Capítulo 74
1293palabras
2023-07-30 18:58
El Alfa Kyrion condujo el jeep hasta una zona de bosques del noroeste, una vez allí bajaron del coche y se transformaron, pues la zona tenía tantos árboles y matorrales que era imposible pasar con él. Corrieron unos cinco minutos hasta llegar al río, donde los esperaba Ivar con algunos patrulleros, se transformaron de nuevo y se vistieron para hablar con ellos.
“Alfas, hemos encontrado esto” Ivar les enseñó una sandalia que reconocieron al instante, era de Ellie. “Estaba en esas piedras del río, lo que probablemente quiere decir que ha seguido el transcurso del río, no hay olor que rastrear. El problema es que al estar atascada en las piedras no podemos saber si la ha traído la corriente o si se le ha caído justo ahí.” David suspiró, abatido. Cada paso que daban los acercaba a Ellie pero nunca podían acertar en qué dirección ir, solo podían esperar a encontrar más pistas.
Siguieron investigando la zona, partiéndose en dos grupos: en un grupo los cuatro alfas y algunos patrulleros subieron río arriba, bordeándolo, el otro grupo siguió el transcurso del río, yendo abajo hacia los terrenos de otra manada. Casi cuatro horas después el teléfono de Kyrion sonó, las patrullas de la manada Twilight habían encontrado envoltorios de pastillas y cuerdas en mitad del bosque de sus terrenos.

“¡Mierda, ese cabrón cada vez va más rápido! ¿Cuántas pastillas se habrá tomado ya para alcanzar tal velocidad?” Roy se preguntó, exasperado. A Eros se le erizó el pelo, cada vez estaba seguro de que su teoría era cierta, la manada Twilight colindaba con su manada, para él no había lugar a dudas.
“Roy, David, cada vez estoy más seguro de que se dirige a mi manada, la manada Twilight y mi manada comparten terrenos.” Ambos asintieron, convencidos.
“Debemos preparar un plan, si se dirigen a tu manada tenemos que interceptarlos… A penas quedan unas horas para el cumpleaños de Ellie, si sigue drogándola cuando tenga su loba, puede ser fatal” dijo David, preocupado.
“No se atreverá a marcarla, ¿verdad? Juro por la diosa que como le ponga los colmillos encima le arranco el cuello” gruñó Roy.
GRRRRROAAAAAAR!!! Un gruñido fuerte y duro salió del pecho de Eros. <> el lobo de Eros estaba volviéndose loco, oír que su compañera podría ser marcada por otro lobo desató su furia en su interior. A fuera, mientras tanto, un agitado Eros luchaba por recuperar la cordura y no transformarse.
“Chico, respira… nadie va a marcar a Ellie, tranquilo. Lo encontraremos antes y nos ocuparemos de que nunca pueda volver a hacer nada así”, David intentaba relajar a Eros, que desesperado intentaba recuperar el control. <> se dijo para sí mismo, <>.

Un rato después estaban de nuevo en un helicóptero, volando hacia el helipuerto de la manada Twilight. Estaba anocheciendo ya cuando se encontraron con Pierce, el alfa de la manada Twiliht, que los condujo hacía el lugar donde habían encontrado los restos. Cerca del lugar habían montado una cabaña con comida y unos catres, así como una ducha portátil. Roy, David y Eros agradecieron el detalle, pues llevaban horas sin descansar y además podían oler como apestaban. Los tres se dieron una ducha rápida y comieron algo, al sentarse para alimentarse todos notaron como el cansancio se acumulaba, llevaban un día así sin parar, yendo de aquí para allá buscando a su querida Ellie.
“Alfas, será mejor que descansen, estos terrenos son pantanosos y de noche es difícil patrullar, reanudaremos la búsqueda con el primer rayo de sol. Aprovechad para intentar reponer fuerzas” les dijo el beta de Pierce. Los tres renegaron, pero sabían que poco se podía hacer, por mucho que su visión nocturna fuera buena, un paso en falso y podrían caer en una ciénaga.
Se acostaron en los catres que les habían preparado mientras equipos de patrulla estaban alerta por si alguien se comunicaba con ellos. Aunque les costó dormirse, finalmente los tres cayeron rendidos ante el cansancio acumulado, sin embargo ya estaban desayunando antes de que amaneciese.
Con el primer rayo de luz prosiguieron la búsqueda transformados en lobos y corriendo lo más rápido que les permitían sus fuerzas. Dos horas y media después encontraron de nuevo pruebas.

En un pequeño claro encontraron la otra sandalia de Ellie al lado de los restos de una hoguera. Junto a la sandalia vieron el envoltorio de unas barritas y una bebida energética, estaba claro que habían parado a descansar.
“La hoguera todavía huele ligeramente, han debido pasar la noche aquí”, dijo uno de los guerreros de la manada Twilight.
“Joder! Si hubiésemos seguido patrullando los hubiésemos alcanzado!” Gruñó Eros, desesperado. Roy iba a contestarle cuando otro patrullero los interrumpió.
“Alfas, por aquí!”, los 4 alfas y algunos guerreros se dirigieron unos metros más adelante, donde encontraron más restos.
“Aquí hay una navaja con restos de cuerda… y sangre” dijo el patrullero. Los ojos de David se pusieron rojos mientras olía los restos de sangre del suelo.
“Es de Ellie” gruñó, y sucedió. No pudiendo controlar más a su lobo, Eros se transformó por completo, la transformación más rápida que habían visto Eros y David para un “novato”. El lobo gruñía y aulló furioso, los demás levantaron las manos en señal de aceptación, pues sabían que Eros estaba intentando regresar al control de su lobo, pero que este tendría que quedarse satisfecho primero.
El lobo olfateó y aunque débil, pudo apreciar un leve olor metálico, sangre. Aunque el olor de Ellie ya no estaba presente por la droga, la sangre que debió desprender Ellie dejó algo de olor, un olor prácticamente imperceptible, pero que el lobo de Eros supo distinguir sin ningún problema, el de su compañera. Corrió durante más de una hora a una velocidad constante, aunque las patas le dolían, llegó un punto en el que ya no percibía el olor pero no lo importó, corría hasta la zona más cercana a los terrenos de manada.
Cuando empezó a reconocer su territorio paró e inhaló profundamente, recuperando poco a poco su forma humana. Cuando recuperó el aliento llamó por teléfono a Roy.
“Roy, lo siento, no he podido controlarlo…no sé cómo me he transformado tan rápidamente” dijo, avergonzado.
“No te preocupes, lo entendemos, ¿dónde estás?” contestó Roy, que tras su voz tranquila escondía algo de angustia.
“Sigo en los terrenos de Twilight, pero acercándome por el norte a los míos… Te envío las coordenadas, creo que sería mejor que os desplazaseis hasta aquí y entremos en mis terrenos… ¿hay novedades?”
“Ninguna, así que sí, será lo mejor. Pediremos un jeep, nos vemos lo más pronto posible” dijo colgando el teléfono Roy.
Eros observó a su alrededor, intentando captar algún olor o ver alguna pista, algo que le dijese que Ellie había pasado por aquí, pero nada.
Veinte minutos después el teléfono de Eros volvió a sonar, tenía un mensaje de su padre. Con una mueca lo abrió, no habían hablado desde la ceremonia de Roy.
<> a Eros le dio un vuelco el corazón, los tenía muy cerca. Reenvió ese mismo mensaje a Roy y se transformó de nuevo, dirigiéndose a toda prisa hacia el punto de encuentro.
Tras otra hora y pico corriendo llegó al punto de encuentro, en él su padre, Jake y Logan lo esperaban. Tardó un poco en reconocer a su madre también en el punto de encuentro, y con ella dos figuras a las que no quería ver ni en pintura: Arla y su padre, Richard.