Capítulo 74
1207palabras
2023-09-14 12:00
No puedo creer lo equivocado que estaba respecto a los humanos.
De frágiles no tienen nada y eso nos lo demuestra con creces nuestra compañera.
Apesar de estar caminando extraño se despertó con toda la disposición para entrenar con nosotros y esa valentía y compromiso hacen que la ame cada vez más.

Mis ojos se deleitan en recordar la imagen tan sexi que tenía mientras me montaba y Daimon disfrutaba de su cuerpo.
Por las caras que él hacia estoy seguro que disfruto hasta el cansancio de ese agujero que tanto nos provocaba y que él se dio el lujo de estrenar.
Yo no creí que ella fuera a acceder.
La imagen que tenía era de una mujer inocente, tímida y pura.
Pero Dai supo despertar su fuego y eso nos abre una puerta de diversión, porque apesar de compartirla de manera consciente y racional y saber que ella nos pertenece en igual medida a los dos tanto como le pertenecemos nosotros a ella, en el sexo las cosas son un poco más complicadas. Ver como el otro la posee es un trago amargo, y no lo pienso y siento solo yo, Daimon gruñe en mi mente cuando mira como la penetro o juego con su cuerpo. Pero es comprensible porque los dos somos posesivos y obsesivos, así que poder estar al tiempo es un alivio porque así disfrutamos todos.
La veo pasar por la entrada del gimnasio y no puedo evitar recordar sus expresiones de deseo, lujuria y dolor y el placer tan inmenso que fue sentirla así!

Estoy disfrutando de la imagen cuando el dolor me hace caer de rodillas
- Alfa! Asi vamos a perder! - Me dice Samuel dándome la mano para ayudarme a levantar. Estamos entregando por equipos y con ella cerca es una sentencia de derrota porque mi concentración anda perdida en su olor, su cuerpo, sus ojos...
Daimon esta patrullando pero ya viene de camino. Hemos recibido reporte de ataques en las otras manadas. Parece ser que algunos cazadores se están acercando de más a nuestros territorios y eso nos preocupa.
- Amor, uno de los niños sufrió una caída y voy a evaluarlo. - Ya esta tomando su posición como Luna. No siente temor de involucrarse, la veo en la cocina con Susy, en la escuela infantil con Angela y el poco tiempo que le dejamos libre lo usa en acomodar el sitio que será destinado a su trabajo: la enfermería.

La veo embelesado. Creo que si no tuviera la boca cerrada estaría escurriendo babas.
Por la diosa que adoro a esta mujer! Todo de ella me encanta.
Asiento y ella sonríe dando la vuelta.
- Dániel, cuando vallas al pueblo deberías comprar unos baberos! - Me dice Frank al entrar y Samuel ríe ganas.
-¿Se están burlando de su Alfa? - Les pregunto levantando una ceja.
- Solo digo lo que es evidente! Esa mujer los tiene comiendode su mano. - Responde mientras salen corriendo evitando que los atrape.
Pasó a las duchas y me encuentro con Daimon.
Ha encontrado algunas trampas en el perímetro y un rastro de olor que los acerca a los linderos del río.
- He destinado a un grupo para que hagan ronda continua. Si los encontramos no los dejaremos salir.
Ahora ya no le parece tan descabellada mi obsesión con la seguridad.
- ¿Donde esta? He pasado a la casa a buscarla y no la encontré - Dice mientras se baña.
- Esta cerca. Ahora mismo nos está esperando
con las demás chicas - Le respondo mientras termino de vestirme. - Adelantate, debo ir con Frank a ver un asunto y en breve los alcanzo en el comedor. No me ha dicho nada, pero creo que ha seguido vomitando y veo complicado que podamos viajar.
- No Dániel, los pasajes ya están listos. Quiero que le demos esa sorpresa. No creo que sea nada grave, ya le pedí a Susy que estuviera más pendiente de su alimentación. Si continúa llamaremos al médico. Pero no aplacemos más el viaje. Además con esto de los cazadores es bueno que la saquemos mientras se encargan de limpiar a los invasores.
- No estoy tan seguro. - Siento que dentro de la manada está más protegida. - Vemos esta noche y decidimos.
Salimos al tiempo y me dirijo al claro donde me espera Frank y él se dirige a buscarla.
- ¿Los haz encontrado? ¿Tenemos alguna pista? - Le pregunto, pero por su cara supongo que no hay avance.
- Nada Alfa. Parece que se los trago la tierra. Hemos perdido su olor y como se rompió el vínculo eso ha dificultado el trabajo. - Me dice.
- No quiero cabos sueltos Frank. Ellos cruzaron la línea y no permitiré que se vuelvan a acercar.
Y las amenazas de Ashley me preocupan, una mujer herida es un peligro. Y quiero las cabezas de esa familia. Debí hacerte caso y actuar a tiempo con el primer signo de rebeldía. - Lamento no haber seguido el consejo de mi Beta.
- Tranquilo Alfa. En la tarde iré al pueblo tal vez algún informante nos de alguna pista.
- Eso espero. Si los atrapas, encierralos y dales aconito. Me reservaré el placer de hacerlos sufrir personalmente. Las lágrimas que le provocaron se las haré pagar una a una. - le pido antes de irnos a buscarlos.
Llegamos al comedor y como era de esperarse Daimon no ha perdido tiempo y ya tiene sus manos sobre ella.
Me acerco por su espalda y beso su marca haciendo que ella se estremezca.
- ¿Estas seguro que eres solo Lobo? Yo creo que tienes también mitad de pulpo. Es increible que no puedas dejar las manos quietas, eso no es normal. - Le digo y él afila su mirada y luego ríe.
- Eso que sientes se llama envidia hermanito. - Me responde mientras me siento al lado dejándola en la mitad.
- ¿Ya te calmaron los mareos? - Le pregunto mirandola.
- Si amor, la abuela me ha dado unas infusiones y Susy extrañamente ha quitado todo el azúcar de mi dieta. ¿No se a quien debo agradecer por eso? - Dice poniendo los ojos en blanco.
- La única golosina que tendrás es esta - Le dice Daimon llevando su mano a su miembr* que por lo visto ya está duro de nuevo. - Sus mejillas se ponen carmesí y es hermosa verla avergonzada.
- De hecho pensando en tú salúd. Nosotros comeremos dulce y lo filtraremos para ti. - Le dice llevando sus dedos hasta sus labios haciendo que ella los chupe por instinto.
- Ay por Dios! Que romántico estas hoy! - Le respondo y todos reímos.
- En vez de apoyarme! Tú también te ibas beneficiar! - Me dice dándome un puño
- Cambiando de tema. Te quería preguntar algo mi pequeña, ¿haz llamado a tu madre hoy? ¿Ya se encuentra en casa o aún está hospitalizada? - Le pregunto y una sombra de tristeza atraviesa su rostro. La extraña. Y eso es suficiente para saber que debemos llevarla. La manada se podrá sostener si no tardamos mucho, porque los dos viajaremos con ella.
Es hora de que conozcamos a su familia, que ahora también es nuestra.