Capítulo 78
1209palabras
2023-07-31 17:02
Sigo tumbada en el suelo mientras Mark coge su cuchillo, intento moverme pero el cabrón ha apretado con fuerza las cuerdas y yo apenas tengo fuerzas ni para incorporarme. De repente Mark se gira y veo como su cara cambia de expresión.
“¡Maldita sea, hijos de puta!” gruñe mientras me mira a mí y vuelve a mirar hacia adelante. En ese instante me doy cuenta de que no es que no tenga fuerzas, es que sigo paralizada, pues no puedo ni girar la cabeza para ver que está pasando.
Apenas tres segundos más tarde veo lobos, muchos lobos echarse sobre Mark. ¿Me han encontrado? ¿Han venido a rescatarme?. Siento de repente una conexión familiar, una especie de chispas recorren mi inmóvil ser.
“Ya está cariño, te tenemos mi vida”, la dulce voz de Eros está mezclada con la de Kai, pero sé que es él, reconocería a Eros de cualquier manera posible. Quiero llorar de felicidad, sé que aún no estoy a salvo, pero me ha encontrado, han llegado hasta mí desde tan lejos.
De repente Eros cae a mi lado y Mark se abalanza sobre él gritando y sacando los dientes, la rabia me recorre y una lágrima abandona mis ojos, no puedo hacer absolutamente nada y Mark tiene a Eros a su merced.
De la nada una rápida sombra se abalanza contra Mark pero éste lo esquiva y el lobo se golpea dolorosamente contra unas rocas afiladas. ¡Oh diosa, es Roy!, no aguanto más, necesito recuperar el control de mi cuerpo, por favor, por favor diosa, ¡ayuda!.
Eros se abalanza sobre Mark y ruedan mientras sacan las uñas y dientes, otro lobo se abalanza sobre Mark y éste le desgarra parte de la cara con sus garras, el lobo grita de dolor y en su timbre reconozco un tono familiar, ¿papá?. Aprieto los puños con fuerza, maldición, ¡necesito moverme! Un momento, ¿he apretado los puños? Soy consciente de mi capacidad de movimiento cuando consigo hacer fuerza con las manos para levantarme. Mis brazos tiemblan por las pocas fuerzas que tengo, pero me obligo a mi misma a no ceder y seguir levantándome, necesito incorporarme lo más rápido que pueda, debo ayudar a derrotar a Mark.
“¡Ellie!” oigo la voz de Eros/Kai y lo busco con la mirada, todavía estoy mareada pero intento seguir incorporándome. Eros se acerca rápidamente a mí pero de repente todo parece ralentizarse e ir extremadamente lento.
<>, en mi cabeza suena la voz de Aixa, dulce pero fuerte y segura.
“No puedo hacerlo, Aixa, no tengo fuerza para levantarme, no sé cómo me voy a poder transformar, siento que tengas que ser mi loba y pasar por esto”, sollozo.
<>, me contesta Aixa.
Sollozo y suspiro, no puedo no intentarlo, esta no es la transformación con la que había estado soñando pero la verdad es que nada ha sido como esperaba estos últimos meses. Miro a Eros, que sigue avanzando hacia mí a un ritmo escandalosamente lento, giro la vista hacia Mark y cinco lobos se están abalanzando lentamente sobre él. Suspiro de nuevo, allá vamos.
<> vuelvo a oír en el fondo de mi cabeza, “allá vamos”, pienso.
De repente mi cuerpo empieza a convulsionar, siento como si mis extremidades se estuviesen rompiendo, todas al mismo tiempo. Tengo ganas de gritar, llorar y ¿aullar?, pero me contengo. El dolor es horrible, miro mis piernas y poco a poco veo un rojizo pelo que cubre lo que antes eran mis piernas, ahora convertidas en patas. Pronto el dolor empieza a disminuir y me invaden mil olores, sonidos y sensaciones que jamás había percibido, Aixa está tomando el control.
<>, me dice en mi cabeza mi loba. Asiento mentalmente mientras veo como el mundo recupera su ritmo habitual. Eros, que se estaba acercando a mí se queda parado en seco, mirándome fijamente. Siento un tirón en el pecho cuando lo veo, un calor increíble me recorre entera y me pide a gritos que vaya con él, ¡es mi compañero! La alegría y el descanso invaden mi ser, necesito acercarme a él y lamerle la cara, pero primero tenemos algo más que hacer.
Rápidamente me giro hacia Mark, que se está quitando de encima a cinco lobos, uno a uno. La fuerza de ese desagraciado es estremecedora, pero Aixa tiene sed de venganza y lo que es peor, no tiene ningún miedo.
Corro velozmente hacia él, sintiendo la hierba en las patas y el olor que ésta desprende al ser aplastada. La brisa golpea mi hocico y casi hasta puedo oler los colores de las cosas, es jodidamente increíble.
Prácticamente no sé cómo estoy haciendo lo que hago, es decir, sé que es Aixa controlando mis impulsos, pero a la vez siento que yo también mando en esto, es muy difícil de explicar y más todavía de entender.
Veo unas rocas afiladas en el suelo y a Roy sangrando en la base de ellas, me estremezco entera, ¡diosa, que esté bien!
<>. Me tranquilizo cuando me percato de que sí, así es.
De repente mis patas están saltando sobre el cuerpo de Roy, pasando directamente a la parte alta de las rocas, donde hay algunas partes más redondeadas. Mi cuerpo toma impulso y con una agilidad que no reconozco posa primero mis patas delanteras sobre las zonas redondas de las rocas y casi al tiempo que éstas saltan, mis traseras ya están sobre el mismo sitio donde antes se encontraban mis patas delanteras.
Con un gran impulso y los dientes afilado asomando por la boca, soy consciente de que me dirijo al cuello de Mark, que sigue distraído zafándose de los lobos. Mis garras delanteras aterrizan en su espalda y sin dejarle pensárselo un único instante mis dientes se clavan en el abultado cuello de Mark, que grita de dolor.
<> me dice Aixa en mi cabeza. Nunca, nunca he elegido la violencia, pero si hay un momento para hacer una excepción, es este. Te lo has ganado, Mark. Casi me quitas la vida, me has drogado, tocado y golpeado sin remordimientos, y aunque esté lamentándolo toda mi vida, la tuya hoy acaba aquí.
Muerdo con toda la fuerza de la que soy capaz y después tiro con los dientes hacia mí, mientras siento un metálico sabor en mi boca, supongo que de su sangre.
Unas garras afiladas se clavan en mi costado y siento un insoportable dolor, en un momento siento que choco contra algo afilado y llegan más oleadas de dolor a mi cuerpo. Todo se vuelve silencioso y negro.
<> es lo último que oigo en mi cabeza antes de que me invada la oscuridad