Capítulo 79
1702palabras
2023-09-27 06:47
- Buenos días! ¿Donde están todos? - Es la voz de mi madre llamando en la primer planta de la casa.
- Dios mio! Nos va a ver! - Les digo saltando de la cama buscando ropa y ellos con toda la calma del mundo se desperezan - Rápido! Vistanse. - Les pido asustada
- Amor, no estamos haciendo nada que ella no presienta - Me responde Daimon sentándose
- Buenas! ¿Hay alguien en casa? - Vuelve a decir subiendo las escaleras.
Apenas logro ponerme la pijama que quedo en la silla sin usar, antes de oir los golpes en la puerta.
- Voy! Dame un segundo mami - Le grito nerviosa.
Daniel se pone el pantalón y se acerca a abrir.
- No! Ponte la camisa! No se te valla a ocurrir salir así! - Le digo poniéndome frente a él.
- Victoria! Tranquila! Aunque me ponga la ropa ella imagina que estábamos haciendo anoche. Los bebes no se crean por arte de magia y tu madre lo sabe o ¿de donde crees que saliste tú? - Me dice y yo resoplo.
- Los espero en la cocina hijita, traten de bajar presentables. María viene conmigo - Dice mientras escucho sus pasos alejarse
- Ven, vamos a bañarnos! - Me dice Daimon esculcando en el closet mientras saca mi ropa y la examina eligiendo que desea verme puesto.
- No. Nos bañaremos por turnos! En serio no quiero que ella nos vea. Por favor! - Les suplico, pero ellos ya están desnudos esperándome.
- Si no entras con nosotros bajaremos así. La desnudez es algo natural. - Me dice con su mirada retadora.
Bañarnos fue todo un desafío, el baño no está apto para tres personas y menos del tamaño de ellos.
El espacio es pequeño y ellos parecen pulpos moviendo sus manos por todo mi cuerpo con la escusa de ayudarme a "jabonar".
- Vean ese reguero de agua! Les dije que era mejor por turnos - Les digo cuando salimos pero a ellos les da igual
- ¿No entiendes que es una necesidad física estar a tu lado? Nos tienes enfermos! - Me dice Daimon mientras bajamos las escaleras.
- Mamita! ¿Que haces acá? - Le digo cuando entró a la cocina.
- Hijita! Me dieron salida! Anoche los doctores me revisaron y los dolores se han ido por arte de magia! Me hicieron exámenes y estoy completamente sana! Me siento como de 15 años! - Me dice feliz como no la veía hacia tanto tiempo.
- Victoria! Te iba a preguntar que como estabas, pero no se pregunta lo que se ve. - Me dice Maria mientras los ve llegar a mi espalda.
- María, ellos son Dániel y Daimon. Son los prometidos de mi niña - Dice mi madre mientras los presenta. - ¿Puedes creerlo? Acá no tuvo nunca ni siquiera un amiguito con derechos y a regresado dizque lista para casarse! ¿Ah?
- Gracias a la diosa que no los tuvo! De lo contrario este viaje se habría convertido en una escena del crimen - Dice Daimon y luego sonrie para eliminar la tensión de su comentario.
- Creo que iré a visitar ese país, tal vez la suerte me acompañe y también consiga mi amor allá. Ojalá todavía tengan promoción de dos por uno - Dice Maria riendo. - ¿Todos los hombres son tan... guapos? - Les pregunta.
- Es cuestión de Alfas - Le responde Daimon estirando la mano para saludarla.
- ¿Alfas? ¿Como los animales? - Pregunta ella.
- Todos tenemos un poco de eso en la sangre. Es un gusto conocerte - Responde Dániel tratando de esquivar el tema. - Nos alegra mucho que estés mejor Amanda! Ahora nuestra pequeña estará más tranquila - Dice esta vez dirigiéndose a abrazar a mi madre.
- No tengo idea que me hicieron, pero no tengo como pagarles. - Le dice ella y Daimon ríe.
- Tranquila suegrita, que del pago se encarga tu hija - Le doy un codazo y él se queja mientras mi madre rueda los ojos.
- Virgen Santísima. Hare como que no oí eso. - Dice ella poniéndose roja.
Nos sentamos todos a la mesa y saboreo la comida que tanto extrañaba.
Ellos se adaptan fácilmente, la relación antes tensa con mi madre a quedado en el pasado.
- Bueno, ahora que estas bien aprovechemos el poco tiempo que nos queda. ¿A donde viajaremos? Queremos conocer el país, nunca hemos ido al mar. De donde venimos es común el bosque y el hielo. Pero por las fotos que vimos en el aeropuerto acá tienen unas playas dignas de visitar - Dice Dániel y yo me emocionó
- Si! Nosotras tampoco conocemos! Seria genial poder ir! - Le contesto feliz y siento sus labios en los mios
- No se diga más entonces, si eso te hace feliz, eso haremos! - Me responde acomodándome en sus piernas.
- Hola Samuel. ¿Como va todo? - Oigo a Daimon hablar mientras Dániel con mi portátil revisa los lugares a donde iremos - Estaremos una semana. Si ocurre alguna novedad avísanos, estaremos pendientes - Le dice antes de colgar. Valoro mucho el esfuerzo que están haciendo, para ellos no es fácil dejar la manada.
- Cartagena, Santa Marta y Barranquilla - Dice Dániel levantandose - Hagamos maletas. El vuelo sale en dos horas. - Mi madre me mira con los ojos muy abiertos
- ¿Es en serio? ¿Vamos a viajar? - Habla mirándome incrédula
- Claro que si. Maria, alista vas con nosotros. - Le dice Daimon y ella nos mira a las dos sin saber que responder.
- Yo.. yo no tengo dinero - Responde apenada.
- ¿Quien te esta pidiendo? Tú haz ayudado a la mujer que le dio vida a nuestra compañera. Es nuestra forma de pagar tus atenciones. - Le dice y yo los miro con amor. Esos detalles de amabilidad son los que tanto derriten mi corazón
La vista de un mar majestuoso nos recibe al aterrizar. El paisaje es hermoso, impresionante.
Desde niña habia soñado con conocer, pero nunca habíamos podido salir de la ciudad, nuestra situación económica no nos permitía esta clase de lujos.
Mi madre camina por la playa descalza y la felicidad que siente es visible en sus ojos.
Ellos no pierden el tiempo y se meten a nadar, están acostumbrados al ejercicio.
- ¿Como haces para no sentir celos? Yo ya estaría mechoneando a mas de una - Me pregunta Maria al notar igual que yo las miradas descaradas que las mujeres les brindan.
- Son míos.- Enojo los hombros al responder - Ellas los pueden mirar, pero solo yo los tengo - Le digo sonriendo embelesada admirandolos. Mis hombres son demasiado perfectos.
- Ven amor! - Me grita Daimon mientras se acerca a tomar mi mano.
- Espera me cambio, no voy a entrar con ropa. - Le respondo mientras me saco la camisa y la falda para quedar en el bikini.
Él me mira y gruñe asustandolas.
- No vas a andar así. Todos te van a mirar. - Me dice tratando de poner su camiseta por mi cabeza. Mientras Dániel nos mira en la orilla
- ¿Ves a alguien vestido en el agua? - Le pregunto molesta
- Ese bikini es muy pequeño, no te cubre nada. No quiero que todos vean tu cuerpo - Me responde serio.
- No es pequeño! ¿Es que acaso no ves como están las otras mujeres? Ademas y no digo nada porque todas los miren con ganas - Le digo caminando hacia Dániel y él resopla a mi espalda.
- Por supuesto que no veo. No me interesa mirar a ninguna mujer que no seas tú! - Me dice tomando mano
- Eres todo un espectáculo mi pequeña. - Dice Dáni recorriendome con la mirada cuando llegamos a su lado.
- Ay si! "Iris tidi in inspicticili" Lambon! Tratando de hacerme quedar mal, como si no te estuviera hirviendo la sangre también por verla casi desnuda frente a todos. - Le dice lanzandole un manotazo.
Los dos reímos con su comentario, esta muy nervioso hoy! Creo que el Daimon tranquilo se ha quedado en la manada.
- Si no puedo lograr que te cubras, entonces nos adentraremos más al mar, no quiero que te vean y es en serio - No le conocía ese lado, pero no dejaremos que sus celos nos arruinen el día.
Me turno para estar pegada a sus pechos y jugamos hasta que el sol empieza a ocultarse.
Cansados salimos a reunirnos con ellas para caminar de regreso al hotel.
Al pasar unos chicos que están bebiendo y no han dejado de mirarme de forma indecente susurran entre ellos y Daimon con su oído desarrollado se gira furioso.
- ¿Que putas decias? No te enseñaron que no se mira ni se habla de lo que tiene dueño. - Les dice Máximo acercándose con voz amenazante haciendo que ellos se levanten y tartamudeen disculpas para luego salir corriendo atemorizados
- Si no te calmas me vas a hacer molestar - Le digo y él toma mi cara y me besa con fuerza
- Eres solo nuestra mi tesoro, no soporto las miradas lujuriosas que te dan. Si te cuento lo que estaban diciendo de tu cuerpo tambien los habrias querido moler a puños. Maldit*s enfermos. - Respira agitado aún
- Calmate hijo. No hay necesidad de ser tan posesivo. Ellos no dijeron nada! Debes estar insolado y por eso creiste escucharlos hablar. Pobres muchachos salieron espantados. - Le dice mi madre, si saber que tan posesivos y territoriales pueden llegar a ser.
Las vemos adelantarse mientras él se tranquiliza
- No vinimos a pelear. Tienes razón, yo también quería partirles la trompa, pero esa no es la imagen que queremos dejarle a Amanda. - Le dice Dáni y él asiente de mal gusto haciendo que Máximo regrese a su interior.
- Si no me quieres ver así, entonces busca la forma de calmarme, creo que se me esta acumulando la testosterona - Me dice mirándome como si fuera comida
- Ese es tu estado natural! - Le respondo arrancando a correr mientras ellos ríen detrás mío dándome ventaja.
Soy feliz! Inmensamente feliz!