Capítulo 77
1906palabras
2023-09-27 06:46
Los giros que da la vida son tan imprevisibles que puedes cambiar de un estado de total miseria a uno de absoluta felicidad en cuestión de solo meses.
Estoy frente al hospital, pero esta vez la sensación no es la misma..
Mis hombres me acompañan, mi madre esta esta en proceso de recuperación y en mi cuerpo tengo un pequeño corazón que late con fuerza. Mi bebé.
Camino por el pasillo y veo a Maria salir de la habitación.
- Victoria! ¿Que haces acá? Tu madre va a estar feliz de verte! - Me dice abrazandome cuando llega a mi encuentro.
- Si, eso espero! Ya la extrañaba tanto! ¿Si esta mejorando como me haz dicho? o solo me decías para que estuviera tranquila. - Le preguntó y ella me vuelve a abrazar.
- Esta mejorando, no te he mentido. Pero como te dije esto lo que nos da es un poco más de tiempo, pero no la va a curar del todo. Estar en esta clínica a sido una bendición! Aún tu madre ha estado muy nerviosa por tus envíos de dinero. - Me dice mirándome compasiva
- Si, eso pensé. - Le respondo mirando hacia atrás y los veo a los dos siendo presas de las miradas indiscretas de las mujeres que van pasando.
- ¿Viajaste sola? - Me dice mirando hacia ellos - ¿Que paso con tu trabajo?
- No, he perdido un permiso, estaré unos pocos días. - Ellos me sonríen cuando sus ojos se encuentran con los míos.
- ¿Vienen contigo? - Me pregunta intrigada.
- Si. Te contaré luego, voy a entrar a verla. - Me siento nerviosa por la reacción que tendrá mi madre, pero no he viajado para acobardarme en la entrada.
Me encamino y los siento llegar a mi lado.
- Yo entraré contigo - Se adelanta Daimon, me muerdo el labio. Mi madre nunca me ha visto con nadie y es mucho lo que debo contarle.
Voy a responderle, pero su mirada me hace notar que no va a cambiar de decisión
- Si no hay más opción, entonces vamos - Le digo rodando los ojos.
Al llegar a la habitación abro con cuidado. Me asomo y su cara de sorpresa es inmensa.
Se lleva las manos a la boca y luego las estira invitándome a llegar a su lado, me abraza con fuerza y llora emocionada.
- ¿Hijita que haces acá mi niña? ¿Como haz hecho para regresar tan rápido? - Me pregunta tocando mi rostro aún incrédula de tenerme a su lado.
- Eso no importa mami! Estoy tan feliz de verte y comprobar que te estás mejorando. - La abrazo y lloro de alegría! Amo con el alma a esta mujer que se ha esforzado tanto por mi. Que me ha llenado de amor, atención y cuidados.
Al soltarnos mira curiosa al hombre que está detrás mío, claramente inocultable con su más de 1.90 de estatura.
- ¿Quién te acompaña mi niña? - Lo examina ladeando su rostro.
- Perdóname mami! Olvidé presentarte, él es Daimon. Él es... - No se como empezar, se va a ir de espaldas cuando le cuente que estoy comprometida. Que vivo con ellos. (Esa es la parte más compleja del asunto, no quiero negar a ninguno). Y además que estoy embarazada.
- ¿Él es? - Me pregunta al notar mi silencio - ¿Cuál es la duda en responder hijita? ¿Haz conseguido novio? - Me dice risueña
- No soy su novio. Yo soy uno de sus prometidos. Me alegra conocer al fin a la madre de la mujer que amo. - Le suelta impaciente como siempre - Victoria nos ha hablado mucho de usted. - Le dice acercándose y tomando su mano para estrecharla.
- ¿Prometidos? - Le dice ella abriendo los ojos como platos.
Lo miro y niego con la cabeza enojada. Frunce sus hombros, no entiende porque debería darle rodeos a algo que es natural para él.
- ¿Mami, como va el tratamiento? Me gustaria hablar con el médico y saber realmente cómo estás. - Trato inútilmente de cambiar el tema
- Victoria. ¿Prometidos? ¿Que es lo que esta pasando? ¿Como conseguiste el dinero para pagar mi estadía en esta clinica? Esta vez no vas a eludir a mis preguntas - Su voz ha perdido toda la ternura, esta molesta. Lo mira de arriba a abajo y luego sus ojos se posan sobre los míos que la observan muerta de nervios.
- Mami, eso no es importante. Te dije que íbamos a salir de esto juntas. - La habitación se siente pequeña y asfixiante, mis piernas tiemblan.
- Amor, respira, siéntate y le pedire a Dáni que te traiga agua. - Dice Daimon metiendo más la pata mientras me ayuda a llegar a la silla cerca de la cama.
- Victoria estoy esperando una explicación. ¿Como conseguiste el dinero? ¿Si tú contrato era por un año como es que conseguiste viajar ahora? Claramente ese hombre te está dando el dinero, ¿No es así? ¿Acaso no te eduque con valores? ¿Estas con él para que te ayude económicamente? - Sus palabras son golpes en mi corazón y mis ojos se inunda.
No se como explicar todo lo que ha pasado. Los giros que ha tenido mi vida. Siento que no ha sido una buena idea traerlos conmigo hoy.
- No. Su hija no está a nuestro lado por dinero. Muy pronto será nuestra esposa. La amamos y nos ama. Ella se gana el dinero trabajando hombro a hombro con nosotros. - Le dice con su voz autoritaria. - No hemos hecho un viaje tan largo para que se sienta mal y sea juzgada - Quiero que la tierra se abra y me trague. Él cree que está hablando con alguien de la manada.
La puerta se abre y Dániel ingresa con una botella de agua.
- ¿Que pasa? ¿Por qué llora? - Le pregunta a Daimon ignorando la mirada de mi madre
- ¿Quien es él?. - Pregunta ella sentándose completamente
- Él es el hermano de Daimon - No quiero levantar la cara para encontrarme con la mirada recriminatoria que se que me espera.
- Por Dios Victoria, eso es más que obvió. No entiendo que esta pasando acá. ¿Quienes son ellos?
- Mami, ellos son... Es complicado. - Le respondo con un hilo de voz
- Hija las respuestas son sencillas. ¿Quienes son? - Esta vez la pregunta va dirigida a ellos
- Yo soy Dániel Evans y él es mi hermano Daimon. Es un gusto conocerla - Le responde él - Somos la pareja de Victoria - le dice al final y yo siento que la sangre se me congela.
- ¿La pareja? ¿Los dos? -Su voz suena alarmada y se levanta para ponerse frente a mi.
La miro y las lágrimas corren por mis mejillas
- Mami, te puedo explicar las cosas - Me incorporo tratando de hablar
- ¿Es esta la educación que haz recibido Victoria? ¿No te da vergüenza? - Su mano se estrella en mi mejilla y ellos gruñen. Dániel se pone frente a mi interponiendo su cuerpo entre las dos.
- No vuelva a tocarla! No le voy a permitir que la lastime. - Si las miradas mataran mi madre ya no estaría con vida.
- No llores mi tesoro. No te hemos traído para esto. - Me dice Daimon acariciando mi cara y limpiando las lágrimas que me bañan.
- Usted no se meta, esta conversación es con mi hija! Salgan de acá los dos. - Les ordena
- Necesito un momento a solas con mi madre, por favor - Les suplico, pero ellos no se mueven.
- No te vamos a dejar. Si delante de nosotros te a pegado no quiero pensar que puede pasar si salimos, además esté tipo de emociones le hacen daño al bebé. Lo mejor será que nos vallamos todos. - Dice Daimon, am oirlo la poca calma que me quedaba se va.
- ¿Bebé? ¿Estas embarazada Victoria? - Llora indignada - Habría preferido que me dejarás morir si hubiera sabido que ese viaje te iba a convertir en esto. Esta no es mi hija - Sus palabras me duelen.
- Es suficiente mi pequeña. Vamos! - Dániel toma mi mano y trata de sacarme.
- Por fin tiene razón en algo. Es pequeña para ustedes ¿Cuanto le llevan? Les dejaré claro algo, porque imagino que ella no lo ha hecho. Mi hija no está sola. Ella no está desprotegida. Se equivocan si cree que se podrá aprovechar de su inocencia y necesidad para cumplir sus vejaciones con ella. - ¿Por qué se porta?
- ¿Perdón? Nadie la está abusando ni cometiendo ninguno de los actos que dice. Ella es una mujer amada y feliz. No debería lanzar juicios sin conocer la situación primero. - Le dice con un tono desafiante acercándose a ella.
- ¿Les vendiste tu virginidad? ¿Así lograste pagar el tratamiento? ¿Ese era el trabajo que ibas a hacer? - Mi llanto es audible.
- No permitiré que le hable así. Estamos de acuerdo en algo y es que ella no esta sola. No voy a dejar que nadie ni nada le haga daño y eso la incluye a usted. - Las venas de Dániel se brotan y sus ojos brillan tratando de controlar a Logan que lucha por salir
- ¿No es una vejación? ¿Entonces como llama a lo que están haciendo? Mi hija esta embarazada y me imagino que ni siquera sabe cuál de los dos es el papá de esa criatura. Eres una vergüenza Victoria- Jamás, jamás me había hablado así. Nunca había sido tan dura conmigo y me duele en el alma oír sus palabras.
- Ha sido un gran error haber venido. Y usted no deberia preocuparse por nada relacionado al bebe porque no lo va a conocer. - Dice Daimon parándose al lado de Dániel. - Además ella no tiene nada de que avergonzarse. Vergüenza debería darle a usted juzgarla sin siquiera darle la oportunidad de hablar. - Dice y toma mi mano, pero me suelto y me acerco a ella nuevamente.
- Mami, he venido a visitarte porque te amo y te extraño mucho. Quería contarte que me voy a casar y que serás abuela. Quería pedir tu bendición, pero no me estas dejando hablar. - Esto que esta pasando no me imagine ni en mis peores pesadillas.
- ¿Me amas? Si me amaras no me causarían esta pena. Estas viviendo en pecado. Ese bebé es fruto de la aberración que estás cometiendo. - Me dice y ellos gruñen. Respiro agitada, me estoy ahogando en lágrimas.
- Nos vamos amor. - Me dice Daimon tomando mi mano y sacándome de la habitación pese a mi esfuerzo por detenerlo. - Dániel necesita hablar con tu madre. Regresaremos luego de que comas, se te va a bajar el azúcar.
Todas las imágenes que mi mente había creado de un encuentro feliz se habían desmoronado.
Haber estado tanto tiempo en la manada sin ser juzgada, viviendo nuestra relación con tanta aceptación que me había dado la falsa ilusión de que sería igual cuando lo contara en mi mundo, pero no. Que equivocada estaba.
Mi madre no lo entendía. Su religión no le permitía aceptar que era amor lo que uno unía. Que el amor no solo se da en parejas tradicionales, que se puede manifestar de muchos modos y que eso no le resta valor.