Capítulo 51
1691palabras
2023-09-23 19:24
— Amo, el territorio está desolado, los lobos se han rebelado, han aprovechado la oportunidad y han escapado - La calma que Dean mantenía era aterrador, el Vampiro se había dado la vuelta observando la Luna.
— Así que te fuiste, pero sé que volverás y no tendré piedad contigo - Dean mostró una sonrisa fría, metió las manos en su bolsillo, no hubo muchos cambios, parecía ser que el hombre tenía claro que esto podría ocurrir.— Sigan con lo suyo - Fue la orden dada por Dean.
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— Valle de Zafiro - Enunció la Bruja, la aeronave había descendido en un campo totalmente abandonado, pero los motores dejaron de rugir en un bosque cuyos árboles eran enormes, grandes yuyales cubrieron rápidamente el avión.
— ¿Nos convertiremos en algún animal raro aquí? - Rombel quería quejarse, pero raramente la persona que estaba esperando que le llevará la contraria no lo había hecho, Lilibeth estaba profundamente dormida en los brazos de Lillith.
— Eso es raro - Rombel acarició el pequeño rostro de la niña.
— Está cansada, fueron 24 horas de vuelo, no durmió hasta hace 30 minutos— Lillith sonrió a medias.
— Si no fuera por ella no habríamos llegado jamás - Expuso la Bruja - Pero debemos de continuar, debemos de encontrar algún lugar que habitar, se aproxima una tormenta.
— Continuemos - Lillith y sus acompañantes prosiguieron su camino hasta llegar a un pantano, no quedaba dudas de que esta sería una aventura - ¡Demonios! - Maldijo Lillith, además los relámpagos ya se escuchaban y pequeñas gotas de lluvia entraban en contacto con la piel de todos.

— Está claro que el pantanal es una de las pruebas mayores - Expresó Kross.
— No es así, el pantanal no es nada para nosotros mientras más lo analizamos, más perdemos tiempo. — Lillith suspiró su única preocupación, era Lilibeth - Pasen ustedes.
— Déjame llevarla conmigo, mi magia no funciona aquí, pero puedo protegerla.— La Bruja tomó en brazos a Lillith, y se convirtió en la primera en cruzar, segundos después el crujir de los huesos de los lobos se había escuchado, se habían posicionado en filas de 5 sumergiéndose, 17 minutos después los animales habían vuelto a tocar tierra, sacudiéndose, en ese mismo momento la lluvia cayó fuertemente.
Lillith protegió el pequeño cuerpo de Lilibeth, grandes árboles se convirtieron en sus refugios, los relámpagos hicieron que el cuerpo de la niña se remueve, lentamente sus ojos amarillos se abrieron.

— ¡Mami! - Susurró Lilibeth acurrucándose aún más en los brazos de su madre, y la loba le pellizco la punta de la nariz.
— Estamos cerca de una aldea, prometo que dejaré descansar tu pequeño cuerpo como se debe - Lilibeth estuvo cerca de depositar un beso en la mejilla de su madre.
— Amenaza— Expresó Rombel, a lo lejos, incluso con la lluvia, se observaba un grupo de Lobos acercándose a ellos.
Ni bien estuvieron cerca, los desterrados también dejaron que sus lobos tomaran el control, ellos presentían que aquellos animales no venían para tomar el té con ellos.
— Escóndela— La voz de la bruja era fuerte y Lillith rápidamente entendió que a quién debía de esconder a Lilibeth.
— Nena, quédate aquí obedece a mamá— Lillith la había colocado entre unos arbustos bastante grandes que cubren a la perfección el pequeño cuerpo de la niña, que no protestó Lilibeth antes de reaccionar, debía de analizar y descubrió que algunos lobos los iban a atacar.
Lillith se posicionó por delante de los suyos, esperando por los demás lobos que cada vez estaban más cerca, pero entonces antes de que ellos estuvieran lo suficientemente cerca, la loba Blanca con todas sus fuerzas realizo el intento de ocultar la fragancia de los desterrados y lo había logrado, el grupo de 6 lobos que habían llegado se detuvieron a unos escasos metros, tenían los colmillos visibles, rugen y demuestran lo peligroso que eran con aquellas miradas, pero Lillith era una Loba Blanca y aquello la convertía en superior de aquellos 6 lobos.
Y unos segundos después dejaron que los hombres tomen el control de sus cuerpos, los Desterrados habían dado varios pasos por detrás, la loba Blanca sintió un chillido en su cabeza, Rombel dejó una pequeña marca en el suelo mojado con sus patas, los hombres esperaban que los lobos lleven a cabo el mismo acto de dejarse ver sin sus pelajes, pero el grupo de desterrados aún no habían logrado salir de su asombro.
— Entreguen el control - Gritó, el hombre que había tomado el control con aquella orden se había dirigido a Lillith, no obstante los desterrados seguían sin realizar ningún movimiento.
Lilibeth sintió de la calma, supo que quizás aún no había ningún problema y que quizás salir no traería ningún inconveniente consigo, pero Lillith se había dado cuenta del movimiento de los arbustos y el aullido que dejó escapar había puesto en alerta a todos los lobos que habitan en aquellos alrededores.
Valle Zafiro, tenía resguardado a Lobos que podrían considerarse fuertes y respetados, la bruja se había percatado de que Lillith no quería que la niña se dejará ver, así que fue ella la que había dado un paso adelante.
— ¿Quiénes son ustedes? - Preguntó el hombre que se acercaba cada vez más, mientras Lilibeth había entendido que aquel aullido de su madre le indicaba que no debía de moverse aún, aquella era una manera de comunicarse entre madre e hija.
Pero el aullido de la loba había puesto en alerta al hombre que se encontraba revisando algunos pergaminos, el aullido hizo que los bellos de su piel se levanten - ¿Qué fue eso? - Killian se había puesto de pie.
— Parece que tenemos la llegada de algunos lobos al Valle - Explicó el Lobo que realizaba la guardia en la puerta del hombre.
— ¿Lobos? - Killian levantó una de las cejas - Mi padre ha dicho que están extintos - Killian apretó los puños - ¿Dónde está mi padre?
— El señor ha viajado al Norte, estará de regreso en 3 semanas, es decir que solamente vendrá para su boda.- Valle de Zafiro era inmenso, y llegar al Norte te llevaba 2 días.
— Quiero que Saúl y Seúl vengan con los lobos que los traigan junto a mí necesito respuestas, y del porqué aquel aullido parecía tan fuerte y poderoso - Killian se masajeó la frente, un pequeño dolor de cabeza lo había azotado.
— Por supuesto señor, la Señorita Alana Clifford también se encuentra— Louis, aquel al que Lillith había ordenado la protección de uno de los perímetros aquella noche tan misteriosa, era el guardia encargado de la protección de Killian.
— Dile que venga junto a mí y quiero a los lobos cuanto antes junto a mí - El guardia se había retirado, y segundos después la puerta nuevamente fue abierta
— Killian— la dulce voz de una mujer se había escuchado, ni bien el hombre levantó la vista, el cuerpo de Alana se pegó al suyo.
— Alana - respondió Killian, acariciando el cabello de su Futura Reina - ¿No te estoy molestando? - Preguntó de manera coqueta y tímida Alana.
— Mi Futura Reina, nunca me molestaría - Fue la respuesta de Killian.
— ¿Y tu padre? - Alana besó el cuello de Killian, ni bien sus labios entraron en contacto con la piel del hombre, su cuello se había puesto rojizo quemando a Killian, el hombre no sabía que aquello era por la marca de su Pareja, la marca que sentía repudio de saber que la piel era acariciada por otra persona que no sea la Loba.
— Acompáñennos hasta nuestro Líder— Seúl hablaba fuerte y claro, en ese momento la bruja le facilitó prendas a todos y entonces los desterrados dejaron ver su cuerpo.
Emociones distintas, Rombel tembló al observar a su destinado, Seúl tampoco era ajeno a las sensaciones que estaba percibiendo.
Saúl los observaba por detrás de su hermano, tenían aquella conexión, pero sin saber de dónde.
- Por supuesto llévanos hasta tu Líder, soy la Alfa Lillith Vankford— al momento de que Lillith utilizó aquel apellido, los demás retrocedieron, una centella se visualizó en ese momento.
— Sigan nuestros pasos - La voz de Seúl se había escuchado muy bajo, los desterrados contenían la respiración, pero todos tenían una duda, si todos aquellos a quienes ellos consideran muertos ¿Están allí?, Killian ¿Podría estar con ellos?
— Coloca una capa en su cuerpo.— Lillith no se permitió pensar mucho, su única preocupación era Lilibeth.
Unos minutos después la niña vestía una capa roja, su cabecita estaba cubierto, pero sus ojos amarillos eran imposible de ocultar, todos empezaron a caminar hasta que oficialmente Valle Zafiro les dio la bienvenida.
— El Rey espera por ellos, quiere hablar - Louis también sin explicación detuvo sus palabras, los recién llegados para él eran muy familiares.
— ¿Qué ocurre? - Preguntó Seúl.
— Nada, olvídalo es mejor que los lleves junto al Rey.
Lillith sentía una rara opresión en el pecho, pero siguieron avanzando, Kairo también dejaba escuchar pequeños rugidos, Seúl tocó la puerta y unos segundos después la misma fue abierta. Los desterrados suspiran con fuerza, no sabían que les esperaba allí.
Seúl se adentró, Lillith tomó la delantera como todo Alfa, pero sus manos fueron sostenidas por otra pequeña mano, entonces Madre e hija entraron, pero la escena ante los ojos de Lillith no era el escenario que ella quería ver, ni siquiera pensaba en aquello, respiraciones agitadas en medio de un beso apasionante.
El hombre se había puesto de pie de manera inmediata al ver a Lillith parada con la niña tomada de sus manos - Soy Lillith Vanckford, Alfa de la Manada de Lobos Desterrados, la Manada - expresó con furia en su voz, pero con la calma en su mirada.
— Soy Lilibeth Vanckford, futura Alfa de la Manada de Lobos Desterrados La Manada - Madre e hija se habían presentado, pero el lugar había caído en un silencio abrumador, pero podía escucharse por aquellos que la conocían el ruido de su corazón rompiéndose como un cristal.