Capítulo 29
1336palabras
2023-09-23 19:08
- Joder, no digas eso - Killian había reaccionado - no podría soportar que tu cuerpo sea visto por otro lobo, que otro te toque que otro te haga suya. - Entonces decide que es lo que tú quieres porque yo no soy una mujer que espera, tampoco estoy para ser la segunda opción de absolutamente nadie - Lillith sabía perfectamente lo que ella vale.
¿Y qué es lo que quieres? - Killian y Lillith estaban a escasos centímetros, sus narices se tocaban, los labios entreabiertos de Lillith reflejan una clara invitación a Killian - ¿Que es lo que quieres? - volvió a repetir mientras su mirada tan rara hipnotizaba a Lillith.
— Márcame, seamos uno solo - Lillith lo agarro de la barbilla - Quiero ser tuya, por supuesto no espero que los sentimientos nos abrumen, no te quiero y mucho menos pienso hacerlo, pero en lo más profundo de nuestro ser las lobas necesitamos de un lobo que sabemos que nos protegerá en algún momento si las circunstancias lo ameritan.

— Un lobo también necesita de su loba para encontrar fortaleza, porque ella es la Diosa Terrenal, es como la Luna que encamina nuestro andar - Killian se apartó desprendiendo los 3 primeros botones de aquella camisa que traía puesta, sentía la alta tensión que generaba alrededor suyo la loba, el Beta ya había tomado la decisión Lillith era la loba para él, ella era la Loba para el Beta. — Voy a marcarte - Sentenció el hombre con los ojos del color de los rayos del sol que quemaba la piel de la loba.
Killian se acercó a ella lentamente mientras Lillith respiraba con fuerza, sabía que esto podría ser el inicio de situaciones que podría desequilibrar por completo su vida, las manos de Killian acariciaron el cuello de Lillith y con su dedo índice presionó él sitió exacto en donde va a reposar su marca. Pero la siguiente acción del lobo tomó por sorpresa a Lillith, el Beta la cargó en brazos, Lillith estuvo cerca de emitir un grito, pero dicha acción fue silenciada con un ardiente beso que carecía de delicadeza, Killian sabía perfectamente cómo callar a la loba que tenía en brazos.
— ¿A dónde vamos? - Preguntó Lillith ni bien sus labios se habían separado.
Lillith fue depositada en el suelo en la puerta de la casa de la manada, varios Pícaros se encontraban custodiando fuertemente tanto el terreno de la recientemente manada Consumada y el Territorio de la Hermandad.
— Cualquier amenaza no duden en hacer que dicha información llegue a oídos míos estaré atendiendo algunos asuntos con la Alfa de la Manada - Emitió con total autoridad Killian al guardia - solamente a través del enlace mental - volvió a explicar el Beta, las dos personas se alejaron hasta la entrada del bosque en donde el hombre detuvo sus pasos, Lillith lo miró de manera desconcertante, pero antes de que la loba realice alguna pregunta el imponente animal había tomado el control el Lobo de Killian había quedado ante la mirada azul de Lillith, el animal movió la cabeza indicándole a la mujer que se subiera al lomo de él.
— No muerdo loba, no aún - la áspera y autoritaria voz del lobo Alfa erizo la piel de Lillith, pero se animó y segundos le costó trepar y sostenerse del pelaje del lobo que gruñó al sentir las manos de la mujer, pero de un momento a otro él los había transportado al sitio que se encontraba con el camino llena de espinas aquel que Lillith ya conocía, la loba se bajó mientras le daba la espalda al Lobo, pero segundos después unos fuertes brazos la envolvieron, pero por la Diosa ella reconocía los latidos de aquel corazón, Killian aspiró profundamente el hueco del cuello de la mujer.

— Esto podría parecerme a una despedida - murmuró Lillith porque en definitiva un raro sentimiento empezaba a arraigarse en su corazón.
— No es una despedida, más bien es el comienzo de todo - Susurró el Beta mirando en la nada aún con sus brazos envolviendo a la loba y quizás las palabras del Beta no estaban tan lejos de la verdad.
— ¿Por qué estamos aquí? - Lillith se dio la vuelta, sus miradas se habían encontrado y ambos se habían sumergido en el misterio que oculta sus iris, el amarillo de Killian tan misterioso, el azul de Lillith tan salvaje y valiente - ¿Quieres que mi marca sea en un lugar importante para ti? - Cuestionó la loba y fue allí que todo el cuerpo de Lillith tembló al observar la sonrisa del Beta, esta vez no era una risa irónica o llena de desdén como los que siempre Killian le dedicaba, era tan brillante como la Luna que ilumina la noche, su rostro coqueto y peligroso derribó los muros de la loba y fue imposible para ella no morderse los labios mientras sentía su interior vibrar ante él y por él.
Killian no necesita hacer ningún esfuerzo para llamar la atención, había captado la atención de Rox de inmediato que se hicieran amantes dejó idear a la loba un sin fin de escenarios en dónde llevar a cabo la Unión y cuándo Killian pareció aceptar que aquella era la decisión de la Diosa apareció ella, apuntando a Kairo con una rama, tan tierna, pero a la vez salvaje, rechazada y desterrada desde un momento su testarudez y el hecho de no demostrar temor ante él lograron que Killian experimente varias sensaciones cerca de ella y el que más fuerte lo golpeaba era el Deseó, las ganas de someterla bajo su cuerpo, cada día que pasaba estaba más cerca de caer ante las exigencias de su cuerpo, pero él luchaba lo más que podía para no perder el autocontrol, pero era Lillith y aunque fue claro que no era amor, no negaba y no le ocultaba que había deseó, marcar a la Loba por supuesto que estaba entre sus planes, puesto que cada vez que veía al Alfa que la ha rechazado cerca de ella emergía desde sus adentros una furia, no por inseguro o por considerar que Seúl podría volver a engatusarla, más bien le molestaba que los demás aún no pudieran ver su marca en el cuello de ella, muy diferente a él, las lobas que se acercaban a él incluso nada más para recibir órdenes veían la visible marca de Lillith en su cuello.

— Lillith - susurró - Tendrás mi marca aquello te convierte en la mujer del Beta, pero no te preocupes, no voy a someterte a mí, y no es porque no lo desee, porque te deseo jodidamente, pero aunque no te ame quiero hacer las cosas bien, primero debo Jurar Lealtad a ti ante la Luna, porque antes de tomar tu cuerpo quiero sentir la aceptación de la Diosa al cortar un pedazo de mi piel que provocará que mi sangre brote de la misma manera que voy a jurar protegerte y soportar como aquel corte que me propine la Luna cualquier dolor que pudieran causarte, porque podré ser salvaje, pero antes de ser Desterrado fui un Lobo que nació en cuna de Oro, bajo leyes Lobunas muy estrictas, no veo el cuerpo de una mujer como un objeto o el método de traer cachorros al mundo, voy a marcarte, pero cuándo te haga mujer cuando nuestras almas y nuestros cuerpos sean uno solo, será en nuestra Unión así las llamas del Fuego me destruyan por desearte y no poder tenerte, esa es mi palabra y yo la voy a cumplir, voy a protegerte aunque yo tenga que sangrar para que tú estés a salvo - La voz de Killian estaba combinada con la de su lobo y su mirada era tan profunda.
No eran simples palabras, eran promesas que él tiene muy clara cumplirlas sin importar quién caiga, incluso si el que cae tenga que ser él, una promesa que el Beta efectivamente la va a cumplir.