Capítulo 44
1669palabras
2023-09-23 19:21
— La única razón por la que no soy partidario de tener cachorros es porque tengo miedo de ser un mal padre, no quiero ser como mi padre y a la primera oportunidad de elegir - Antes de que Killian pudiera terminar de expresar las palabras que tenía en mente Lillith poso sus pequeñas manos en la nuca del Lobo y segundos después lo beso profundamente.
— Tú no eres el - Susurró en medio del beso la loba, y el Beta no perdió la oportunidad de profundizar el beso pudiendo contenerse muy poco, dejando escapar un gruñido al sentir que el beso se iba intensificando.
— Solamente tengo miedo de ser un mal padre, que los actos de mi padre se reflejen en mí y terminar haciendo el mismo daño que me hicieron a mí, no tengo miedo de que los Mestizos encuentren el portal a través de mi descendencia porque aquello puede ocurrir, pero si hay algo que me detiene para tener cachorros es el miedo de ser como mi padre y mucho menos quiero obligarte a ser madre si aquello no está en tus planes.

— Killian basta - Lillith gruñó - Deja de pensar mucho lo que tenga que ser, será— la voz de la loba fue más dura - Pero no me has respondido mi pregunta - Lillith hizo el intento de apartarse, pero las firmes manos del Beta en su cintura la pegaron más a él provocando escalofríos en el cuerpo de Lillith al sentir la virilidad de Killian rozar con la tela de su prenda.
— Déjame disfrutar de tu cercanía unos minutos más - Killian se había vuelto descarado succionando la piel de la loba que estaba reaccionando a las caricias del hombre - Quiero hacerte el amor, lo quiero aquí y ahora - la voz que empleó no daba lugar para una negativa y sus labios se unieron en un beso devorador.
Era un beso que nublaba la mente de ambos, Killian la acariciaba con vehemencia cada parte de la loba, al Beta lo fascinaba, Lillith tampoco había perdido tiempo, aquello era lo menos que tenían sus manos se dirigieron a la hebilla del pantalón masculino, ambos habían logrado deshacerse mínimamente de las prendas cuándo la necesidad de sentir el contacto de piel a piel los calcina, se deseaban de manera desesperada y lo demostraban con las caricias y los besos voraces.
Killian apartó las piernas de Lillith y sin esperar más se hundió profundamente en el interior de la loba cuyo cuerpo ardía pidiendo todo lo que él pudiera darle, había soltado un gemido cuando sintió la invasión tan placentera, su cuerpo se había arqueado buscando la penetración más profunda fue allí al percibir que ella quería más Killian había empezado el vaivén de sus cuerpos, el deseo y el placer rápidamente hizo que ella sintiera un escalofrío recorrer todo su cuerpo y aquella rara y perfecta sensación en el bajo vientre, el nombre de Killian se había escapado en varias veces en un susurro provocando que él empujara más profundo.
Lillith suspiraba mientras él se fundía con ella en el laberinto de la pasión, gemidos y gruñidos, el fuego los estaba consumiendo, era excitante para Killian Killian observar la fusión de sus sexos, piel contra piel, la mirada hambrienta de la Loba hacia él, mordiéndose los labios buscando el éxtasis era fascinante todo para el Beta que se llevó la cabeza hacia atrás mientras más profundo se encontraba, más loco se volvía con el cuerpo de ella por debajo del suyo, acelero los movimientos al sentir la feminidad de su compañera más estrecha y el cuerpo de ella más rígido estaba cerca, o mejor dicho estaban cerca él quería liberarse con ella.
Las últimas embestidas fueron más certeras, las manos de Lillith se enredan el cabello del Beta mientras sus ojos amarillos de él y los azules de ella conectaron no habían apartado la mirada y fue hipnotizante como se devoraban no solo cuerpo a cuerpo, también estaban haciendo el amor con la mirada y con el alma.

Aquella conexión desencadenaron emociones explosivas que convirtieron el cuerpo de ambos en pólvora, hasta el punto que Lillith emitió un grito derritiéndose por completo en los brazos que la sostenían firmemente, Killian también con un par de estocadas más había encontrado su liberación acompañada de gruñidos, sonidos que envolvieron en un acto posesivo a Lillith al saber que ella era la causante de provocar aquel sonido, ambos se habían quedado en aquella posición con sus cuerpos sudorosos Killian pego la frente con la de loba aunque sus cuernos aún se sacuden por el placer inminente que habían sentado.
— Yo quiero tus cachorros— Susurró Lillith logrando tensar el cuerpo que tenía por encima del suyo, pero segundos después Killian le había dedicado una hermosa sonrisa, la más hermosa que ella haya visto parecía ser que aquella sonrisa era exclusivamente para ella.
— Entonces prepárate porque quiero 7 - Killian volvió a sonreír con sus miradas puestas el uno en el otro.
— Bien, 7 serán - Lillith lo abrazo colocando su rostro en el pecho del Lobo sintiendo el latido desenfrenado de Killian, un abrazo que no necesitaba ser acompañado por palabras.

— Debemos irnos - Killian parecía ir en contra de las palabras que de su boca salía, pero sabía que no podía hacer absolutamente nada, la manada los necesitaba y él no era cobarde, la manada encontraría una solución.
La pareja se separó, Lillith se acomodó las prendas, estuvo tentada a echarse una ducha antes de salir, pero la sensación de que no tenían más tiempo se apoderó de ella.
— Vamos - Killian se veía tan apuesto como de siempre mientras ella tenía las mejillas rosadas parecía ser que había corrido una maratón.
— Es injusto - Lillith protesto logrando que Killian detuviera sus pasos antes de salir de la habitación.
— ¿Por qué dices eso? - Preguntó el imponente hombre Lillith sintió que su corazón volvía a perderse algunos latidos Killian era un hombre extremadamente guapo y no solo porque a ella le gustaba, Lillith había visto muchos hombres, incluso Seúl lo era, pero Killian tenía otro encanto.
El luce peligroso en todo momento tiene aires autoritarios, su rostro parecía ser tallado a mano como si cualquier imperfección fuera arreglado, y sus ojos - Oh, mierda - pensó Lillith sus ojos tenían el resplandor del sol, único y nadie podría brillar más que él, en pocas palabras Killian Vankford era perfecto, malvado y apasionado.
— Estoy esperando una respuesta - Expuso el hombre.
— Oh, eso, solo lo decía por qué tú no pareces haber tenido sexo hace minutos, en cambio, yo.
— Fíjate que ser mujer incluso es más fácil, solo abres las piernas y ya está - Killian volvió a sonreír, pero se había percatado que había logrado enfurecer a la loba y en un movimiento inesperado Lillith le había propinado un fuerte golpe logrando que con el anillo de Unión le rompa los labios.
— No me arrepiento— Lillith abrió la puerta mientras Killian se limpiaba la sangre que se escurría por la comisura de sus labios - Y te ves bien con la sangre— Lillith se alejó por el pasillo.
Killian solamente había sonreído, pero la sangre que había caído en la palma de sus manos hizo que el hombre fuera incapaz de dar ni siquiera un paso.
— TEN CUIDADO ELLOS ESTÁN CERCA, NO ESTÁN SOLOS - aquellas palabras estaban escritas con su sangre en la palma de sus manos, además había sentido unas pequeñas molestias en su cuello, dejando en claro que las mismas palabras fueron escritas en su cuello.
Lillith también se llevó las manos en el cuello, efectivamente aquella era la marca de Killian, pero ella no detuvo sus lados hasta bajar al primer piso y allí estaban esperando por ellos.
— Espero que ya hayas terminado de reflexionar sobre tu maldito error - Escupió Lillith con desprecio dirigiéndose a Saúl.
— Ellos están viniendo por nosotros— La voz de Killian logro que todos dirigieran la mirada al Beta - Sabemos aquello que las hadas pueden ocasionar, pero no sabemos que tan peligroso sea aquellos a los que ellos están protegiendo.
— ¿Entonces debemos esperar por ellos? No creo que sea una buena idea, no podemos permitir que lleguen al Territorio podrían destruirla, además nosotros estamos evacuando, podemos estar en desventaja.
— Este no es el Territorio de la Hermandad, es mejor que destruyan este Territorio que el Perímetro Principal— Hablo Lillith, mientras Killian llegaba junto a ella ambos habían unido sus manos y toda la fortaleza que representaba sus manos unidas se veía reflejada en la Hermandad.
Pero el momento se vio interrumpida cuando los perímetros del lado Norte parecía ser atacado, el enlace se había activado de manera inmediata y los encargados de la Guardia se dieron obligados a retroceder tres pasos ante los lobos que tenían ante ellos.
- ¿Qué está ocurriendo? - Killian sabía que los suyos nunca retrocederían ante nadie - Hablen de una maldita vez - rugió el Beta mientras Lillith le dedicaba una mirada a Rombel.
— Tenemos lobos a quienes no podemos llamar desconocidos, tenemos Lobos de la Realeza Lobuna al acecho - Informó el guardia encargado - Repito Lobos pertenecientes a la Realeza Lobuna en el Perímetro Norte.
Killian se tensó al escuchar aquel Informe inconscientemente, Lillith analizó el rostro de Killian y allí vio por primera algo que nunca había visualizado en él, aunque ya haya visto muchas de sus facetas, era la primera vez que sus emociones más profundas se veía reflejada en sus ojos.
— ¿Viene con un Líder? - Preguntó Killian mientras sentía que su mundo se detenía al realizar aquella pregunta.
— Sí, la fragancia del Alfa Rey es perceptible, la Mayor autoridad Lobuna se encuentra en las cercanías del Territorio de la Hermandad y sus ojos demuestra que viene dispuesto a todo, menos a tener una conversación con los Líderes de la Hermandad.