciar los primeros pasos de su hija, todos los años de vida de Lilibeth fueron pasando como si de una cintabse tratará.
— Vamos mamá, yo quiero de postre la Leche Crema, tú puedes hacerlo - Aquel era un postre con el cual la pequeña loba había crecido - También quiero los globos azules.
— Deja de ser glotona Lilibeth además no eres un niño - Deán le había llamado la atención en secreto, pero aquellos recuerdos no existían, en cada paso dado por la niña, en cada sonrisa, cada vez que ella estaba cerca del peligro, siempre alguien la protegió, pero esos recuerdos se convierten en cenizas, Deán Ashford era el enemigo para todos.
— Levántate - la voz de una mujer se escuchó. — Pásame tu mano - Expresó la mujer y Lilibeth la obedeció.
— Me duele - dos anillos llena de espinas que hieren los pequeños dedos de Lilibeth hacen que ella pierda sangre, aquella fue la ultima tortura a la cuál sometieron a Lilibeth.
— Mami - Lilibeth había llegado junto a su madre abrazando fuertemente a su madre *** todos esos sucesos se reproducen en la mente de Killian y entonces el Beta cayó de rodillas, llorando, tomó el pequeño cuerpo de su hija en brazos.
— Perdóname por no ser el primero en cargarte, por no estar en tus primeros pasos, por no protegerte - Killian no soportaba aquel dolor.
— Papi, siempre te sentí cerca, pero quién siempre me protegió fue el Villano equivocado. Has entregado tu poder a la persona que es la causante de todo, la has convertido en la mestiza más poderosa, a Muriel Evans, que planeo todo desde que tuvo 10 años de edad, y ahora está en la cima de la Gloria para hacer derramar la sangre de todos nosotros.