3 horas. 3 jodidas horas han tardado en darme el alta, lo que significa que Ellie lleva 5 malditas horas desaparecida. Durante todo ese rato Roy y David no han parado de recibir comunicados por enlace mental, en el último decían que habían descubierto algo en la academia y que nos dirigiésemos hacia allí, así que en el momento en el que me han dejado salir nos hemos transformado.
Nos dirigimos hacia la academia y observamos al equipo de investigación, coordinado por Arturo y otra persona. David parece muy enfadado, pero aun así sus esfuerzos por mantenerse centrado dan sus frutos y no pierde la compostura, es realmente admirable.
“Alfa Roy, Alfa David, Alfa Eros tenemos que hablar….”, nos saluda Arturo con semblante serio. Roy les da órdenes a los demás lobos y nos apartamos para hablar.

“Alfas, seguidme dentro, tienen que ver lo que hemos encontrado en el aula de química de la academia”. Asentimos y lo seguimos, en silencio. Nadie dice absolutamente nada, nuestras auras bailan a un único paso de desatar la ira del lobo, si mi lobo está alterado, no quiero imaginar cómo estará el de David, que acaba de perder a su cachorra.
Cuando llegamos nos espera un guardia en la puerta, que nos saluda agachando la cabeza en señal de respeto a nuestros estados de alfa. Nos indica que podemos pasar y cuando entramos nos encontramos frente al caos absoluto.
Hay probetas rotas y líquidos esparcidos por todas partes, las mesas y las sillas están tiradas por el suelo, muchas de ellas rotas, y los cajones de las mesas y armarios están abiertos, algunos de ellos volcados sobre algunas mesas.
Hablando con el gama de Roy se encuentra esposado un hombre larguirucho, con gafas y pelo canoso, que tiembla y suda nervioso, es evidente que algo grave está pasando. Roy se acerca a él sin decir ni una palabra y cuando lo tiene delante hace algo que no esperaba ver otra vez de él, utiliza su comando alfa.
“Habla, dime qué es lo que está pasando aquí.” Su comando es fuerte y poderoso, aun siendo yo un alfa me intimida. David lo mira con los ojos abiertos, supongo que es porque no es la primera vez que Roy usa el comando alfa para dirigirse a alguien desde que heredó la manada y le duele por su hijo, no es agradable.
“Yo…yo…yo lo siento mucho, alfa, n-nuestro equipo estaba trabajando en unas pastillas, unos complementos que ayudasen a los lobos con menos fuerza física a aumentar esta. S-se supone que nadie sabía nada de estas pastillas, solo los dos profesores de química, el director y yo… Estaba en fase de prueba todavía, no p-pensamos…”

“¿Y en qué momento decidisteis que era una buena idea pasar por encima del alfa de la manada para algo tan peligroso?” interrumpe David, realmente enfadado. “¿No creíste necesario contar con nuestra aprobación y la de todo el consejo?”.
“A-alfa, lo lamento muchísimo. Nuestro objetivo era intentar crear prototipos antes de presentároslo para que pudieseis ver su efectividad en d-directo. Hicimos varias pruebas, pero no obtuvimos los resultados que esperábamos, a-así que estábamos a punto de realizar las últimas modificaciones antes de descartar el proyecto”.
“¿Por qué no fueron buenos los resultados? ¿qué pasó?” Roy pregunta lo mismo que me estoy preguntando yo.
“Violencia, alfa Roy, los sujetos s-se volvían altamente violentos e inestables. Muy irritables, como fuera de sí”.

Roy y yo nos miramos al mismo tiempo, el pánico se apodera de mí al mismo tiempo que la furia me invade, explosiva combinación. David se gira hacia nosotros, no dice nada, pero no hace falta.
Mark. Lo sabía, en mi fuero interno sabía que ese malnacido tenía algo que ver con todo esto. Si estas eran las pastillas de las que hablaba Mark cuando atacó a Ellie la primera vez, habrá venido a por más antes de ir a por Ellie. Las piezas encajan, y todo tiene sentido después de que Mark la amenazase públicamente en la fiesta de Roy. Mi sangre empieza a hervir.
“¿Las pastillas camuflan el olor del lobo?” pregunta de repente Roy.
“E-en principio no, pero sí es cierto que nos d-dimos cuenta que si se tomaba más de una dosis el olor cambiaba. Así que s-supongo que sí, es probable que llegue a camuflar el olor”. Contesta el investigador larguirucho.
“El lugar en el que fueron atacados Ellie, el Alfa Eros y los demás estaba impregnado por un olor muy raro, no pudimos reconocer el olor de ningún lobo de nuestra manada en él” explica el gama de Roy, “Sí que olimos el rastro de Ellie hasta cerca del lago, pero el olor de ambos desaparece allí, es posible que le diese a Ellie alguna pastilla de esas…” añade.
No lo aguanto, no puedo soportarlo más y gruño, siento que estoy al borde de la desesperación.
“Si un sujeto está afectado por polvo de plata y además no tiene a su lobo todavía, ¿cómo puede afectar esa pastilla?” le inquiero al investigador.
“N-no lo hemos probado nunca, alfa.. solo probamos con sujetos con lobo. P-pero supongo que podría camuflar el olor de la persona, pues no es tan fuerte c-como el de su lobo” me contesta el investigador.
“Puede que le haya dado pastillas a Ellie para que su olor cambie, lo que quiere decir que pueden estar en cualquier maldito sitio… ¡JODER!” exclama Roy.
“GGGGGGGGRRRRRRRROAAAAAAAAAAR!!”
David estalla en una furia descontrolada, lleva demasiado tiempo conteniendo al lobo y ya no puede aguantarlo más. Su espalda empieza a curvarse, sus ojos se oscurecen y el pelo brota del cuerpo del alfa. Cuando está a punto de romper la camisa, Roy intenta calmar a su padre.
“Papá, sé que estás furioso, yo también lo estoy, pero debes mantener la calma. Necesitamos que estés sereno porqué tenemos que discutir qué hacemos ahora mismo”. Roy está furioso también, pero intenta por todos los medios controlar su lobo. Mientras intenta tranquilizar a su padre, yo mismo lucho contra mis instintos.
Me duele, me he transformado pocas veces y todavía es doloroso transformarse y revertirlo, pero mi lobo necesita salir. Quiere correr, aullar y cazar a Mark para despedazarlo con sus propios dientes, nunca he sentido esto, y aunque no me gusta nada la violencia, estoy de acuerdo con mi lobo. Si cazo a ese desgraciado, no va a sobrevivir.