Capítulo 28
1598palabras
2023-09-23 19:07
— El cielo estaba cubierto por grandes nubes grises el viento se sentía de manera muy suave parecía que todo había alcanzado un punto muerto, pero el Territorio de la Hermandad sabía que sus fortalezas fueron recobradas con mayor intensidad, Saúl, Seúl y Fran Depolo fueron trasladados hasta el calabozo nuevamente siguiendo los guardias las órdenes de Lillith además no es que pudieran negarse, puesto que si llegarán nada más a pensarlo Killian quizás daría la orden de que aquellos que desobedecen las órdenes de Lillith también vayan al calabozo, los 3 hombres se miraban de manera rara cada uno de ellos tenían mentalidades muy distintas, pero Seúl era el que tenía las agallas y la fortaleza para encarar sus errores había llegado el momento de hablar de sus actos que condenaron a su hermano Saúl y todo lo que conlleva aquella acción, puesto que Saúl buscaba venganza por los actos de su hermano.
— Estos días y los sucesos me han dejado ver todos mis errores - Seúl se había puesto de pie observando a su padre, pero no tuvo las agallas de observar a su hermano - Él nunca debió de ser desterrado padre fui yo quien utilizó artimañas para conseguir que mi hermano fuera desterrado por ti - Fran Depolo se había puesto de pie de manera inmediata en algún momento de su vida se había puesto a pensar que en efecto su hijo menor pudo haber actuado mal, pero conforme pasaban los años había eliminado aquel pensamiento y desistido de la idea de investigar lo ocurrido - Indudablemente soy yo el culpable de que este sea tu destino, de que hayas conocido la Hermandad y de que hoy lo hayas perdido todo - Seúl se escuchaba sincero - Yo ya he cometido muchos errores, te he traicionado a ti que podrías ser mi compañero, eres mi hermano la sangre Depolo corre por nuestras venas, me he convertido en un fracaso de Alfa he rechazado a mi pareja y hoy la Diosa nuevamente no me falló quizás no me merezco, pero he vuelto a encontrar una segunda oportunidad, me he convertido en aquello a lo cual te he condenado hoy estoy desterrado, pero he aprendido de mis actos y tan solo bastaron horas para encontrar aquello que realmente soy, pedir disculpas y perdones no va a devolverte nada, pero lo importante es que no perdamos nuestra identidad, no sabemos que nos va a deparar nuestra vida Lobuna.
— Tanto Fran y Saúl nada más escucharon aquello que Seúl expresaba, pero algo se arraigó en el corazón de Saúl al escuchar que Seúl lo llamaba hermano y quizás y solo quizás aún nada estaba perdido - Mira - El lobo recientemente apartado del cargo de Alfa se había puesto de pie, Lillith no había sido tan desconsiderada después de todo, puesto que solamente había ordenado que se los encerrará en el calabozo sin ninguna atadura de por medio, Saúl entendió que la aparición de la Diosa no fue en vano y en gran parte su Lobo también ayudó - No perdonaré tus actos porque adonde vaya aquello a lo que tú me has condenado de manera injusta siempre va a arrastrarse a mis espaldas, siempre cargaré con la duda de cómo hubiera sido Rosas de Luna siendo liderado por mí, anhelaba ser un Alfa digno para mi manada y quizás hoy no se hubiera convertido en cenizas - Saúl sabía perfectamente que sus palabras eran correctas, años siendo el Alfa de la Hermandad sabe que cuando una manada se consuma esta es convertida en cenizas no habrá manera de recuperarla y con mayor probabilidad de fracaso si se hiciera el intento si de por medio se encontraba Killian Vankford - Pero te diré tus actos no te llevaron a nada porque hoy estamos en la misma línea aunque hayas logrado que me convierta en pícaro, tú también te has convertido en eso hoy, has perdido tu puesto de Alfa y solamente eres un Lobo pícaro al igual que yo, así que te repito que no te perdono, pero seré lo suficientemente maduro para aceptar este nuevo destino - Sentenció Saúl Depolo, mientras Fran seguía manteniéndose en silencio que podía decir él, su corazón de padre al final era débil ante sus hijos, pero seguía sintiéndose culpable por no haber realizado lo correcto en su momento.
— ¿Qué sucederá después de esto? - Seúl no quería guardarse aquella pregunta, además de sentir que no conocía a Lillith en lo absoluto - Siento que todo esto tiene un trasfondo que podría llevarnos a todos al abismo.
— Ella es una Loba Blanca, ella sabrá tomar las decisiones correctas y con más razón si lo tiene a él a lado - Saúl no era estúpida a pesar de que sus decisiones si lo fueron - Seguiremos siendo Lobos, seguiremos siendo fieles a la Luna y le seguiremos aullando, pero por sobre todo la Lealtad está con la Hermandad - La convicción en la voz de Saúl era admirable, era increíble como la Diosa había ablandado sus corazones y aunque aquella acción fue ejecutada en secreto, fue con la ayuda de los lobos que habitan en su interior.
— Sea lo que sea aquello que está llegando, lo vamos a enfrentar - Murmuró Seúl - Además voy a demostrarte que estoy arrepentido de mis actos contigo, perdóname Saúl, perdóname Papá - Seúl se acercó a la puerta absolutamente nada era visible, pero el interior de aquel calabozo tenía calma, la misma calma que ellos tenían en sus corazones después de esta pequeña charla.
— El exterior o mejor dicho la casa de la Manada se encontraba en total silencio, Killian sostenía una copa de Whisky en manos con la tenue luz infiltrándose a través de las cortinas - ¿Por qué pongas hecho tanto confías en mí? - Lillith se acercó por la espalda - No dudo de mi capacidad para lograr todo aquello, pero debo admitir que no he esperado tanta confianza de tu parte - La loba aún seguía manteniéndose a espaldas del Beta, de la misma manera que este tampoco se había tomado el atrevimiento de darse la vuelta y mirar a la Loba.
— No lo entenderás y tampoco busquen entenderlo - Expuso el Beta mientras le daba un sorbo a la bebida.
— Quiero entenderte ya basta de juegos, ya no somos niños - Lillith lo había tomado del brazo obligándolo a que la mire - ¿Que es lo que quieres de mí, quieres torturarme? - Lillith había sonreído a medias, pero negando con la cabeza - Lamento decirte que aquello no podrás conseguirlo, tampoco pienses que esto me asusta porque puedo ser Alfa de los Pícaros y dominar el Congreso Lobuno, pero no sé que hacer contigo - Y Lillith fue sincera - Un día nos conocemos me entregas a tu Alfa, al otro día me proteges para que no descubra lo que he intentado de hacer me robas un beso, y al otro día me desafías a muerte y de allí despertamos una tregua, incluso con mi marca de por medio.
— No debiste marcarme, no debiste marcarme - Volvió a susurrar Killian y por primera vez Lillith había observado un brillo especial en su mirada, como un secreto reprimido en lo más profundo de él, además era la primera vez que estaban hablando sin perder los estribos.
— No lo quise hacer, pero dime ¿Por qué no quieres que te marque? - Lillith se mordió los labios y aquella acción no pasó desapercibido para Killian - ¿Tan malo es ser marcado, o la amas a ella? - Killian sabía perfectamente que ella era Rox mientras que Lillith se sentía rara al realizar aquella pregunta.
— ¿Importa qué yo la amé? - Killian tenía cierto sarcasmo en la voz esta vez el Beta había acordado la distancia y la tomó de la barbilla - Killian Vankford no ama a nadie, el amor para mí no existe y nadie absolutamente nadie ni un amor impuesto por la Diosa podría lograr que yo ame - la voz de Killian estaba llena de seguridad - Pero si como hombre salvaje necesito liberar tensión sexual y como amante Rox lo es todo, pero tú - Killian pareció dudar antes de hablar - Tú llegas y desarmas por completo mi rompe cabezas, porque le hablo a la Diosa y la única respuesta que consigo es verte a ti en ella, tú eres su respuesta, tú eres la loba para el Beta.
— ¿Entonces me deseas? - Lillith no bajo la mirada, las manos del Beta quemaban por tocar a la Loba, su mirada se había vuelto más intensa, el Beta sabia que si ella seguía luciendo dudosa, pero a la vez segura de sí misma lograría despertar aún más su naturaleza primitiva de Lobo salvaje, la mirada que Killian tenía estremeció a Lillith nadie la había mirado de la manera en la que el Beta la observaba.
— Te deseo, sí que lo hago jodidamente y tú marca no ayuda mucho, pero no pierdo mi autocontrol, yo elijo el momento y créeme que no es el momento, pero no te confundas, no obstante no niego que te deseo, pero no te amo y nunca lo haría - Expresó Killian.
— Entonces debería de buscar a otro lobo que me desee con tanta intensidad, que me haga temblar de placer, y voy a buscar un lobo que no sea cobarde que me dé todo aquello que deseó - Lo expresado por Lillith había encendido algo en el interior de Killian.