Capítulo 69
1667palabras
2023-08-31 02:02
- Buenas tardes Luna - Casi escupe las palabras - Tiempo sin verte - ¿Como se llamaba esta mujer? ¿Shirly? ¿Sharon? Forzó a mi mente a recordar su nombre sin éxito, pero si recuerdo perfectamente quien es.
- Creí que Dániel te había sacado de la manada. ¿Que haces acá? - Le digo con un tono seco y cortante, no me interesa ser amable con ella.
- Jajajaja lo intento, pero Daimon me recibió gustoso en sus brazos. Tenemos un pasado que nos une de maneras muy íntimas. Incluso en este momento esta en mi cama descansando, agotado. Despues de dejarte dormida esta mañana me busco para una deliciosa sesion de buen sexo, porque tú con ese cuerpo tan enclenque y debilucho no podrías darle ni la décima parte del placer que recibe conmigo. El necesita una mujer a su lado, no una niñata - Sus palabras son venenosas. - ¿Pero sabes? En realidad no he venido a darte clases. La razón de mi visita es para advertirte que disfrutes mientras puedas del puesto que estás usurpando. Porque muy pronto las cosas volverán a su cause normal. - La miro con furia. - ¿Ya te contaron que un enemigo del pasado te anda buscando? La única razón para que te eligieran a ti es porque necesitan un sacrificio y no podrán en riesgo a la verdadera luna de esta manada, y ese puesto yo lo me lo he ganado desde hace mucho tiempo. - Finaliza esperando verme derrotada.
- Mira, como quiera que te llames. Te voy a pedir el favor, de la manera más amable posible, de que te alejes de nosotros. Si tuviste algo que ver con ellos, eso hace parte del pasado. Su presente soy yo. Su futuro soy yo! Y no voy a permitir que nada ni nadie arruine nuestra felicidad y para que te quede claro yo no necesito una loba en mi interior para defender lo que es mio. - Su mirada me atraviesa cuando termino de hablar.
- No desenfundare mis garras para ensuciarme contigo. La venganza es un plato que se sirve frío. Espero que recuerdes mis palabras Victoria. - Me dice y da la vuelta para perderse entre los árboles.
¿Que diablos fue eso? Más vale que no sea cierto lo que dice de Daimon! y ¿Como que me están buscando?
Siento el malestar llegar, sudo frio y mi boca se llena de saliva caliente, corro tan rápido como puedo directo al baño, a penas logro llegar a tiempo para vómitar lo poco que acababa de recibir mi estómago.
Me levanto y me lavo la cara, que siento sudorosa.
Saco uno de los cepillos de dientes que están en la gaveta y me aseo.
La casa de la manada de este territorio está relativamente cerca.
Me encamino anhelando encontrar allí a Susy o a Angela.
Me molesta que sus palabras me desestabilizaran tanto.
Estoy segura del amor que Daimon siente por mi. Pero aún así solo imagínar lo que esa perr* dijo pueda ser verdad me devuelve las ganas de trasbocar.
Me recargo contra un árbol dando tiempo a que las náuseas me abandonen.
- ¿Estas bien Luna? - Levantó la mirada y me encuentro con el antiguo beta de esta zona, me mira de manera intensa mientras se me acerca y me sujeta por la cintura. Ya había sentido esas miradas cada que me veía pasar, pero hoy su descaro es más evidente.
- No necesito que me sostengas, solo tengo mareo. Necesito llegar con Susy - Le alcanzo a decir antes de que mis piernas fallen y las arcadas me invadan haciéndome doblar.
- Tranquila - Frota mi espalda mientras me sostiene - Te llevare a casa Victoria y estaras bien - Me dice mientras pasa sus manos por debajo de mi rodilla y me carga en sus brazos. Quiero decirle que no, pero no siento fuerza para hablar. La cabeza me da vueltas y las náuseas son cada vez mayores.
- Soy tu Luna, no me llames por mi nombre, eso solo lo hacen mis compañeros - Le digo con un hilo de voz, me siento débil.
- Si Alexander estuviera vivo las cosas serían distintas, tú lugar no sería con ellos - Susurra mientras camina.
- ¿De que hablas? Bajame! - Le exijo pero él parece estar en otro planeta.
Al llegar se sienta en el porche y me recarga contra él mientras su mano toca mi espalda desnuda.
- ¿Todas las humanas son tan calientes como tú? - Me pregunta mirándome fijamente, con una mirada lujuriosa que empiezo a temer. No entiendo su pregunta. Trato de enderezarme porque me resulta incómoda esta situación, no quiero sus manos en mi cuerpo. Pero él me sostiene cada vez con más fuerza pegándome su pecho . - Desde el día que te vi no dejo pensarte, y luego cuando oí tus gemidos, no imaginas lo que me provocaste. - ¿De que esta hablando? Lo empujó con mis manos en un intento fallido por apartarlo.
- Bajame, ahora mismo - Le ordeno. Solo esto faltaba para empeorar mi día. Pero su agarre no cede, su mano sube y baja por mi espalda de manera brusca y sus ojos se empieza a oscurecer mientras me mira. - Si no lo haces, empezaré a gritar, y le contaré esto a ellos. Te van a matar si se enteran que me tocaste. - Le digo intentado que recupere la cordura.
El crujir de las hojas secas al ser pisadas llaman su atención, los pasos se escuchan cada vez más cerca.
- Luna! ¿Que paso? - Me giro buscando el origen del sonido y gracias al cielo es Susy quien se acerca, trayendo unas bandejas en sus manos. Nos mira confundida.
- La luna se desmayo en el camino, la traje a casa para que estuviera segura. Llamare a los Alfas. - Dice el hombre soltandome al fin, mientras se levanta con una erección notable.
- Adam, eso fue lo primero que debiste hacer en cuanto la encontraste: llamarlos y llevarla con nosotros, tú sabias que ellos no estaban acá. No había razón para traerla a esta casa. Es mejor que te vallas a hacer ronda, yo esperare con ella a que los Alfas regresen. - Le dice molesta.
Camina algunos metros y se gira a verme, comiéndome con la mirada y luego corre perdiéndose por el sendero.
- ¿Te sientes bien? ¿Te hizo algo? - Me pregunta preocupada mientras abre la puerta para que entremos a casa. - Eso hombre no me inspira confianza me da miedo.
- No Susy, lo que dijo fue cierto. Creo que se me bajo el azúcar y él solo me trajo a casa tratando de ayudar. - No quiero agrandar el problema, además debo aprender a defenderme sola.
Y mi mente tiene algo más importante en que pensar. Daimon y esa mujer.
Me siento en el sofá mientras ella me ayuda con un vaso de agua y las fuertes pisadas en el exterior me avisan que han llegado.
A pesar de querer no logro disimular lo enfadada que estoy con Daimon. ¿Por qué la recibió? ¿y que razón lo impulso a mantener el secreto?
Entran en casa corriendo y se acercan a revisarme, pero al tocarme los ojos de Daimon se ponen negros.
- ¿De quien es ese olor? ¿Por qué hueles a otro macho? - La voz fuerte de Máximo retumba en todo el espacio.
- Me maree y uno de los chicos me tuvo que cargar. - Le digo apartando sus manos
Dániel se inclina y me besa suavemente.
- ¿Paso algo mas? - niego - ¿Te sientes en condiciones de ponerte de pie? Me gustaria que fueramos a bañarnos y luego llamaremos al médico para que te revise. - habla mientras me acaricia la cara.
- Si amor, pero me gustaría hablar algo con Daimon un momento en privado primero, luego tomaremos la ducha juntos - Le pido y él me mira extrañado pero acepta. Besa mi frente y se dirige a la salida junto con Susy.
- Iré a la otra casa a traer la comida, no tardo - Me habla mientras avanza hacia la puerta.
Su mirada se encuentra con la de Daimon mientras esté se acerca para sentarse a mi lado tomando mi mano que suelto enseguida rechazando su agarre.
- ¿Sucede algo amor? - Me mira confundido.
- Explícame por qué razón le diste acogida a la mujer que Dániel expulsó de la manada. - Sus ojos grises antes fijos en los míos ahora se clavan en el suelo haciéndome sentir un dolor punzante que logra que mis ojos se llenen de lagrimas. Es verdad...
- Mi tesoro, puedo explicarlo. Cuando ella llego pidiendo asilo, la recibí honrando la amistad que su padre tuvo con él mio. Pero luego te conocí y las cosas cambiaron. - Me dice
- ¿Donde estabas? - Dios, que no me diga que estaba con ella, por favor! Pero su silencio me desespera - ¿Estabas esta mañana en compañía de Dániel? - Miro como se tensiona y su ceño se frunce.
- ¿Como supiste lo de Ashley? ¿Quien te lo dijo?
- ¿Estabas con Dániel? ¿O debo llamarlo y preguntarle a él? - Le digo levantándome de la silla
- Victoria, no! Todo tiene una explicación. - Y eso confirma que si es cierto.
- ¿Estabas con ella Daimon? - No puedo aguantar más y rompo en llanto.
- No, amor! No es lo que estás pensando! Todo tiene una explicación, solo permiteme contarte - Siento que me hundo, que me rompo en pedazos, me duele el y las lágrimas caen sin control por mis mejillas. Me levanto y él toma mi mano con fuerza.
- Suéltame! No puedo creer que me estés haciendo esto! - Le digo tratando de salir de su agarre
La puerta se abre y Dániel ingresa
- ¿Que esta pasando acá? ¿Por qué llora Victoria? ¿Que sucedió Daimon? - Su tono es ronco y seco, esta molesto.