Capítulo 66
1078palabras
2023-07-28 15:03
Los días pasaron y el cumpleaños de Ellie se acercaba a pasos agigantados. El ambiente en casa era tenso, el nerviosismo era palpable en la familia Hudson, y Ellie estaba más irascible de lo normal. Cuando Ellie se puso a llorar 5 días antes de su cumpleaños por romper una taza de café, Eros comprendió que estaba más afectada de lo que dejaba entrever.
Por eso, y con ayuda de Liam, Rachel y Cami (quién decidió quedarse en la manada unos días para conocer mejor a Rachel), Eros organizó una fiesta sorpresa para Ellie en el lago.
Iba a ser algo sencillo, solo los amigos de Ellie, una barbacoa, música y mucha cerveza. Irían la tarde del viernes, dos días antes de su cumpleaños, con la excusa de bañarse y relajarse y tendrían una noche de amigos y borrachera, como la de la fiesta del alfa, pero sin visitas inesperadas.
Eros estaba dispuesto a montar algo más grande cuando pasase la transformación, quería esperar a ver qué pasaba entre ellos en ese momento, pues era decisivo.
Si Ellie resultaba ser su compañera, hablaría con los padres de ella para irse unos días a su manada y reclamar su derecho como alfa y luna, haciendo las cosas de la manera más fácil.
Si por el contrario no lo era, hablaría con Ellie y le pediría formalmente que fuese su luna, si ella aceptaba irían a su manada y Eros desafiaría a su padre y el pacto. El alfa Troy todavía era fuerte, pero Eros confiaba en su potencial y había estado entrenando duramente.
Desafiar a su padre y ganar suponía alcanzar el estatus de alfa por la fuerza, no era lo común, pero había pasado con anterioridad. Perder suponía tener que acatar el pacto, o bien renunciar a ser el futuro alfa y alejarse de su manada para poder vivir con Ellie en paz.
Dejar su manada le dolía, pero Eros estaba dispuesto a hacerlo, lo único que quería era poder estar con la mujer a la que amaba y deseaba, formar una familia con ella y vivir en paz. Poco le importaba su rol de alfa, solo necesitaba a Ellie, y a ese sentimiento se aferraba mientras los días pasaban y el cumpleaños de Ellie se acercaba.
Llegado el viernes de antes de su cumpleaños, y con la excusa de ir a entrenar con Liam y Gabriel, Eros se despidió de Ellie y se marchó al lago a preparar todo para cuando Ellie llegase allí. El plan era sencillo, Eva le escribiría a media tarde a Ellie diciéndole que con el embarazo no soportaba el calor y que necesitaba refrescarse, esperando que ella la acompañase. Simplemente tendrían que ir paseando hasta el lago y dirigirse cerca de la cabaña, en la que celebrarían la fiesta.
Ellie estaba en el comedor de su casa viendo la tele cuando su padre tuvo una conexión mental con Roy. Al acabar la conversación su cara era de preocupación, pero no quiso dar detalles a Ther y a Emily, simplemente les dijo que Roy necesitaba su ayuda por un robo y que se marchaba. Las chicas se quedaron un poco preocupadas, pero también sabían que Roy estaba siendo muy cauteloso por ser sus primeras semanas como alfa, y que pedía consejo a su padre de vez en cuando, así que siguieron charlando sin dar importancia al tema.
“Cariño, sé que vas a querer evitar el tema y vas a darme largas, pero necesito saber que estás bien, en dos días es tu cumpleaños y sé que estás escondiéndote para llorar por las noches”, le dijo Ther a su hija, tan directamente como solo ella sabía hacerlo.
“Uff… no, no estoy bien. No puedo estar bien, estoy nerviosa, ansiosa, atacada… muchas cosas a la vez. Toda mi vida, desde cachorra, he esperado este momento. Esperaba que llegase el día, tener mi primera transformación, quizá encontrar mi compañero y empezar una vida con él, sin jaleos, sin problemas. Pero no, se fue todo al traste, en vez de eso, tengo que luchar por no derrumbarme cada segundo que paso sola, tengo que repetirme que con suerte mi compañero es Eros y podemos hacer todo por las buenas, pero que es probable que no lo sea y que tengamos que enfrentarnos a una difícil decisión. Me paso las noches pensando que puede que estos sean los últimos momentos que pase con Eros por qué no sé todavía qué hacer si no somos compañeros, mamá. Tengo miedo, estoy aterrada, mi presente y mi futuro se desmoronan, así que no, no estoy bien, y sí, me marcho al jardín todas las noches a llorar por qué no aguanto más y no quiero preocupar a Eros con esto.” Ellie abrió la compuerta de sus sentimientos, dejando que estos salieran a borbotones, casi sin pensarlo. Fue como una catarsis, como si se vaciara después de días conteniendo todas sus emociones. Lloraba y sollozaba, mientras su madre esperaba en silencio a que se le pasase, sujetándole la mano con fuerza y acariciando sus nudillos.
“Hija, no puedes apartar a Eros de esto, él sabe que lo estás pasando mal, y él tampoco está en su mejor momento. El otro día lo oí hablar con alguien por teléfono, está nervioso y no sabe cómo hablar contigo del tema sin agobiarte ni preocuparte más. Sé que tienes una difícil decisión por delante si no sois compañeros, pero nadie te pide que la tomes el mismo día. Tendrás tu tiempo para pensarlo y meditarlo, y ese tiempo lo marcarás tú, ni nosotros, ni los padres de Eros, ni él mismo, tú. Y harás lo que te dicte tu corazón y no tu cabeza, porqué así, aunque sea lo que sea que elijas, si no sale bien, no podrás reprochártelo a ti misma.” Su madre estaba angustiada por el estado de Ellie, pero no podía permitirse demostrárselo a su hija, no cuando ella necesitaba un pilar fuerte en el que apoyarse porqué todo a su alrededor se desmoronaba. “Cariño, habla con Eros esta noche, o mañana, pero antes de la transformación, y con sinceridad. Dile tus dudas y tus miedos, compartid eso… al fin y al cabo eso es ser pareja…y también ser compañeros”. Ellie asintió, sollozando, y abrazó a su madre mientras las lágrimas recorrían su rostro.
Necesitaba esa charla con su madre, igual que también necesitaba tener esa charla con Eros, y decidió que esa misma noche, cuándo regresase del entrenamiento, la tendrían.