Capítulo 77
1097palabras
2023-07-31 16:57
Es esta cueva, seguro, huele a Ellie todavía. Nos adentramos en nuestra forma de lobo para poder percibir todo mejor, pues ya se ha hecho de noche y aún con las linternas nuestra visión nocturna resulta más útil.
Seguimos el conducto de la cueva hasta las galerías, recuerdo que cuando era pequeño solo usábamos la del centro porqué las otras dos estaban obstruidas por derrumbes, y por lo visto así siguen, pues el olor de Ellie se hace más fuerte a medida que nos adentramos en la galería central.
A escasos pasos de la entrada de la galería topamos con una hoguera, todavía humea, se ha apagado recientemente, ¡maldición!.

Inspeccionamos alrededor y lo que nos encontramos nos deja congelados; en el suelo hay una jeringuilla con restos de acónito. El olor de la hierba se mezcla con el de la sangre de Ellie, ese desgraciado le está suministrando acónito para que no pueda tener a su loba.
Nos transformamos de nuevo y mientras nos ponemos la ropa miro al cielo, la luna se acerca inexorablemente al punto más alto del cielo, por lo que queda apenas una hora para la transformación de Ellie.
Me duele el pecho por la ansiedad, ese malnacido la ha pinchado con acónito y no va a dejarla conocer a su loba, tampoco sabemos qué pretende hacer con ella y dónde se la ha llevado.
Suspiro mientras los demás se visten y miro el paisaje desde la cueva, el claro de las transformaciones se ve perfectamente desde aquí, a apenas unos 15-20 minutos corriendo…
“¡JODER! ¡YA SÉ DONDE VA CON ELLIE!!” grito, desesperado mientras me quito de nuevo la ropa.
“¿Qué? ¿Dónde, y cómo lo sabes?” me contesta David, desvistiéndose al mismo tiempo que yo, mientras Roy le sigue.

“Desde aquí se ve perfectamente el claro de luna de las transformaciones, a unos veinte minutos a pie, quince si nos damos prisa”, les explico mientras pongo mi ropa en una mochila. “Si ha pinchado a Ellie con acónito para que no se transforme es porqué se la está llevando al claro, ¡quiere hacerle daño allí mismo!” grito exasperado, a los segundos empieza mi transformación. Me he transformado tanto estos días que la transición ya es rápida y casi indolora.
“Logan, Jake, avisad a las patrullas, todos al claro de luna”, mentalmente contacto con rapidez a mi amigo y mi beta. “Yo salgo ya para allí, nos vemos en el camino de la entrada”.
Mi padre, David y Roy me siguen a gran velocidad, corro lo más rápido que he corrido en mi vida, mi compañera está en peligro, no hay un segundo que perder. Normalmente cuando me transformo Kai toma las riendas, pero esta vez está en un segundo plano, esperando su momento, supongo.
En poco más de 15 minutos llegamos al camino de la entrada, la noche es clara y la luna y las estrellas iluminan la zona de manera natural. A los pocos minutos llegan los refuerzos de la manada, cuando todos están transformados nos desplazamos en absoluto silencio y sigilo hacia el centro del claro.

No se oye absolutamente nada y hay mucha tensión en el ambiente, Roy y yo vamos delante seguidos por mi padre y David, con el resto del equipo, caminando casi conteniendo la respiración. Nuestros entrenamientos siempre contemplan el sigilo y estoy agradecido de no haberme perdido ninguno, creo que pocas veces en mi vida me harán más falta que hoy.
El camino se ensancha y se divisa el claro perfectamente, el terror y la furia me inundan cuando por fin los veo.
Un enorme lobo negro revisando a dos patas una mochila ajada y embarrada, sacando un cuchillo. Justo detrás de él, hecha una bola y cubierta de sangre y descalza, mi pequeña Ellie. Siento como a Roy y a David se les acelera el pulso y gruñen por lo bajo, les miro para advertirles que mejor no hacer ningún ruido, pues debemos intentar que no se percate de que estamos aquí para que no ataque a Ellie, pero es demasiado tarde.
Alertado por los gruñidos Mark se gira y nos ve claramente. Gruñe con toda sus fuerzas y duda entre abalanzarse sobre Ellie con el cuchillo o ir a por nosotros. Ese segundo de distracción me sirve para correr con todas mis fuerzas hacia Ellie seguida por Roy, mientras mi padre, David y los demás se lanzan a por Mark.
Mark gruñe de nuevo y el sonido es realmente aterrador, se pone a cuatro patas y se abalanza sobre ellos. Oigo los chillidos de dolor de algún miembro de la manada pero mi cabeza está puesta en Ellie, que está ensangrentada, sucia y atada a escasos metros de mí.
Cuando su hermano y yo llegamos tiene los ojos abiertos, pero no estoy seguro de que nos esté viendo, parece que está ida.
“Ya está cariño, te tenemos mi vida” le resoplo como puedo en la oreja, sé que le va a costar mucho entenderme con mi forma de lobo, pero solo necesito que sea consciente de que estamos aquí.
Roy y yo roemos las ataduras de Ellie y ya casi la hemos desatado cuando un dolor inmenso me recorre la espalda mientras me derrumbo en el suelo.
“¡Es mía, hijo de puta! ¡Mía! ¡Y va a morir aquí y ahora!” me grita Mark mientras me saca los dientes, listo para atacarme en el cuello.
Roy salta sobre él pero rápidamente éste se pone a dos patas y lo esquiva, provocando que Roy caiga sobre el suelo y ruede, golpeándose contra unas piedras afiladas. Aprovecho ese segundo en el que se zafa de Roy para abalanzarme sobre él con mis dientes y garras fuera, el impacto contra su cuerpo es fuerte y nos caemos los dos al suelo, en una ensangrentada batalla de garras y dientes.
De repente David se abalanza sobre nosotros y apunta directamente a su cuello, consigue dañarlo, pero Mark ha sido rápido y ha girado su cuerpo, de forma que David muerde el omóplato, no su cuello. Aun así David ha desgarrado parte de la piel y Mark grita de dolor mientras con las garras abiertas araña la cara de David, que grita y cae al suelo, ensangrentado.
Cinco guerreros se abalanzan sobre Mark, incluido mi padre, y aprovecho el momento para ir corriendo donde está Ellie, que se está incorporando con dificultad.
“¡ELLIE!” gruño desesperado mientras me acerco a ella, que me mira confundida y mareada. Cuando estoy casi al lado de ella la luna se posa en lo alto del claro de la luna, y Ellie empieza a convulsionar.