Capítulo 57
1434palabras
2023-09-23 19:30
Al momento en que sentí que el poder de los Mestizos de Sangre Negra lanzaban la Maldición Mortal cada palabra expresada en la Unión con ella resuena más en mi mente, quemaba cada fibra de mi ser, mi corazón bombardea la sangre con más fuerza, supe que debía de protegerla, juré derramar cada Milímetro de mi sangre para protegerla por eso no dude en lanzar mi hechizo de protección, conozco de la maldad de los mestizos de Sangre Negra, sabia que aunque yo muera, ellos van a hacer lo posible para lastimarla, Deán va a buscar de mil maneras para abusar de ella, no dude de que la maldición de los míos era letal, cuando me interpuse y mi poder colisionó con la que fue lanzada sentí como el fuego me consume, arder en llamas, aquella era la sensación de ser impactado con la maldición mortal, tenía intenciones claras de proteger a todos los Lobos, pero mi egoísmo y la falta de tiempo que tuve solamente dejé que tuviera alcance con Lillith aunque también sé que Rombel llegaría a ser protegida con la misma protección, no dude en morir por ella, no dudaría nunca en morir por ella.
No me esperaba que Deán tuviera conocimiento de la maldición Mortal, pero cuándo cerré mis ojos supe que logré protegerla, era algo ilógico, pero ocurre, en la misma noche en dónde nos unimos en las Leyes Lobunas y la del Mestizaje, en la misma noche en donde amé cada parte de su cuerpo, donde encontré plena satisfacción y una sensación indescriptible con cada caricia, con cada roce, con cada embestida, en la misma también di mi mayor prueba de amor, yo que soy el hijo del Alfa Rey, el mestizo más poderoso que pueda existir, aquel que puede hacer magia sin una vara de por medio, de mi padre no hablo mucho, él demostró ser un Líder que antepone las leyes antes que a la sangre.
Mi madre condenó la vida de muchos inocentes con las infecciones que propagó, y Deán es un maldito Criminal, bastardo, que abusa, destruye y mancha de sangre la pureza de muchas lobas y Vampiresas, la Magia es impredecible somos criaturas con suerte por poder tener de uso de ella, pero también somos Criminales por la manera en la que estamos dándole uso, no niego quien soy, sé perfectamente la sangre que corre por mis venas y la que correría por la sangre de mis hijos, Mi madre con su magia propagó muchas enfermedades como venganza, Deán ha tomado la castidad de muchas niñas inocentes, mi padre me ha condenado, pero me declaró culpable, tenía 7 años cuando la maté, pero quizás se lo merecía, mi vida y mi poder estaba rodeado de personas que en lugar de hacerlas brillar nada más le daban uso para destruir todo a su camino, es ahí donde me diferencio de ellos, mi poder solamente es para salvar a mi mujer, pero todo mi vida se sacudió cuando cerré los ojos y vi el brillo en su interior, cuando mis ojos dejaron de ver la luz, mis oídos dejaron de escuchar los sonidos a mi alrededor, cuando mi piel dejó de ser sentir aquel ardor, cuando quise volver ya no pude, mi corazón dolió cuando la última luz de mis ojos, dejó en claro que una pequeña y nueva Luz estaba procreándose, una lágrima resbalo por mi mejilla, porque hice todo para proteger a su madre, en mi mente solamente era Lillith, pero al momento en que todo dejó de tener sentido para mí también descubrí que aquella noche, la única y la primera que tuvimos tuvo su pequeño fruto, la cristalización más hermosa de nuestra unión, pero me dolía saber que entre mi cachorro y Lillith solamente ella estaba protegida, creí morir conociendo el futuro que le deparaba a mi cachorro, por supuesto que no podrá morir, pero en la vida no todo es muerte, también es tortura y más conociendo que Lillith seguirá con vida que nadie podrá cometer un daño irreparable en ella, pero mi pareja no estaba sola, ella tenía en su vientre, como una pequeña semilla a mi cachorro, supe de inmediato que le había dejado a Deán un tesoro invaluable un hijo mío era como un animalito para el Laboratorio, rogué a los dioses de los Mestizos que protegiera a mi Cachorro, pero aquello es algo que yo ya no podré saber si cumplieron o no; sin embargo, supe que ellos estarán bien, porque ella más allá de ser una Loba Blanca, poderosa, asesina y Valiente era un Ángel y no cualquier Ángel, era hermosa por donde la mires, en mi muerte aquella noche la vi, no como la Loba Blanca, la vi siendo cubierta por un Ángel, no era Blanca como su loba, era tan negra y hermosa como la noche, y allí todo mi mundo se apagó, ella estará protegida, ellos estarán protegidos.

¿Por qué dar mi vida por ella? ¿Por qué no dar uso a mi poder de Mestizo? ¿Por qué si tengo la capacidad de destruir a mi enemigo con mi poder, no lo hice?, todas esas preguntas tenían respuestas, yo soy un Lobo, por supuesto que un lobo muy diferente, y esas no son las cualidades de un Lobo, nuestro deber es proteger a la Manada, ser leal al Alfa, devotos a la Luna, amar a nuestras parejas, no pelear con los Lobos por territorios, los mestizos deberían de ser respetados, las Brujas tener su propio habitad, y los Vampiros en su mundo de Sangre, nunca quise ser el Líder, pero siempre quise proteger a los míos, es por eso que siendo Beta me sentí bien conmigo mismo, no me miraban por mi poder, pero si me recuerdan por estar con mi gente, ser desterrado fue una vida llena de furia, también pasión, eramos asesinos, pero luchábamos por nuestros Ideales.
Porque la Hermandad de Lobos, la Manada, es una Manada de Licántropos con creencias totalmente diferentes, pero pasando los días después de que el enojo y nuestro lobo se acostumbre a ser Libre, nos dimos cuenta de que seguimos siendo Lobos, seguimos teniendo el significado de pertenencia por aquel territorio que consideramos nuestro, yo no soy el Futuro Rey Alfa, tampoco el Dios de los Mestizos, solamente soy Killian Vanckford, Beta de la Hermandad de lobos desterrados La Manada, y solamente ella es la Loba para el Beta, mi Lillith, la hermosa Desterrada Lillith Becker.
Era una mañana fría y lluviosa cuando abrí los ojos, sentía el vacío en mi corazón, estaba rodeado por oro, pero nada de eso me llenaba, sentía una ausencia que destruye mi mente, no importa cuántas veces he luchado por ver más allá, tenía recuerdos, pero parecía que no eran míos, una prometida un Futuro Liderazgo, pero una sensación de ardor en mi cuello que me lastimaba cada vez que hablaba de la eternidad con mi prometida, aprendí a apreciarla, a querer protegerla, pero también supe que no era amor, aunque decía que toda mi felicidad era gracias a ella, pero solamente yo sabía que aquello no era verdad, no obstante no podía dejar ver aquello, de lo contrario los miembros de la Realeza de Valle de Zafiro le perderían el respeto a ella.
Los días pasan y cada vez más los recuerdos que parecía ser de toda mi vida, para mi parecer se volvían borrosos, en muchas ocasiones pensé que estaba bajo el efecto de algún hechizo, pero investigué y descubrí que todos los Magos estaban extintos debido a una maldición mortal, ya no seguí con mi investigación, dije que solo eran ideas mías, luché para amarla, y el cariño se intensificó.
Mi padre estaba al pendiente de mí en cada Luna Llena, me mantenía apartado siempre de cualquier lago, no entendía cuál era la razón, pero cuando los desterrados llegaron entendí absolutamente todo, cuando rechacé a mi hija sentí como latigazos en mi espalda azotándome, estaba indefenso todos mis muros fueron derribados, aunque agradezco que hayan llegado en la ausencia de mi padre, en los ojos de mi hija entendí que en cada Luna Llena mi padre impregnaba en mí recuerdos falsos, la razón de que mi padre no permite que yo me acerque al lago, era porque el Lago Cristalino dejará claro cómo el agua todos mis recuerdos, la Magia Cristalina es tan poderosa como la Maldición Mortal, y ambos habían traspasado mi cuerpo, una para proteger a mi mujer y la otra para proteger los intereses de un Alfa Rey que ni siquiera se detuvo a pensar en el daño que causaba a su hijo.